LIBROS
La diáspora angloafricana en Londres
La escritora anglonigeriana Bernardine Evaristo compone un friso de voces femeninas en este título aclamado por la crítica internacional
Autora de ocho novelas, la anglonigeriana Bernardine Evaristo (Eltham, 1959) sería la primera mujer negra en ganar el Man Booker Prize, el premio más prestigioso de Reino Unido. Su novela premiada, Niña, mujer, otras , es una potente obra coral , o collage de historias, protagonizadas por doce mujeres británicas de raza negra y mestiza. Este galardón en 2019 tuvo excepcionalmente dos ganadoras. La otra fue una mítica autora, Margaret Atwood.
Activista de largo recorrido, aparte de novelista, poeta, profesora de Escritura Creativa y crítica literaria, Evaristo se ha dedicado de forma intensa igualmente al teatro, llegando a fundar la primera compañía de teatro de mujeres negras de Gran Bretaña, el Theater of Black Women . Especialista desde sus comienzos en reflejar los diversos aspectos de la diáspora africana -sin tener el humor desopilante que la anglocaribeña Zadie Smith volcó de forma prácticamente permanente en la obra que la lanzó a la fama internacional, Dientes blancos , uno de los primeros y más incisivos retratos sobre el melting pot londinense-, la inteligente y nada panfletaria obra de Evaristo no deja de filtrar en ningún momento, a lo largo de su cadena de historias, anécdotas y fulminantes diálogos, ácidos e irónicos comentarios .
Evaristo ha sido la primera mujer negra en ganar el prestigioso «Man Booker» en 2019
Unos sarcasmos súbitos, insolentes, que se introducen en el mundo militante y feminista, en las obligadas pautas de género, en los tics culturales y artísticos de una gran urbe, e n los rastros de un viejo racismo o supremacismo postcolonial , o si no en la arrogancia inconsciente de los habitantes de una gran capital como Londres cuando se refieren a los provincianos «del resto del país».
Creencias ancestrales
Ahí tenemos a Amma, directora en «teatros alternativos» que por fin ha llegado a estrenar en el National Theatre; a Yazz, hija de Amma, profundamente feminista, que aspira a ser una periodista famosa; a Dominique, socia de Amma, que se marchó a EE.UU. donde triunfó; a Carole, que tras un duro pasado que incluye una violación grupal, ahora es vicepresidenta de un banco ; a Bummi, madre de Carole, que le reprocha alejarse de sus «raíces africanas»; a Latisha, que tras ser abandonada por su marido ha estudiado y ha llegado a convertirse en supervisora de supermercado; a Shirley, hija de inmigrantes caribeños, profesora de un colegio para niños desfavorecidos, o a Megan, cuya madre Julia repite «los patrones de opresión basados en el género», cuyo padre es de Malaui, donde «todo era reparado», siendo tan solo entendida por su bisabuela, Bisa, la única que la aceptaba tal cual, «libre de género» .
Un mundo, en muchas ocasiones, en el que los prejuicios reservados a las mujeres se disparan a causa de las tradiciones, las creencias ancestrales o la incomprensión. Abiertamente lesbiana, Evaristo tuvo que luchar, como muchas mujeres de su generación, con la estrechez de miras y la hipocresía no solo social sino insertada firmemente en el ámbito familiar. Su padre, un socialista que emigró de Nigeria en 1949, no se tomó bien que lo anunciara. Como dice una de sus protagonistas: «Míralo así, tu padre nació en Ghana en los años veinte, mientras que tú has nacido mujer en el Londres de los setenta».