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Adolfo Cayón: «No creo que el arte sea para todo el mundo»
Inaugurada en 2005, Galería Cayón cuenta con dos espacios en pleno corazón del madrileño Barrio de Justicia y un tercero en Menorca. Su máxima: extender la pasión de su director por el arte y llevar una línea de trabajo diferente y muy personal

Son las once y cinco de la mañana y Adolfo Cayón (Madrid, 1971), está impecablemente vestido con una elegante a la par que informal americana marrón mientras nos abre la puerta de su despacho, no sin antes disculparse por haberse retrasado cinco minutos. Enseguida, se sienta en un sofá y en su relajada pero atenta postura se adivina un hombre tranquilo e inteligente, con seguridad en sí mismo.
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Por lo demás, la entrevista se desarrolla en la galería que lleva su propio apellido. Un antiguo garaje reconvertido, situado en la calle Blanca de Navarra, 7 . Esparcidos sobre la mesa, su última adquisición: una serie de bocetos pertenecientes a un famoso dibujante. Fueron encontrados casualmente en El Rastro de Madrid y ejemplifican a la perfección la pasión del galerista por el arte gráfico.
¿Ser galerista es vocacional?
Sí, aunque siempre necesitas algún empujón. Pero si ese empujón no lo quieres o no lo sabes aprovechar, no queda nada. Para mi suerte, la afición de mi padre por el arte me caló enseguida. Al principio, como coleccionista de obra gráfica y luego, poco a poco, me fui metiendo en el negocio después de estudiar Historia del Arte. Eso hizo que yo desarrollara esta pasión por el galerismo.
Teniendo en cuenta esa pasión que menciona, ¿cómo es su manera de entender el arte?
Una definición muy sencilla, quizás un poco limitada, es que es la expresión de una voluntad creativa a partir de la cual se abren muchísimas puertas. A mí el arte me ha satisfecho en lo personal muchísimas veces desde muy joven, y aún lo sigue haciendo. ¿Qué es el arte? A día de hoy, un mundo cargado de ilusiones.
Acerca de los prejuicios que existen con el arte contemporáneo, ¿considera que la sociedad está cada vez más sensibilizada con él?
Desgraciadamente, hay mucha gente a la que no le interesa absolutamente nada el arte , ni contemporáneo ni clásico.
¿Hay que ser millonario para comprar arte?
Bueno, no es cierto.
Entonces, ¿opina que cada vez es más accesible hacerse con una colección?
También tengo que decir que el arte nunca ha sido barato. Yo no creo que los grandes coleccionistas, tanto de España como del mundo, pensaran al inicio de sus colecciones que iban a comprar lo que han terminado comprando. Una colección es algo vivo que va madurando. Y esa maduración no reside solo en el poder de adquirir grandes obras, sino en la valentía de hacerlo.
«A lo largo de mi carrera lo que he tenido, a veces, ha sido algún acierto. Errores, muchos»
En muchas ocasiones, los galeristas han quedado relegados al pie de página del arte mientras que los artistas protagonizan la cara más visible. ¿Ha sentido alguna vez que su oficio haya estado infravalorado?
Yo nunca me he sentido infravalorado. Siempre hay un público más o menos fiel al que le gusta tu manera de trabajar. Con eso me quedo.
Como apuntaba antes, solo aquel que ama el arte puede llegar a valorar su profesión.
Vuelvo a insistir en que no creo que el arte sea para todo el mundo. Podría serlo, pero hay gente que no muestra ningún interés y que no lo va a mostrar nunca.

