LIBROS
«Una conversación literaria (Madrid, 1970)», Francisco Ayala, de viva voz
De la mano de la Fundación Francisco Ayala nos llega esta larga entrevista de Miguel Fernández-Braso al escritor granadino
![Francisco Ayala, protagonista de esta conversación](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2017/03/06/fotoayala-kojH--620x349@abc.jpg)
Nacido en 1906, Francisco Ayala vivió uno de los períodos más fructíferos y deslumbrantes de nuestra literatura, con razón denominado «Edad de Plata» . Ensayista y narrador -recordemos, entre otras, sus extraordinarias novelas «Muertes de perro» y «El fondo del vaso»-, conservó su envidiable lucidez hasta su muerte, acaecida en Madrid a los 103 años. De esa lucidez da cuenta esta larga conversación mantenida con el periodista cultural Miguel Fernández-Braso (Villanueva del Arzobispo, Jaén, 1940), que tuvo lugar en 1970, en uno de los viajes que Ayala -en esa fecha en el exilio, al que partió tras la Guerra Civil-, realizaba a la capital de España hasta regresar definitivamente a nuestro país en 1976. Encuentro del que ahora podemos disfrutar -y aprender-, gracias a la feliz iniciativa por parte de la Fundación que custodia el legado del autor granadino, de ponerlo al alcance de los lectores.
Mirada inteligente
Incontables son los asuntos -el exilio, los medios de comunicación, la política, su propia obra, el «boom» de la novela hispanoamericana...-, y nombres - Ortega y Gómez de la Serna , y sus respectivas tertulias de «Revista de Occidente» y Pombo, Alberti, Salinas, Max Aub , Sender, Borges...-, que desfilan por estas páginas, donde las intervenciones del entrevistador son mínimas. Como él mismo aclara: «mi intención era señalar el tema para incitar al maestro Ayala a su desarrollo» . El protagonista de esta conversación se pronuncia sin autocensuras. Así, por ejemplo, no duda en recordar su difícil relación con Juan Ramón Jiménez, el carácter hosco de Azaña, o la manera, «como un espectáculo», en la que ve Hemingway a los españoles en su célebre novela «Por quién doblan las campanas». En general, sin embargo, no hay hiel en sus evocaciones, sino la mirada inteligente de quien tuvo una trayectoria vital y creadora tan rica.