LIBROS
Caneiro, contra cualquier intolerancia
Xosé Carlos Caneiro repasa en «Francamente» la época franquista mediante los hechos históricos y los recuerdos y vivencias personales
Inabarcable es la bibliografía sobre Franco y el franquismo. Esta etapa de nuestra reciente historia se ha abordado desde diferentes perspectivas y posiciones ideológicas. Pero este maremágnum no ha arredrado al escritor, periodista y profesor Xosé Carlos Caneiro (Verín, Orense, 1963) para tratar el asunto en «Francamente. Ironía biográfica de la dictadura de Franco», un ensayo -que vio la luz primero en gallego y ahora, revisado y ampliado, en español -, en el que se adentra en ese periodo combinando un recorrido por los principales hechos históricos y sociológicos -por ejemplo, se destaca el «boom» turístico de los años sesenta y lo que supuso- con recuerdos, vivencias y sentimientos personales: «Tras la muerte del dictador, aquella mañana de noviembre, que fue una de las más felices de mi vida, Juan Carlos fue proclamado Rey».
Muchos Francos
Una fórmula que, sazonada con ironía, facilita una lectura tan provechosa como entretenida. Xosé Carlos Caneiro, que ha dado a la imprenta novelas, colecciones de relatos, ensayos y poemarios, en una trayectoria surcada por varios galardones, se confiesa antifranquista y desde esta postura escribe «Francamente». Pero no se guía por el dogmatismo, pues, lo más valioso del libro es que Franco, que comparece también en no pocas novelas y relatos de Caneiro, recogiendo él mismo algunos pasajes en esta obra, es mucho más que la figura que sumió a España en un largo y penoso régimen autoritario.
El dictador se convierte en el símbolo de muchos otros que, allí donde se encuentren, Caneiro rechaza: «Contra Franco. Contra los muchos Francos que, a la izquierda y a la derecha aún existen». En la imagen de quienes, más allá de ideologías, tienen alma despótica que no casa con el bien supremo de la libertad. No resulta baladí que Caneiro señale: «Cuando recientemente escuché al líder de Podemos precisar que el Gobierno debía ejercer un control público de los medios de comunicación recordé estos preceptos de la Ley de 1966». Apostar por la tolerancia, como hace Caneiro, es una batalla que nunca se ha de orillar, y quizá más en los tiempos que corren cuando parece que algunos intentan resucitar las dos Españas, olvidando a dónde conducen siempre el sectarismo y las posturas fanáticas y radicales .