ARTE
Es Baluard, en el seno de la distopía
El museo mallorquín alberga tres propuestas interconectadas que se convierten en una reflexión múltiple sobre utopías y distopías, sobre presentes y futuros
![«Sin título (Ciencia ficción)», obra de Marina Núñez de la colectiva «Ballard Baluard»](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2018/11/05/marina-nunez-kHjH--1248x698@abc.jpg)
El ser humano lleva tiempo habitando el desbordamiento, sobrecogido ante la desmesura y completamente alienado por el exceso . El estremecimiento romántico provocado por la inconmensurabilidad de la Naturaleza ha mutado hacia el desasosiego por nuestra incapacidad para procesar la desproporción de estímulos e información que sufrimos, para gestionar la gran cantidad de falsas necesidades y expectativas impuestas cuya frustración nos provoca una constante infelicidad. Los montajes expositivos que realiza Aramburu , directora y comisaria habitual de Es Baluard , apelan a esta exuberancia turbadora, donde nos sobrepasa la exagerada profusión de piezas y su deliberada ubicación disruptiva que dejan en evidencia la alienación contemporánea que padecemos. El museo alberga ahora tres propuestas interconectadas que en realidad se convierten en una reflexión múltiple sobre utopías y distopías, sobre presentes y futuros.
Ese porvenir incierto es el que contienen las novelas de Ballard que tratan temas como la ofuscación tecnológica, el cambio climático, la violencia, el accidente, la obsesión y el sexo . Los comisarios de Ballard Baluard , Méndez y Nadal Suau , acompañan su selección con dos textos que se convierten a su vez en piezas. Desde una perspectiva críptica, crítica, retadora, estimulante y compleja, la propuesta despliega una sutil interrelación entre sus obras. Como si de un signo premonitorio y desasosegante se tratara, la Pluma negra de Viquez establece un eje que contiene un dibujo de Amparo Sard : una metáfora perfecta de ese ser traspasado, perforado, trepanado por una era de la información, de la globalización y la hipervinculación, que lo vacía de contenido y lo desposee de intimidad.
Una intimidad que se hace pública en las fotos de Diana Coca , donde la artista combate los estereotipos femeninos en un escenario abierto en el que aparece como una muñeca rota, un fetiche erótico y objetualizado que cosifica a la mujer mientras establece los elementos de control patriarcal contra los que lucha. Voy a esconder las pruebas... , de Ruiz de Infante , es la pieza que, con una mención expresa a la distopía especista y a la utopía animalista, conecta esta exposición con las otras propuestas del museo. Así, en el marco de Colección permanente 2018 , se halla una pieza de Motorland , de Xisco Bonnín , un proyecto en el que el individuo se diluye entre esos «no lugares» del delirio del progreso compuestos por una desproporción de bloques de viviendas, autovías frenéticas y tendidos eléctricos; junto a ella, la maqueta del conocido Device to Root of Evil , de Oppenheim , con el que el artista desea exorcizar este mundo endemoniado.
Resultados previsibles
Porque si algo ha convertido en diabólico y distópico nuestro planeta es la acción humana. Ello queda patente en Ellos y nosotros , donde la confrontación entre nuestra especie y los animales produce el resultado previsible. De eso da cuenta la exquisita e inquietante instalación de Veru Iché sobre la violencia del hombre; el constante dedo en la llaga de Rosalía Banet , que evidencia los horrores y desmesuras de la sociedad que hemos construido entre todos; el análisis crítico, incisivo e irónico que Moraza desarrolla sobre la relación y proporción entre los medios de producción, de vida y su necesidad; o el sarcasmo político-artístico de Levi Orta sobre las ridículas estructuras de la realidad.