ARTE
Coronavirus: Disculpen las (seguras) molestias
Museos, galerías, fundaciones, ferias... Todo cerrado o cancelado por el COVID-19. Así les afecta a sus responsables
Días antes de que el gobierno decretara el confinamiento de todos los españoles en sus casas, una imagen circulaba como la pólvora por redes sociales. Se trataba de la fotografía Palacio Real , de la serie Espacios ocultos , de José Manuel Ballester . En ella, la estancia donde se ubica la velazqueña escena de Las Meninas aparece completamente vacía. Desierta. Ni rastro ni de la infanta Margarita, ni de Mari Bárbola.
Buena metáfora de lo que sería nuestro entramado artístico desde que el 11 de marzo el Ministerio de Cultura comenzara el cierre de sus principales museos en la capital (del Prado al Thyssen o el Reina Sofía , por subrayar los más significativos), algo que se extendió a los del resto del país al día siguiente ( ARQVA, Museo del Greco , Altamira , Nacional de Escultura ...), y que, por efecto dominó, al calor de los acontecimientos y de las medidas dictadas por las autoridades sanitarias, acabó afectando a todo tipo de instituciones artísticas, nacionales, autonómicas o locales; públicas o privadas. Y no solo en España. Todo queda cerrado hasta nuevo aviso.
Nuevas vidas
«Es curioso cómo funcionan las redes, que yo además no poseo –cuenta Ballester, el autor de la imagen viral–, pero a mí me ha llegado por distintas vías. Y no solo esa. En Italia, por ejemplo, se han popularizado la que tenían como modelo La última cena de Leonardo da Vinci o la Venus de Botticelli . Las obras adquieren nuevas vidas».
Interrogado sobre cómo se ve alterada la vida de un artista por el coronavirus, el Premio Nacional de Fotografía es tajante: « Detrás de cada creador hay siempre una familia . Mi primer latigazo ha sido volcarme en la mía. Nadie pensaba que nos iban a meter en esta película de ciencia ficción que hemos visto tantas veces en el cine».
Subraya Ballester que lo mejor ahora es «ocuparse en mantenerse ocupado» , «pensar en qué es lo que podemos aportar cada uno para superar la crisis»: «Yo no me agobio si esto se alarga. Tengo capacidad de resistencia, soy artista. Pero soy consciente de que llegan tiempos difíciles para el gremio. El arte siempre tiene el compromiso de replicar el mundo en el que vive, de describirlo, criticarlo, pero sus ritmos son a largo plazo; no resulta nunca útil si pretende dar respuestas rápidas».
Para lo que no estan preparados los galeristas es para aguantar los batacazos de la bolsa
El fotógrafo pone el dedo en la llaga: No se trata de cerrar un museo o una galería, y ya está. Es todo un entramado el que entra en barrena : «Sin duda, las consecuencias pueden ser serias si esto se alarga –enumera ahora Manuel Borja-Villel , director del Museo Reina Sofía– . Lo menos problemático es que, con las limitaciones de viajes, otras instituciones no nos presten obras. O que tengamos que “inaugurar” sin inauguraciones. Pero entre lo peor está que la inexistencia de visitantes implica bajada de ingresos propios. No puede operar ni taquillas, ni cafetería, ni restaurante, ni librería. Nosotros dependemos en un 40 por ciento de autofinaciación».
Asimismo, como explica este gestor cultural, «cancelar algo o postponerlo no significa que su gasto desaparezca». Recientemente, Guillermo Solana , director artístico del Museo Thyssen , explicaba a ABC el alcance de estas medidas para un museo que acaba de inaugurar una exposición tan ambiciosa como Rembrandt y el retrato en Ámsterdam : «El trabajo de cuatro años se pierde para siempre. Esta es una muestra muy costosa por transportes, préstamos y seguros. La situación para los museos es catastrófica ».
«Es difícil calcular hacia que escenario nos movemos –continúa el director del Reina–, pero estos son amplísimos. Te pongo un ejemplo: nosotros en breve tendríamos que clausurar a Mario Merz , pero parte de los correos son italianos. Si no vienen, ¿qué hacemos? ¿ampliamos? Pero parte de la expo tiene que viajar a Alemania. ¿La mandamos solo en parte? ¿Y qué hacemos con nuestra siguiente muestra? Esto es como cuando pierdes una pieza de un puzle : no vale con poner otra».
Una imagen global
Para este director, la imagen que pueda estar dando el museo no le preocupa tanto («esto es global»), como lo que afectará al sector: «Acabábamos de salir de una crisis y se nos viene otra encima. Eso, para el ámbito de la cultura, significa precariedad del tejido ».