Háblenos sobre su labor como galerista.
Es la manera más satisfactoria que tengo de realizarme tanto personal como profesionalmente. Hago lo que hago por satisfacción, porque admirar una obra me sigue proporcionando una satisfacción que no me proporciona ninguna otra cosa y para mí eso es fundamental.
¿El galerismo es pasión o inversión?
Para mí, la galería es un negocio. El galerista debe tener el ingenio de hacer de una cosa tan maravillosa como el arte un negocio rentable.
¿Es rentable en términos económicos regentar una galería? ¿Se puede vivir del arte?
Hombre, eso pretendo [Ríe] . Haciendo las cosas bien sí se puede vivir. Aun así, insisto en que tenemos una vocación de difundir el arte más allá del interés económico.
¿Qué es lo que hace tan especial a una galería de arte?
La línea de trabajo del galerista. Hoy día, con la cantidad de galerías que existen en el mundo, hacer una serie de proyectos que nadie más hace y cuidarlos de una manera especial convierte una galería de arte en un recinto donde el trabajo del galerista se premia más que nunca.
¿Y a la suya?
Cada galerista concibe una personalidad distinta al proyecto. En Cayón encauzamos proyectos un poco al gusto del galerista. Nuestra línea de trabajo es presentar exposiciones excepcionales con un enfoque muy especial.
¿Qué motivos le empujaron a abrir su propio espacio?
Había que empezar en algún momento [Ríe].
¿Tuvo claro desde un principio cómo sería el proyecto?
No, pero si me permites el simil, un artista tampoco tiene claro cómo va a ser una obra al principio. De hecho, hay exposiciones que se han cometido hace años que, si las hubiera hecho en la actualidad, las habría ejecutado de manera distinta. Sin embargo, esto es algo natural, va de la mano de la evolución personal.
¿Cómo definiría su día a día?
Siempre que no viajo estoy por aquí. Hoy, el teléfono es fundamental. Creo que nos hemos abandonado mucho al uso de internet, pero, para mí, es mucho más directa la llamada con los clientes. Un galerista debe hacer varias llamadas al día para hacer negocios. Aunque también estoy encantado de salir del despacho e interactuar con el público.
«Me he dado cuenta de que estoy haciendo las exposiciones que me habría gustado hacer hace treinta años»
Respecto a los artistas, ¿prefiere apostar por jóvenes promesas o creadores consolidados?
El primer gran creador que se incorporó a la galería fue Cruz-Díez , que tenia unos ochenta y pico años. Y eso me ha inclinado un poco hacia artistas con madurez, siempre me he sentido mucho más cómodo con este tipo de artistas e incluso con sus legados. Es más, siempre me he sentido cómodo colaborando concreadores que han sido mis referentes de joven, como Enrico Castellani . Simplemente me he dado cuenta de que estoy haciendo las exposiciones que me habría gustado hacer hace treinta años.
¿Cuáles considera los principales hitos de Cayón?
Todos los proyectos que hemos hecho de Yves Klein , abrir la sede de la galería en Menorca o trabajar con legados como el de Enrico Castellani.
¿De dónde proviene esa fascinación por Yves Klein?
Conocí su obra durante uno de mis viajes por Europa a finales de los años ochenta. Nada más empezar la carrera en la universidad, fui a una de sus exposiciones en Londres y me quedé sobrecogido. Me impresión muchísimo. En la vida siempre hay varias exposiciones que te dejan muy impactado y que vas arrastrando a lo largo de toda tu carrera. Las mías han sido las de Yves Klein.

Ha mencionado la sede de Cayón en Mahón, Menorca. ¿Qué acogida tuvo?
Tuvimos la suerte de encontrar un espacio muy singular en una isla muy especial. A partir de ahí, independientemente del público que veranea allí, hemos hecho exposiciones lo suficientemente buenas como para atraer clientela tanto nacional como internacional.
¿Y qué tipo de clientela es esa que consiguen captar en la isla que, por ejemplo, no logran en Madrid?
Más que captar un cliente diferente, lo que nos permite Menorca es acometer proyectos que en ningún otro espacio podríamos desarrollar. Es un espacio tan enorme, tan histórico y cargado de anécdotas, que cada proyecto que se desarrolla allí tiene que ser mucho más ambicioso que el que se despliegue en alguno de nuestros dos espacios de la capital.
Por último, ¿su mayor logro como galerista?
Llevar una línea no solo diferenciable, sino que es muy diferente y personal.
¿Y algún error del que se arrepienta?
A lo largo de mi carrera, lo que he tenido, a veces, ha sido algún acierto. Errores, muchos.