Climent fue el eterno incomprendido. En parte, porque siempre navegó a contracorriente (lo que supuso abrazar la vanguardia); en parte, porque pocas veces dio el brazo a torcer con el mercado
«Clodomiro y Abrahám», ilustración publicada en «Blanco y Negro», nº. 2.047, el 10 de agosto de 1930