ARTE

Artissima busca un nuevo ritmo

La feria de arte turinesa recupera el formato presencial tras el paréntesis del año pasado, con una perspectiva muy internacional y muchas cuestiones sobre el futuro de los grandes mercados del arte

Ambiente en los pasillos de la presente edición de la feria italiana Perottino-Piva / Artissima

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En un año en que las grandes ferias de arte están tratando de volver por sus fueros tras el parón obligado de 2020, Artissima –«la mayor de las ferias pequeñas y la más pequeña de las grandes ferias», como la define su directora, Ilaria Bonacossa – se está repensando a sí misma, tratando de consolidar su posición como un espacio que busca nuevos talentos y nuevos mercados, al mismo tiempo que mira a lo digital como un posible futuro . Como tema para este año, se ha elegido un concepto muy musical, el 'contratempo', para simbolizar ese cambio de ritmo al que nos hemos visto forzados todos y que ha hecho que las ferias se cuestionen a sí mismas. «Hay una nueva normalidad, no creo que haya vuelta atrás», opina Bonacossa, «la Covid paró los viajes, lo de irse dos días a Shanghái, un día a Nueva York. Ya no tiene sentido. Ese mundillo internacional que se movía junto por todo el mundo se acabó . Y lo digital es una forma de estar en contacto con tus clientes sin que las galerías tengan que organizar cenas ni gastarse tanto dinero en relaciones públicas».

De momento, la feria turinesa ha trasladado a su plataforma digital Artissima XYZ –creada el año pasado para salvar de alguna manera una feria para la que solo faltaban un par de semanas cuando Italia se clausuró por la pandemia– sus tres secciones comisariadas: 'Present Future' (dedicada a los artistas emergentes), 'Back to the Future' (que busca redescubrir a pioneros del arte contemporáneo, yuxtaponiéndolos con artistas actuales) y 'Disegni' (su sección de dibujo), con sólo una pequeña selección de cada una presente físicamente en la feria. En estas secciones 'online' se ha creado una página por cada proyecto (un total de 30, ya que hay diez galerías por sección y un artista por galería) con abundante material multimedia protagonizado por los propios artistas, los galeristas y los comisarios, que exploran más en profundidad cada pieza. Algo que, comenta Bonacossa, funciona bien en esta selección tan acotada, pero no es necesariamente escalable a la totalidad de la feria: « Lo digital funciona cuando el tiempo requerido es humanamente posible , nadie tiene 300 horas para estar delante de una pantalla».

Mirada a la India

En cuanto a la parte presencial de la feria –que vuelve a estar instalada en el Oval, el pabellón construido en Turín para albergar el hockey sobre hielo en los juegos olímpicos de invierno de 2006, convertido ahora en recinto ferial–, sigue siendo, pese a todo, muy internacional . De las 154 galerías presentes, más de la mitad vienen de fuera de Italia, desde un total de 37 países, con destacada presencia de lugares como Irán, Brasil o China, además de India, a la que este año se le dedica un espacio especial – 'Hub India' – con una selección de artistas que muestran lo variado de las propuestas que se están desarrollando en ese subcontinente, algo en lo que abundan otra serie de muestras en diversos espacios de Turín, parte de la programación paralela a la feria.

No falta tampoco presencia española. Aural dedica todo su estand al escultor zaragozano Fernando Sinaga , mientras que Luis Adelantado propone un diálogo de objetos recuperados entre las pequeñas piezas de Carmen Calvo y las obras de gran formato de . La donostiarra Cibrián también se centra en el talento español, con pinturas de José Ramón Amondarain y esculturas de Esther Gatón , más una foto del cubano (afincado en Barcelona) Leandro Feal ; y Rosa Santos ha traído las esculturas en proceso y con un toque de inocencia de la gallega Marina González Guerreiro y las ha unido a dos artistas italianos: los hechizos de la malograda Chiara Fumai (cuya obra se podrá ver en La Casa Encendida durante la próxima edición de ARCO) y la reivindicación de la cultura de club de Jacopo Miliani . Por su parte, ProjecteSD llama la atención en la selección de 'Disegni' con una Ana Jotta que deja su marca (y sus palabras) en dos paredes del espacio.

La feria ha movido sus tres secciones comisariadas a su plataforma digital, pero el formato no parece escalable para albergar a todas las galerías presentes

En el resto de la feria, más allá de la sección principal, encontramos las 'New Entries' –galerías con menos de tres años de existencia– y la sección 'Dialogue / Monologue' , con un toque más experimental y en la que las galerías pueden escoger entre darle todo su estand a un único artista, o seleccionar obras de dos, conectándolas a algún nivel. También merece la pena pasarse por el espacio de Intesa Sanpaolo –desde esta edición el principal patrocinador de Artissima–, que ha aprovechado su gran colección (fruto de ser la fusión de diversos bancos, cada cual con sus propios fondos artísticos) para aportar obras de Jasper Johns, Lucio Fontana o Gerard Richter , entre otros, además de haber creado otra exposición 'online' ( 'Rimbalzi' ) con sus fondos fotográficos.

En resumen, hay bastante que ver paseando por los pasillos de esta edición de Artissima: los cuadros de Alejandra Hernández en la galería milanesa Laveronica ; los juegos en torno a libros (como el diccionario clausurado de Arcangelo Sassolino ) en el estand de Repetto ; las esculturas de Keita Miyazaki , en buena armonía con los cuadros del pamplonés José Castiella en Rosenfeld ; las muchas miradas y muchas lecturas que han atraído los penes –flácidos– de cristal colgados en 'Guilt', de Monica Bonvicini (en la galería milanesa Raffaella Cortese ); las viscerales obras de Cao Yu y Ju Ting en el estand de Urs Meile ; las inquietantes casas de muñecas de Shafei Xia en P420 ; los trampantojos de bibliotecas y museos de Kenji Suguyama y las pinturas de Amani Bodo traídas por Primo Marella ...

Meterse en jardines

Buenas apuestas para una pequeña gran feria (o gran pequeña feria) que sigue apostando por hacer descubrimientos y que no se amilana a la hora de meterse en jardines. Por ejemplo, en la última gran polémica, la de los NFT ('Non Fungible Tokens') , imágenes cuya exclusividad está garantizada por la tecnología de 'blockchain', pero muy controvertidas por requerir gran capacidad de procesamiento informático –con el consiguiente despilfarro energético–, por estar muy ligadas a las criptomonedas, la especulación y el lavado de dinero y porque en ellas parece valer todo y la calidad brilla por su ausencia en muchos casos. Artissima y la Fundación CRT , a través del proyecto 'Beyond Production' van a intentar dignificar un poco el panorama seleccionando a cinco artistas para darles un fondo de producción de 8.000 euros con el que crear un NFT y desligando todo el asunto de las criptomonedas. «Si ese archivo lo vendes con criptomonedas, hay controversia; si lo autentificas con dinero real, no es muy diferente de cuando los artistas venden vídeos o arte digital » alega Bonacossa. Un proyecto curioso, si bien la propia directora de Artissima reconoce que, de momento, es un riesgo.

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