ARTE
La Conservera se toma su tiempo
El centro de arte murciano recibe el nuevo año con un ambicioso proyecto comisariado por 1erEscalón. Jóvenes artistas de la región ilustran un ensayo visual sobre el paso del tiempo. Es «Gramáticas de la temporalidad», que ocupa todas sus salas
Hace ahora un año, 1erEscalón (el colectivo curatorial conformado por Isabel Durante , Ana G. Alarcón y Miguel Ángel Hernández ), puso en marcha un archivo de artistas visuales de Murcia, promovido por el Instituto de las Industrias Culturales de la Consejería de Cultura de esta Comunidad Autónoma, que aún sigue ampliándose en la web. La nómina de autores reunida desde entonces sorprende incluso a sus promotores . En ello tiene mucho que ver el frágil sistema artístico en la provincia, que obligó en ciertos casos a sus artistas a emigrar a otras latitudes nacionales (como Fito Conesa ) o del extranjero (hablamos ahora de Juanli Carrión o Rosell Meseguer ), donde han completado su formación o desde donde han comenzado a establecer sus carreras. Eso, confiesan, ha dado pie a que los comisarios se hayan topado con creadores que desconocían o de los que tenían pocas referencias .
La iniciativa fue la base, tiempo después, de unos seminarios sobre los creadores de la región y, ahora, de alguna manera, toma nueva forma al materializarse en una exposición en La Conservera que visibiliza el buen hacer de un nutrido grupo de ellos, entre los que se incluyen los tres mencionados junto a once más . Ahora bien –y esto lo recalcan desde el principio los agentes de 1erEscalón–: Con esta muestra no se ha tratado de ilustrar per se el arte que se hace en Murcia hoy , lo que además no otorgaría ningún valor añadido a sus artistas, sino construir algo con más sentido, una exposición de tesis que potencia la fuerza de sus proyectos y anima al espectador a desear ahondar más en su labor.
Tiempo y espacio
Con ese espíritu nace «Gramáticas de la temporalidad en el arte reciente», una cita que advierte del interés que lo temporal ha adquirido en las corrientes artísticas más actuales , frente a épocas no tan lejanas en las que, según los comisarios, primó más lo espacial: «La globalización no es ya sólo una cuestión de espacios –anuncian–, sino también una cuestión de tiempos».
La propuesta es la primera incursión de 1erEscalón en una institución pública. Ya han desarrollado su labor en galerías como Cámara Oscura para A3Bandas , o ArtNueve ; y, sobre todo, en AB9 , la subsede de este último espacio murciano, que ellos mismos codirigen. En La Conservera, a la que algunos de los integrantes del colectivo han estado profesionalmente vinculados, una cita ocupa por primera vez la totalidad de sus espacios con una única exposición . Eso sí: sin los presupuestos (12.000 euros cuesta «Gramáticas»), de épocas pasadas. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
Esta pregunta encajaría a la perfección en el discurso de la muestra que, partiendo de las tesis del filósofo alemán Reinhard Koselleck , fractura la idea de un tiempo lineal en el que el pasado antecedió a un presente que precede al futuro, de forma que esto s se mezclan, se desfiguran, se relacionan, se tocan y articulan . Es la magia de los contratiempos. Y el tiempo productivo al que dio pie la sociedad industrial (que, también creó y dio sentido a su antónimo, el tiempo de ocio), queda cuestionado y fácilmente sustituido por otras fórmulas de experimentarlo.
El pasado es fotográfico. El presente, pictórico. Y el futuro, social, político, utópico...
Atrévanse pues a entrar en la exposición por cualquiera de sus tres secciones, dedicadas a las tres formas clásicas de definir lo temporal . Quizás si lo hacen siguiendo la línea clásica irán activando, sin ser conscientes de ello, la potencia de ciertas obras al haber contemplado antes la energía innata de las anteriores. El pasado, además, queda contenido en la sala de La Conservera –un centro con espacios nada convencionales– que menos se aparta de las premisas del tradicional cubo blanco, lo que no desluce en ningún caso la fuerza de las obras que ahora alberga.
