Opinión

Barcelona, hace cien años

En las primeras décadas del siglo XX, la Ciudad Condal era París con todas sus fiestas y se hablaba castellano, francés, inglés, catalán, y lo que hiciera falta; por algo Eduardo Mendoza dijo de ella que era la ciudad de los prodigios

Las Ramblas, en los años 20 del siglo pasado Josep Brangulí

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En el año 2014, la Fundación Joan Miró organizó una muestra titulada «Barcelona zona neutral» (1914-18), cuyo discurso repasaba los años más gloriosos de la capital catalana que frisan las primeras décadas del siglo XX. Cuando, aprovechándose de una Europa entreguerras , atrajo el no va más del arte, el ensayo y el espectáculo de aquel tiempo. Barcelona era París con todas sus fiestas y se hablaba castellano, francés, inglés, catalán, y lo que hiciera falta.

Lo mismo que se organizaba en alguno de sus garitos portuarios un combate de boxeo entre el poeta maldito de moda, Arthur Cravan , y Jack Johnson -para más señas, afroamericano y que fue condenado por cruzar de un estado a otro de Estados Unidos con una mujer blanca colgada del brazo-, que recogió en imágenes irrepetibles quien fuera fotógrafo de la revista «Blanco y Negro» , Josep Brangulí .

Pongamos otros nombres de aquel cosmopolitismo barcelonés : Gleizes, Picabia, Sonia y Robert Delaunay, un Picasso que se trajo a los ballets rusos. El cosmopolitismo también podía ser tan cañí como cabaretero con el soniquete de las estrellas de la revista y sus rutilantes nombres artísticos: Raquel Meller, Tórtola Valencia y La Chelito.

Hace unos días me llegó la nota de un hotel, de nombre Majéstic , que abrió sus puertas en abril de 1918 en el Paseo de Gracia , aquella época en que Barcelona era París con todas sus fiestas. Por curiosidad -me atrajo la colección de más de mil piezas de arte contemporáneo que ha atesorado en sus cien años de historia-, me adentré en las páginas del catálogo conmemorativo: de Urgell a Anish Kapoor , para que se hagan una idea del amplio espectro.

Prosigo entretenida en la lectura y en el álbum de fotos. En sus habitaciones reposaron sus andanzas una Reina, Victoria Eugenia , una bailarina mítica, Josephine Baker , un premio Nobel, Hemingway , el Lorca de Granada y el Antonio Machado de los campos de Castilla. Barcelona, la ciudad de los prodigios, como la llamó Eduardo Mendoza .

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