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Derechos de autor: un debate decisivo
La cuestión del «copyright» nos afecta a todos. No resulta fácil encontrar una solución equilibrada pero estamos obligados a intentarlo
El pasado día 5 se debatía en el Parlamento europeo una cuestión decisiva para el presente y el futuro de nuestra cultura: la propuesta de nueva regulación del derecho de autor ( copyright ). No es algo difícil de entender y nos afecta a todos. En un par de meses, volverá a plantearse.
Cualquier creador, grande o chico, tenga éxito o no, defenderá este derecho. No cabe volver a la época en que Cervantes y Lope dependían de la generosidad de un mecenas . A la vez, cualquier usuario de internet (¿quién no lo es?) reclama su derecho a acceder sin límites a la más amplia información. El avance que eso supone es innegable, en las sociedades avanzadas y en el Tercer Mundo. Al debate moral se une la realidad evidente: es inútil, además de imposible, poner puertas al campo del desarrollo tecnológico.
En esta cuestión, así pues, no hay «buenos» ni «malos» (aunque las grandes operadoras se empeñen en parecer esto último). No es fácil encontrar una solución equilibrada pero estamos obligados a intentarlo. Un canon razonable reconocería el trabajo de los creadores y, a la vez, permitiría el acceso de todos al conocimiento y a la cultura: algo básico para el futuro de la democracia.
¿Saben los votantes de Podemos por qué se alinea en este tema con Google y Wikipedia ? ¿Saben los votantes del PP y PSOE por qué se oponen a eso? Me temo que no.
Mientras tanto, en España, unos lazos amarillos defienden incumplir una Constitución democrática ; seguimos discutiendo si debe ser idioma oficial de una autonomía el bable o el castúo; continuamos peleándonos, casi a garrotazos, como la pareja pintada por Goya, por dónde deben estar los restos de un político que murió hace más de cuarenta años. Algunos creen (o fingen creer, porque les conviene) que ése es un tema esencial para el futuro de los españoles. Así estamos...