En el archivo de 1erEscalón confluyen artistas de diferentes generaciones. Para la exposición se ha servido de un evidente corte temporal: autores nacidos ya en democracia . Y el pasado, curiosamente, es femenino y fotográfico. Una cita de un gran filósofo arropa a los seleccionados en cada sección. En este caso, Walter Benjamin es el elegido («lo que fue en una época concreta es al tiempo “lo-sido-desde-siempre”»), que apadrina los soberbios trabajos de Concha Martínez Barreto (a la que pronto veremos en Espacio Valverde ) y Tatiana Abellán . La primera rescata una foto antigua de un álbum inglés de los años 30 para eliminar su contexto y perder sus figuras, ahora dibujadas, en el lienzo. Una maqueta reproduciría las ruinas (el paisaje) que se nos niegan en la imagen («Bridge», 2015). Recuerda la artista que, curiosamente, lo primero que olvidamos cuando evocamos son las escalas. La segunda aludida convierte una pérdida (el de las fotos que documentaban un capítulo importante de su vida), en motor para construir su propio álbum con imágenes de otros que le recuerdan a esas que no volverán . Ella se las ofrece fragmentadas al espectador y sometidas a otro proceso de destrucción, de destilación ahora, ante sus propios ojos. Poéticas del olvido («Fuisteis yo», 2016).
Puntadas con hilo
A su lado, Rosell Meseguer reivindica lo que este no debería arrebatarnos («Memoria recuerdo olvido»), una instalación en la que la foto dialoga con restos arqueológicos. Y Sonia Navarro , que encontró en el Archivo de ABC imágenes antiguas de lugares que ya no son como estas reflejan y que ella ancla en el presente a través de su habitual costura. El único representante masculino de este sector es Salvi Vivancos , que reactualiza una imagen fija del pasado a través del vídeo, pero otorgando a su presentación una apariencia de épocas pretéritas.
Algunas piezas juegan con la historia del lugar, como la que nos sale al paso al entrar en la sección «Presentes otros / Tiempos alterados», con George Kubler como cicerone («Actualidad es (…) todo lo que podemos conocer directamente. El resto del tiempo llega de señales enviadas»). Su autor es Juan Sánchez , que se supera transformando lo pictórico en tridimensional y convirtiendo en pintura cinco de los productos que se manipulaban en esta antigua conservera de alimentos. Otra pintura, la de Gil Antonio Munuera , exige de una mirada ralentizada para ser entendida, resistiéndose a los ritmos frenéticos del presente. Y justo al lado, las «Mutaciones, transformaciones», de Ramón Lez , que muestra en vídeo cómo se deshacen sus dibujos a tinta sobre un bloque de hielo, que, por obra y gracia de la alteración del tiempo, vuelven a aparecer ante nosotros. Fito Conesa , con una destacada trayectoria en Cataluña, aún no había expuesto en Murcia. Rescate obligado, pues, el de su instalación de vídeo «Wasting Time, Wasting Time» , simple y bella metáfora sobre los tiempos de espera, esos momentos en los que nos reducimos a un número y parece que no pasa nada. Dudas sobre el encaje en este ámbito de la obra la de la única mujer, María José Climent , que vincula tiempo a espacio y arquitectura en una recreación de un falso asesinato.
El florido pensil
Nos dirigimos al futuro y las instalaciones ganan peso. También el mensaje político. Por eso el filósofo al que se apela es Franco Bernardi . «Outer Seed Shadow», de Juanli Carrión , introduce la nota ecológica. Uno de los productos trabajados en esta conservera fue el pimiento. Con las cinco variedades de la Vega Media del Segura propone un jardín en el que, mientras crecen las plantas y hasta la salida del fruto, es imposible observar las diferencias , que, con el tiempo, vivirán de forma armónica. O así debería ser. Recordemos además que este fruto es originario de México, con lo que las referencias al apropiacionismo cultural están servidas, complementadas con sus dibujos , que tienen como base el contenido de la Ley de Extranjería y, como motivo, diferentes especies de plantas no autóctonas.
A su lado, el «Guion basado en una relación espacio-temporal», de Juan Antonio Cerezuela (uno de los «descubrimientos» de los comisarios), notas tomadas en un diario que se proponen como guía imposible para el futuro. La pareja conformada por Clara Boj y Diego Díaz parte del texto curatorial y convierte sus palabras clave en «tags» que un programa informático rastrea en la web y descarga aleatoriamente en forma de imágenes en tiempo real . Así de incierto es lo que está por llegar. Filosofía similar a la de Consume ESTO , una planta más arriba, cuyas imágenes producidas se mezclan con otras encontradas y ofrecen falsas vías de escape a un presente corrompido. ¿No han visto aún esta expo? Están perdiendo el tiempo…