«Las elecciones se han convertido en un obstáculo para la democracia. ¿Y si sorteamos a los senadores?»
El filósofo belga David van Reybrouck explica cómo superar la crisis política e institucional de confianza de los ciudadanos recurriendo al sorteo ateniense

La democracia está en crisis. Y cada vez son más los indicadores que apuntan a ello: una abstención en las elecciones cada vez más alta, los resultados electorales cada vez más volátiles, la pérdida de afiliados constante por parte de los partidos, la incapacidad de la Administración, la debilidad política, el temor a las urnas por parte de quien gobierna, la desafección de los ciudadanos, la dificultad para encontrar nuevos políticos, la fiebre por la campaña electoral, el afán compulsivo de protagonismo, el estrés de los medios de comunicación o la indiferencia de los votantes. Marine Le Pen tiene posibilidades de competir por el Elíseo. Mientras, Donald Trump ya ejerce desde el Despacho Oval. Todo esto es lo que David van Reybrouck , un filósofo belga, define como el «síndrome de la fatiga democrática». La causa, según apunta en su libro «Contra las elecciones. Cómo salvar la Democracia», es «consecuencia normal de la santificación del sistema representativo electoral ». En su opinión, después de dos siglos utilizando los comicios, empieza a advertirse un desgaste acelerado. ¿Podría haber otro tipo de democracia que no se basara en limitarse a votar cada cuatro o cinco años? A eso dedica su libro, que traducido a diecisiete idiomas y con varias ediciones, lo va a llevar al Parlamento alemán a exponer sus ideas y, quién sabe, si a sembrar allí la idea que defiende: «Las elecciones se han revelado como un proceso totalmente antidemocrático ». [Ve el vídeo resumen al final de esta pieza y activa los subtítulos]

El periodista José María Carrascal apuntaba en La Tercera de este mismo medio el jueves 9 de febrero que «la democracia ya no es garantía de buen gobierno. Puede ser tan destructiva y corrupta como la dictadura (...) extendida a partidos y organizaciones afines, con lo que la corrupción se generaliza». A lo que añadía que «a estas alturas de la historia podemos decir que la democracia en sí no garantiza un buen gobierno». Para el filósofo belga, gran parte de este problema es que la única manera de intervenir de los ciudadanos en la política es mediante una papeleta cada cuatro años.
«Ha habido muchos análisis que dicen que la cupa es de la gente, o de los políticos, o de los partidos… pero nunca se oye decir que la culpa es de los procedimientos, y los procedimientos son problemáticos », señala a ABC durante su visita a Madrid van Reybrouck. Después explica que hace casi doscientos años, Tocqueville viajó de Francia a Estados Unidos y ya en 1830 apuntó el problema que después sufrirían los políticos cada vez más acusado. Se encontró con que los meses previos a las elecciones, el aire estaba enrarecido y el país paralizado. ¿Por qué se ha vuelto ahora un problema? «A diferencia de hace unos años, la gente cada vez se interesa más en la política pero desconfía más del sistema . Las redes sociales han cambiado el panorama: nos facilitan la comunicación, y la tensión va en aumento», comenta, y utiliza una metáfora, de esas tan presentes en sus trabajos, para explicarlo: «Es como si todos los votantes estuvieran en enormes campos de fútbol y los políticos fueran los jugadores, que se pelean y debaten mientras la gente mira, pero les separa un cristal. Cada cuatro años pueden ir a votar, pero en ese tiempo anterior, todos los gritos que han lanzado contra los políticos han chocado contra el cristal, no han influido nada en lo que pasa en el campo. Tenemos que encontrar formas de canalizar esa rabia , porque en el fondo tiene algo positivo».
Noticias relacionadas