CINCO MINUTOS DE GLORIA
Ver el arte con otros ojos
De Madrid a Toledo y Santander, arte sin prejuicios
El último fin de semana tan pasado por agua en Madrid se celebró Apertura por décimo año consecutivo. Es decir, todas las galerías de arte de la capital inauguran la temporada al unísono en plan festivo, de colegueo entre instituciones artísticas, y bajo el reiterado mensaje de que estos espacios tienen abiertas sus puertas todo el año y para todo el mundo, a nadie se comen. No solo que a nadie se zampan sino que, además, te pueden dar algún canapé para zampar. Este esfuerzo divulgativo me ha llevado a plantearme que de ahora en adelante voy a observar las exposiciones no a través de mis ojos más o menos experimentados -incluso, saturados de más de lo mismo- sino a través de los de alguien profano, receptivo al arte y sus experiencias, pero no maleado por los discursos del a favor o en contra.
De ahora en adelante, voy a observar las exposiciones a través de los ojos de un profano
Subo a las salas del Centro Botín de Santander , donde aún colea la programación de verano con Calder y Manolo Millares . Primera en la frente, los espacios están llenos de turistas de fin de semana en cuyas caras no aprecio el menor desagrado porque Millares les agreda con ese tono negro y pesimista. Una pintura abstracta enmarañada. Una planta más arriba, Calder juguetea con el lugar y quienes por él pasean. Una abstracción colorista y lúdica que alegra la mañana a todo bicho viviente.
El siguiente capítulo de este experimento se desarrolla en Toledo, en el convento de Santa Fe, donde se aloja la colección Roberto Polo de arte moderno y contemporáneo. Sobre este espacio han llovido toda clase de opiniones encontradas. Lleva meses inaugurado y me acerco en compañía de alguien que no tiene la más remota idea ni de quién es el señor Polo, ni qué colecciona... Sale con los ojos maravillados, porque le ha seducido la conjunción de las diferentes piezas artísticas de las vanguardias integradas en un edificio donde lo mismo te asalta un artesonado mudéjar que un fresco a medio restaurar. El arte, como todo, y como siempre, depende de los ojos con los que se mire.