Darán Que Hablar
Alejandro Simón Partal: «Es mejor vivir con la literatura que de la literatura»
Con su último poemario, «La fuerza viva», logró el premio de Poesía Arcipreste de Hita
¿Cuáles son sus intereses como escritor?
Quizá ahondar en nuestra interdependencia con lo que nos rodea, en el misterio del mundo, y, como apuntaba Tranströmer, llegar a verlo todo sin odiar.
¿Y como lector?
Que la lectura supere o iguale al tacto. Que me tranquilice.
¿Sobre qué temas suele escribir?
La cuestión no es tanto el tema, sino lo que ese tema esconda o revele. Seguramente por eso el amor sea lo más importante, porque lo ofrece y lo esconde todo a la vez.
¿Dónde ha publicado hasta el momento?
Mi último libro, «La fuerza viva», está editado por Pre-Textos, y el próximo, «Una buena hora», lo publicará Visor.
¿Con cuáles de sus «criaturas» se queda?
Me quedo con algunos momentos de su crianza que me han salvado de días difíciles. Cuando terminas lo que consideras un buen poema te sientes legitimado para subirte al primer crucero que salga, limitarte a los daiquiris y no volver en un mes.
Supo que se dedicaría a esto desde el momento en que…
De momento solo tengo claro a qué no me voy a dedicar.
¿Cómo se mueve en redes sociales?
Sin problema. Me alegra saber de amigos a los que no suelo ver tanto como me gustaría. Me aburren mucho los debates sobre las redes sociales. Gracias a Instagram mi hermana Maribel consiguió encontrar a nuestra perra Tigra.
¿Qué perfiles tiene?
@simonpartal
¿Cuenta con un blog personal?
Tengo uno abandonado. Solo las fondue han envejecido peor que los blogs.
¿Qué otras actividades relacionadas con la literatura practica?
Casi siempre las más relacionadas son las que aparentemente no tienen nada que ver, como hacer surf o comprarte un jersey de cashmere.
¿Forma parte de algún colectivo/asociación/club?
Sí. También formo parte de CEDRO, o eso parece.
¿En qué está trabajando justamente ahora?
Estoy en el tren revisando una obra de teatro que he escrito durante mi residencia en ETOPIA Centro de Arte y Tecnología. Voy de camino al Málaga 451, un festival literario que en pocos años se ha convertido en un referente nacional.
¿Cuáles son sus referentes?
Depende del día. Hoy, por ejemplo, Ernesto Cardenal. Y muchos de mis alumnos.
¿Y a qué otros colegas de generación (o no) destacaría?
Destacaría a personas a las que admiro mucho y a quienes tengo la suerte de tener a mi lado: Tulsa, Lara Moreno, Santiago Latorre, Rafael Espejo, Jonás Trueba, Nieves Arilla, Braulio Ortíz Poole, Aloma Rodríguez, Oliver Laxe, Ricardo Lezón, Mateo Martínez, Laura Montañés o Ben Clark. Todos preciosos.
¿Qué es lo que aporta de nuevo a un ámbito tan saturado como el literario?
Todos los ámbitos están saturados, no solo el literario. Pero esa saturación tiene que ver con la mercancía, no con la literatura. Estamos obsesionados con ser genuinos, y eso solo nos lleva a lo evidente. No hay necesidad de aportar ni contar nada, solo abandonarse a lo que se hace, y sentir la necesidad de hacerlo.
¿Qué es lo más raro que ha tenido que hacer como escritor para sobrevivir?
Por suerte entendí desde muy joven que es mejor vivir con la literatura que de la literatura. Y por ahí sigo.
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