ARTE

Alejandro Calderón: «Trato de realzar irónicamente el mundo que nos rodea»

Con influencia del surrealismo y de la pintura metafísica, este pintor de origen madrileño pero criado en Extremadura, trabaja con los objetos cotidianos que le crean «cierta inquietud» y que le llaman la atención

El pintor Alejandro Calderón contempla una de sus obras en su estudio Fernando Morales

Fernando Morales

Nacido en Madrid pero criado en Extremadura, Alejadron Calderón, pintor desde hace 14 años, nos abre la puerta de su estudio en el que lo más llamativo son los objetos cotidianos con los que realiza sus obras. Y esto le ha acompañado en toda su trayectoria, ya que se considera un artista al que se le puede identificar por su factura, aunque vayan cambiando las series en las que trabaja.

¿Qué es lo que más le interesa reflejar en su obra?

Está todo marcado por mi manera de entender el arte. Por ello, quiero plasmar una reflexión sobre el mundo en el que vivimos y la necesidad de vivir en él. Conectar la crítica del consumo innecesario del ser humano y la necesidad que en el fondo tenemos de acudir a él. La obra es la relación entre el objeto cotidiano y la sombra para darle un significado diferente al que tienn en su origen. Con ello quiero resaltar que no existen fronteras a la hora de enfrentarse a un papel o a un lienzo en blanco, puesto que lo visible y lo invisible se funden, lo real y lo irreal se mimetizan; todo ello, para crear algo nuevo cuya realidad no se encuentra en los motivos sino en las sombras.

¿Tiene algún referente?

Mi influencia viene del surrealismo y de la pintura metafísica. Ese mundo onírico y desolado. Este deseo de explorar la vida interior de objetos cotidianos donde lo inverosímil y lo ilógico parece creíble. También centrar la atención en la simplicidad de las cosas ordinarias y cargadas de metáforas. En la representación de lo oculto tras la apariencia de las cosas corrientes y simples. Y la exploración de la naturaleza enigmática de los objetos ha despertado siempre ese mundo en mi interior.

Trabaja con objetos de uso cotidiano, pero, ¿qué características tienen que tener para crear una obra con ellos?

El objeto me tiene que transmitir algo, llamarme la atención. Ya sea por la forma, por el color, porque me recuerde a algo del pasado o me sienta angustiado por él.

¿Y en qué se inspira para crear sus pinturas?

Realmente con la mayoría de objetos con los que trabajo es porque me crean una cierta inquietud y me llaman la atención. Es por nostalgia o por el interés actual que pueda tener ese objeto.

¿Qué pretende resaltar a la hora de realizarlas?

Mi interés se centra en resaltar dos aspectos: la sombra y la teatralidad. Ambos los he combinado y con ello trato de realzar irónicamente el mundo que nos rodea. Busco que la mirada del espectador sea la sombra de crear un espectáculo, un divertimento que nos hable de ese gran teatro que es el mundo.

«Ya vayan cambiando las series, que siempre mantengo la esencia, la forma de trabajar»»

¿Están relacionados también con los temas de la actualidad?

Claro. Yo intento que mis obras vayan muy relacionadas con mi forma de ver el mundo, de tratarlo y de vivir en él.

¿Cuántas exposiciones hace al año?

Ahora mismo cada dos años hago una . Por ello, la expectativa que tengo de vender es de un 70 u 80% de lo que expongo para así poder vivir durante dos años en el caso de que solo esté trabajando con una galería. Además, ahora se pinta más pequeño porque la gente quiere obras más económicas y más reducidas de tamaño para poder ponerlas en casa sin problema.

¿Qué precios tienen sus cuadros?

Yo te hablo desde 250 hasta los 5.000 euros.

¿Cómo les afectó a los artistas la crisis?

La crisis ha afectado a todos pero, sobre todo, afectó a ese medio coleccionista o al nuevo coleccionista que se estaba introduciendo en el arte. Y con la crisis se eliminó a coleccionistas. El grande se mantiene pero comprando obras de grandes artistas.

¿Y a usted en particular?

Me afectó como a todos. La primera exposición individual que hice en Madrid fue estupenda. Me sorprendí de lo que se vendió. Sin embargo, en la segunda, con dos años de diferencia, por caer en plena crisis, solo se vendieron tres piezas. Fue catastrófico.

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