ÚLTIMOS PREPARATIVOS

La antesala de máquinas: Crónica de un montaje

El pasado lunes comenzaron los preparativos en Ifema para que la feria esté hoy al gusto de los galeristas, artistas y visitantes

Montaje de una de las obras expuestas por la galería Neugerriemschneider de Berlín Andrea del Valle

Luis García López

Desde primera hora de este lunes, los camiones y furgonetas empezaron a llegar al recinto ferial de Madrid. Los obreros levantaban a la par las paredes de los que hoy son los 185 estands de la edición 41 de ARCOmadrid , distribuyendo la zona de acuerdo al diseño establecido para este 2022 por el estudio . El objetivo era mantener el carácter de bazar que diferencia a la feria, «primando espacios comunes que faciliten la orientación y el encuentro, combinado el uso de color y las reglas espaciales para dinamizar los flujos de personas y limitar el ruido», según sus responsables.

La planificación

A primera hora de la tarde, los pabellones 7 y 9 se convirtieron ya en un hervidero de personas, cajas y maquinaria de transporte. Aunque todavía quedaban dos días para el comienzo de la feria, c ientos de personas recorrían de forma simultánea los pasillos, repletos de cajones de distintos tamaños donde algunas de las obras más esperadas permanecían guardadas.

El olor a serrín, pintura y barniz cubría las naves, unido al ruido constante de los taladros y martillos que preparaban las paredes para albergar las obras. Algunos estands ya dejaban entrever la propuesta de los artistas, con obras ya dispuestas, mientras que en otros todavía reposaban en el suelo, apoyadas, a la espera de lo que marcaran los planos personales de cada galerista, siempre susceptibles a ser reinterpretados, mientras sus responsables comenzaban a planificar la disposición de las mismas. La cantidad de polvo era notable y los pocos transeúntes que en esas horas tenían el privilegio de recorrer ARCO evitaban pisar los restos de plástico y embalaje que cubrían parte del suelo de las naves.

Montaje en la galería Continua J.D.-G.

Se escucha hablar en español, francés, inglés y alemán; y es que el ambiente es diverso, con artistas de prácticamente todos los rincones del mundo. En muchos casos, la logística ha supuesto un auténtico reto , en particular para aquellos que han tenido que cruzar el Atlántico con sus obras y cuyos recursos para tal fin son limitados.

«Lo ideal sería vender las obras aquí y no tener que regresarlas», explican desde la galería El Apartamento

Aunque el montaje comenzaba hace dos jornadas, galeristas como Begoña Martínez de Aural llevan meses organizando su propuesta para esta edición.«Prácticamente terminamos una feria y tenemos que empezar a organizar la siguiente», afirma. En su caso, reconoce que el transporte de las obras no ha supuesto un problema, aunque otras galerias como Freijo Gallery han tenido que ingeniárselas para traer sus trabajos desde México. En su estand todavía había maletas repletas de esculturas y otras piezas que han tenido que transportar personalmente, aunque «pesan una tonelada», en palabras de la galerista.

Dificultades para transportar las obras

El formato de la obra también influye en el transporte. En el caso de La Balsa de Arte , galería de Medellín, trasladar desde el otro lado del charco sus máquinas de temática espacial les ha provocado problemas con aduanas en más de una ocasión porque «no entienden qué es». Otro reto es volver con las obras de vuelta si estas no se venden, como en el caso de la galería El Apartamento de La Habana. «Lo ideal sería venderlas aquí y no tener que regresarlas», señalaba entre risas el galerista.

Para muchos artistas esta es la primera ocasión de mostrar su trabajo ante un público tan amplio. Los creadores de la galería Constitución , de Buenos Aires, situada en el espacio Opening dedicado a firmas de menos de siete años de antigüedad, se muestran agradecidos por la oportunidad. El año pasado no pudieron participar de forma presencial por el covid y apostaron por el videoarte, que 'viaja' digitalmente. Como no disponen de los recursos de otros espacios más veteranos, han tenido que producir sus obras pensando en el tamaño óptimo para transportarlas de forma económica y eficiente .

Montaje de la pieza principal de la galería Rolf Art Andrea del Valle

La emoción contenida y las prisas se notaban en el ambiente. Algunas galerías como Pelaires , de Palma de Mallorca, «no saben qué esperar de esta edición». Prefieren no ser muy optimistas para anticiparse a lo peor, que las ventas no sean las esperadas. Otras como Annie Gentils se adhieren a la fórmula de evitar las expectativas y, para abaratar costes, se pusieron de acuerdo con otros compañeros belgas para transportar de forma unitaria y ahorrarse todo lo posible.

Con la llegada del ocaso , la actividad comenzaba a menguar en los pasillos. Las montañas de cajas se redujeron y dieron paso a contenedores, que se llenaron con los restos de embalajes y plásticos. Muchos ya daban la jornada por finalizada y se retiraban con el montaje empezado o casi a punto. Todo tenía que estar listo antes de que la prensa y los primeros visitantes accediesen ayer a partir de las 15:00 horas. Por otra parte, grupos de artistas y galeristas se reunían en mesas donde improvisaban meriendas o cenas , dependiendo de la costumbre de sus países, a partir de bocadillos, tortilla y cerveza en la mayoría de los casos. Se respiraba calma y las risas denotaban el final de un día más de trabajo.

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