ARTE
Burradas, monerías y cochinadas
Nunca está de más tomar conciencia de nuestra relación con el resto de seres vivos. Es el propósito del festival «Capital Animal», en Madrid, cuyos contenidos, a veces, llenan la cabeza de pájaros

Partamos de que « Animalista », en La Casa Encendida (hasta el 12 de junio), no es una exposición de arte. Es un proyecto plural y activista, bienintencionado y combativo, del que forman parte artistas, pero no sólo ellos . De hecho, y con diferencia, su mejor propuesta es la de un médico, Alejandro Garrido , cuya aportación, «¿Quieres que hablemos?», propone sin dogmatismos ni aspavientos pautas para afrontar el debate de un tema, el de la defensa animal y aledaños (veganismo, caza, tauromaquia, propuestas de ocio como los circos o zoos...), que levanta pasiones enconadas.
Decíamos que no puede ser entendido como proyecto artístico porque, de ser así, hay errores de bulto que no podemos pasar por alto . Uno de los más llamativos, el de la disposición de las obras en su primer apartado, el que los comisarios han dejado en manos de Enrique Marty , y que entienden como una especie de gabinete de museo con 200 obras que tapian literalmente las paredes , en un deseo de mostrar la fascinación que el «animal humano» (la terminología empleada, en ocasiones, resulta pueril) siente por los «animales no humanos».
Cantidad versus calidad
Y entonces aquello se convierte en un tótum revolútum (sin cartelas) en el que cualquier obra de cualquier autor con un animal como icono tiene cabida, independientemente de la calidad, el tamaño o el número. Si se ha tenido la suerte de presentar una obra monumental como la de Alfonso Galván o Santiago Ydáñez , o varias de prestancia como las de Pierre Gonnord o Amparo Garrido (la segunda pregunta sería por qué sus primates y sólo sus primates son «indultados» del maremágnum en paredes blancas), enhorabuena: serán fácilmente localizadas. Son muchos los artistas que me preguntan si «he visto» allí sus trabajos, y a todos les he de contestar lo mismo: creo que no. Y mucho menos admirar sus matices si estos me quedan a tres metros de la cabeza . Reconozco que lo que sentí fue el mismo aturdimiento que un niño en una pajarería, donde las jaulas ahora son los límites de los cuadros y las fotos.
En la segunda parte de la cita –acto central del programa « Capital Animal », promovido por la plataforma homónima– es tiempo de agitación; de violencia, esclavitud y tortura animal, y del surgimiento de nuevas preguntas . Se nos dice, por ejemplo, que es el sistema capitalista el que sustenta estos comportamientos, mientras en uno de los vídeos se reproduce el sacrificio de perros en un mercado presumiblemente chino. ¿Por qué en este sector, por ejemplo, faltan cartelas o las de los ilustradores no incluyen datos? Porque, sinceramente, la viñeta de Forges del toro que se interroga sobre el porqué de su situación sería valiente en 1970 o 1980. En 2016, es una bobería . Y lo peor es que la misma ilustración (junto a otras, ampliadas hasta la ruptura del píxel) se repite en la Calcografía (« Otras tauromaquias », hasta el 25 de mayo), donde volvemos a encontrarnos con buena parte de los artistas convocados en Atocha ( El Roto, Forges, Malagón, Santiago Talavera, Miguel Scheroff, La Ruina y Jaime Alekos ...).
Una foto de la serie «Soy tú», de Amparo Garrido «Capital Animal»
Distintas sedes. Madrid. Comisarios: Rafael Doctor, Ruth Toledano y Concha López. Hasta finales de junio