Sin embargo, Borja-Villel es capaz de sacar una lectura positiva del asunto: « Nos está ayudando a reforzar la parte digital del museo. Junto con el departamento de educación, estamos explorando nuevas formas de mediación que persiguen que el museo siga estando disponible para los visitantes. También se está reforzando la web, otorgando mayor protagonismo a los microsites (como el ya más que popular Repensar Guernica ), la radio, la programación audiovisual, buscando vías para que, en la medida de lo posible, las actividades canceladas tengan salida por estos medios».
Los que están viendo cómo lo digital les está reportando buenos resultados son los responsables del Museo del Prado , una institución que solo ha cerrado sus puertas en cuatro ocasiones por fuerza mayor desde la Guerra Civil. Esta despedida temporal del museo la realizaba el propio director, Miguel Falomir , en uno de los últimos vídeos en directo por Instagram que la institución ha venido realizando cada mañana diez minutos antes de su apertura desde hace dos años, y tras los que se esconde Javier Sainz, responsable de redes del centro: «Desde que cerramos, la acogida ha sido impresionante. Hemos pasado de 612.000 seguidores en IG a 652.000 en cuatro días. Y el vídeo posterior al de Falomir, con el jefe de conservación Alejandro Vergara , cuenta ya con 170.000 visualizaciones y 4.000 comentarios. Hemos tenido que hacernos con 10 servidores más. Nuestro tráfico web el viernes pasó de las 20.000 a las 200.000 visitas».
Para evitar los contagios, también se ha impuesto el teletrabajo en el Prado. Sainz ya no puede hacer directos , pero sí que aprovecha estas jornadas para recuperar vídeos anteriores, potenciar los recursos didácticos de su web («somos conscientes de que hay muchos niños en casa») y relanzar los cursos gratuitos on line con la colaboración de Telefónica . «Lo importante es transmitir que esa relación emocional que el visitante tiene con el Prado se mantiene en lo virtual».
«Solo con cita previa»
También las galerías –que como recuerda Manuel Fernández-Braso , presidente de la asociación que agrupa a las de la capital, son pequeñas pymes– ven afectada su actividad por el coronavirus. Inauguraciones pospuestas o casi a puerta cerrada (hasta que se decretó el cierre de todo tipo de comercios) han dado paso al eufemismo «atendemos con cita previa»: «En realidad, nosotros no dependemos del que pasa por la calle –confiesan desde Espacio Mínimo ». Mucho del trabajo de una galería siempre es teletrabajo».
Sin embargo, estos galeristas no son incrédulos: «Para lo que no estamos preparados es para aguantar los batacazos de la bolsa. Las ventas de mayor valor ya se han resentido , pero lo vienen haciendo desde ARCO ». Para ellos, como para muchos colegas, lo prioritario ahora es «no poner en riesgo la salud de nadie, por ejemplo, la de un transportista». Ellos fueron los primeros en cancelar su próxima cita, la de Diana Larrea , incluso cuando el peligro ni se vislumbraba en el horizonte: «Cuando podamos presentar su obra será un doble motivo de celebración».
Todo tipo de proyectos artísticos se están viendo alterados. Basel Hong Kong fue la primera feria en caer. Este fin de semana celebra una edición on line. Toca reinventarse. La última en anunciar su traslado en el calendario, Art Photo Bcn , que salta de mayo a septiembre: «Nos movemos más obligados por los responsables de Santa Mónica , nuestra sede, y su programación, que por nosotros. Pero no estamos encontrando mala cara entre los expositores, que lo entienden perfectamente», cuenta Isabel Lázaro , su directora. Desde Alalimón , el ámbito de gestión cultural que también dirige, son conscientes de que «no queda más remedio que prepararnos para una cuarentena larga»: «Se vive muy en precario. Todo, o esta paralizado, o lo paralizamos nosotros mismos: ¿cómo gestionas ahora, por ejemplo, una venta on line, si no puedes hacer un envío?».
«Cancelar algo o postponerlo no significa que su gasto desaparezca», recuerda Manuel Borja-Villel
De la misma idea es la artista Marina Núñez : «Esto va a ser horroroso para los que viven al día. Si se cancelan expos también se cancelarán pagos a artistas o comisarios. No hay población tan precaria como la de nuestro gremio ». A ella, como a muchos creadores, el confinamiento no le afectará demasiado («estamos acostumbrados a trabajar en casa») y no considera que el susto nos lleve a ningún lado: «No creo que cambien mucho las cosas tras esto. Es un imprevisto que no pone en duda nuestro modelo. Si acaso, el sanitario, la necesidad de uno público . Pero eso en España ya lo tenemos interiorizado». Solo el tiempo, y el avance del COVID-19, de no hacer muchos estragos, le dará o no la razón.