LIBROS

Buscando una habitación sosegada con Michael McClure

El miembro de la «generación beat» recientemente fallecido intentó que la literatura avanzara las revoluciones de su tiempo

Michael McClure (Kansas, 1932-California, 2020)
Diego Doncel

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Los beats cambiaron la cara de la poesía occidental a ritmo de jazz y a golpes de inocencia. Fueron unos rebeldes sin programa definido y unos espirituales sin religión. Crecieron ferozmente como las plantas de la marihuana en medio de los pulcros campos cultivados de la poesía norteamericana de los años 50. Frente a las reglas académicas ellos plantaron los hongos de la ferocidad, frente al intelectualismo ellos lo llenaron con las visiones de los bajos de las autopistas donde se trafica ilegalmente. La onda expansiva de su revolución está lejos de extinguirse a pesar de que algunos se hicieron intensamente viejos y se dejaron morir. El año pasado despedimos a Ferlinghetti , hace unos días se despidió de nosotros Michael McClure , aquel chico jovencísimo que en 1957 formó parte del mítico número de «Evergreen Poetry» y del «San Francisco Renaissance» , y que poco después organizó la mítica lectura de la Six Gallery donde se presentaron al mundo los beats .

McClure fue siempre un poeta con una voz original, un novelista incómodo y un dramaturgo sumamente audaz , mítico en el firmamento de la escena californiana. Para McClure la literatura es cuestión de energía, de atrapar y expresar la enorme energía que está en nuestro cuerpo, en nuestras palabras, en la materia de la que está hecha el mundo. Al principio de su obra tuvo un billete para viajar por los universos psicodélicos y demás misticismos drogómanos . Pero pronto descubrió que dentro de él habitaba un animal de rabia y furia que necesitaba una liberación. Esa liberación tuvo en The Ghost Tantras su aullido, su expresión agónica. Al McClure de esta época hay que leerlo sabiendo que es un escritor tan peligroso y nocivo como Burroughs , que para hacer una lectura de su obra es mejor irse al centro de la calzada porque en la acera puedes recibir más de un navajazo. En su furiosa obra de teatro titulada The Beard importa el pestilente aliento de los protagonistas tanto como que está escrita desde una habitación del infierno, que no rehúye los mundos fantásticos ni las desviaciones de la realidad y de lo sexual, por lo que será juzgada por obscenidad y atentado contra la moral pública.

Pero como ocurrió con sus colegas beats , también la biografía de McClure va buscando paulatinamente los caminos de la serenidad . También hay una búsqueda de la unidad material entre el cuerpo y la naturaleza, una conciencia ecológica que no le abandonará ya nunca. Sus poemas hablan definitivamente con la voz coloquial de la Bahía de San Francisco , aspiran a una energía taoísta, con exquisita sensibilidad describen la maravilla de lo cotidiano, la vasta y compleja hermosura de lo que pasa en la calle.

Siempre fue un tipo inquieto, siempre intentó que su figura destacase como epicentro de todas los seísmos culturales que se iban a suceder. No es extraño por eso que le interesara tanto la trascendencia pública de la poesía, que se lanzará a los bares y a los teatros recitando sus poemas o grabando con Jim Morrison o Ray Manzarek , de The Doors , o escribiendo «Mercedes Benz» para Janis Joplin .

Intentó que la literatura fuera la que avanzara las revoluciones de su tiempo. Su vida se puede resumir en una frase: intentó que los excesos y el furor de una época fueran una habitación sosegada para la generación siguiente.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación