SERIES
«Bones» (huesos, en inglés) de Cervantes
Anaïs Schaaff, guionista de «El Ministerio del Tiempo», imagina una escena, al estilo de otra serie, «Bones», sobre la búsqueda de los huesos de Cervantes

Rótulo: Abril de 2015. Convento de las Trinitarias.
Bien entrada la noche. Las monjas hace horas que duermen en sus celdas.
La cripta, iluminada con potentes focos LED, está equipada con todo el material tecnológico de última generación necesario en un laboratorio forense.
La DOCTORA -excelente antropóloga forense especialista en huesos- trabaja a contrarreloj. Está concentrada reconstruyendo un puzle en forma de esqueleto incompleto sobre una superficie retroiluminada.
Entra el AGENTE -uno de los mejores agentes especiales del CNI- y rompe la paz del estudio.
Agente : ¿Tenemos resultados?
La doctora, tras dar un respingo, responde.
Doctora : El esqueleto está incompleto y el cráneo fragmentado, pero la pelvis es masculina y la fusión de la epífisis esternal coincide con la de un adulto de más de treinta años. El desgaste dental podría indicar el doble de edad.
Agente : (Impaciente) ¿Es Cervantes? ¿Sí o no?
Doctora : No lo sé.
Agente: (Con fastidio) Puedes distinguir los huesos de un tenista de los de un violinista… ¿y no sabes si este esqueleto fue un escritor?
Doctora : No. Como tampoco sé qué interés tiene el CNI por encontrar a Cervantes.
El agente le dedica una vistosa peineta. La doctora lo mira pasmada.
Doctora : Vete a la mierda.
Agente : Joder, Begoña, cómo te pones. ¿Ves el callo de este dedo?
El agente le muestra el dedo corazón de la peineta.
Agente : Lo tengo torcido de tomar apuntes en la universidad. Así tendría que estar el dedo de Cervantes.
Doctora : Cervantes no escribía con boli BIC. No se ejerce tanta presión sobre una pluma de ganso. (Con parsimonia) Ahora deja que haga mi trabajo.
Agente : Nos están metiendo prisa desde arriba.
Doctora : Relájate, Borja, queda un año para el centenario.
Agente: Sí, pero tú tienes hasta el viernes.
Doctora : (Desconcertada) ¿Hasta el viernes?
Agente : Ya han invertido un pastón y tú sabes cómo están las arcas del Ayuntamiento…
«¿Podríamos enterrar solo su antebrazo y decir que tenemos la tumba de Cervantes?»
Doctora : ¿Pero esto qué es? ¿Arqueología o postureo?
Agente: ¿Hace falta que te conteste? Italia tiene su tumba de Dante; Inglaterra, su tumba de Shakespeare; Alemania, la de Goethe. Y, como siempre, nosotros estamos en la cola de Europa. Hasta Portugal tiene la tumba de Camões.
Doctora: Los huesos de Camões se perdieron en el terremoto de 1755. Su tumba está vacía.
Agente : Bueno, es Portugal… El caso es que esos escritores captaron la esencia de la nación en su propia lengua, igual que Cervantes. Él también merece su losa de mármol.
Doctora : Lo que merece es que más gente lea el Quijote.
Agente : Eso también… Pero cada año, cientos de miles de turistas pagan entrada para visitar las tumbas de esos escritores…
Doctora : Entiendo, el turismo da más beneficios que la venta de libros.
La doctora aprovecha para volver al trabajo.
Agente : Me preocupa que no le encontremos. Con todo el bombo que le han dado en los medios se podría entender como un fracaso político.
Doctora : (Sonríe) ¿Otro más?
Agente : No estamos aquí para criticar a nuestros superiores. A ver, ¿cuánto tardarán las pruebas?
Doctora : ¿Qué pruebas?
Agente : Las de ADN.
Doctora : Las descartamos desde el primer momento.
Agente : ¿Por qué?
Doctora : Si los huesos no estuviesen en mal estado, se podrían cotejar con el ADN de su hermana Luisa, que fue sepultada en el convento de Alcalá de Henares. Pero no es el caso.
Agente : Se podría intentar…
Doctora : Y nos pilla el centenario, seguro. Los restos de ambos hermanos se encuentran en osarios, mezclados con otros huesos. Identificarlos es una lotería.
Agente : Para ser una gloria de nuestras Letras, ya podrían haberlo enterrado mejor…
«Lo que merece es que más gente lea el "Quijote"»
Doctora : En 1616 no era el célebre escritor que es ahora. Y tampoco es mala sepultura. En esa época, estar enterrado en un convento no era moco de pavo.
Agente : ¿Cómo pretendes localizarle sin el ADN?
Doctora : Con algo de suerte… Por sus heridas de guerra.
Agente : (Atando cabos) Lepanto…
Doctora : Quizás encuentre algún fragmento de plomo incrustado en las costillas. Pero a ver qué hago con el resto de huesos. Aquí hay por lo menos de tres adultos diferentes.
La doctora suspira agobiada por el trabajo.
Doctora : Me bastaría su antebrazo izquierdo para confirmar una atrofia del hueso.
Agente : ¿Podríamos enterrar solo su antebrazo y decir que tenemos la tumba de Cervantes?
Doctora: (Tomándole el pelo) O meterlo en una hornacina como una reliquia.
Agente : Habría que consultarlo a los de arriba. Podría funcionar.
Doctora : No sé… Ni siquiera sería el brazo con el que escribió el «Quijote».
Agente : Cuando te pones negativa…
La doctora sigue trabajando bajo la atenta mirada del agente. Se hace un silencio. Después de unos segundos ella suspira desanimada.
Doctora : Nada.
Agente : ¿Nada?
Doctora : No hay marcas de la batalla. Ni rastro de Lepanto.
Agente : (Señala un hueso) ¿Esa es la mandíbula?
Doctora : (La coge) Sí.
Agente : Es afilada. Parece la del cuadro de Cervantes.
Doctora : Suponiendo que ese fuera su retrato.
«No hay marcas de la batalla. Ni rastro de Lepanto»
Agente : Y el cráneo.
Doctora : Ni se te ocurra tocarlo. Es frágil como la cáscara de un huevo.
El agente husmea la calavera sin tocarla. Le impresiona su mueca.
Agente : Qué grande el ingenio de Cervantes y qué insignificante su esqueleto… Es grotesco.
Doctora : (Irónica) Bienvenido a mi mundo… Al menos, él fue grande en algún momento.
Agente : Y lo sigue siendo. Otros, con pagar la hipoteca tenemos suficiente.
Doctora : En su época, él tuvo el mismo problema, no creas.
Agente : Ahora sus huesos solo son polvo y suciedad…
Doctora : Si sigues por ahí, vas a pillar una crisis existencial.
El agente no se aparta ni un milímetro de los huesos.
Agente : Tal vez estemos delante de lo que queda de él.
Doctora : Eso es lo que tú quisieras.
Agente : (Firme) Creo que es él…
Doctora : Por eso la experta soy yo.
El agente se queda serio mirando a la doctora sin atreverse a decir lo que piensa, pero ella lo adivina.
Doctora : Serías capaz hasta de pedirme que mintiera, ¿verdad?
Agente : Eres una eminencia. Nadie se atrevería a dudar de un informe tuyo.
Doctora : Voy a pedirte que salgas… A que te dé el aire un rato.
Agente : De acuerdo… ¿Firmarás los papeles conforme lo hemos encontrado?
Doctora : Ya veremos.
Agente : Hazlo, por favor.
El agente sale. La doctora ojea el formulario que le ha dejado su compañero.
No veremos si lo firma.
FIN