CÓMIC

Un abanico amplio y de muchos colores

El cómic actual, ya consolidado como parte importante del panorama editorial español, vive una época con gran variedad de autores, géneros y estilos

Los dibujos de Begoña García-Alén son delicados, casi etéreos

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El cómic cada vez se halla más consolidado dentro del panorama editorial español. Todo el mundo se ha apuntado a publicar tebeos , desde los grandes grupos editoriales (Planeta en el sello Planeta Cómic , PRH a través de Salamandra Graphic , Reservoir Books , el recién anunciado Distrito Manga y otros) hasta editoriales independientes: Nórdica , Impedimenta , Gallo Nero , Sexto Piso , Satori , Reino de Cordelia ... En competencia, por supuesto, con las editoriales especializadas, en las que hay clásicos como Astiberri , L a Cúpula , Norma o Ponent Mon , y proyectos más recientes, como Apa-Apa , Nuevo Nueve , Garbuix Books ... Por no hablar de sellos que centran la mayor parte de sus novedades en sectores más concretos, como el 'manga' ( Ivrea , Milky Way , Kitsune ...) o los superhéroes ( Panini , ECC ). Hasta hay editoriales que nacieron para el cómic y se han extendido al ensayo y la literatura, como Fulgencio Pimentel o Autsaider . Entre todas dibujan un panorama que ofrece una enorme diversidad de autores, géneros y estilos. Por suerte, es una buena época para leer cómics y descubrir títulos como estos.

'Adios, amigos' . Begoña García-Alén. Apa-Apa, 2022. 64 páginas, 17,90 euros. En España tenemos una serie de interesantísimos jóvenes autores de cómic que vienen directamente del mundo de las Bellas Artes o el diseño y que crean obras en las que lo narrativo se combina con la experimentación gráfica. Begoña García-Alén es una de las representantes más interesantes de esa tendencia. En 'Adiós, amigos' da un guiño más al mundo del arte basando la historia en la desaparición de Bas Jan Ader , un artista conceptual holandés que en 1975 falleció tratando de cruzar el Atlántico en una diminuta embarcación que acabó llegando a la deriva hasta El Ferrol. García-Alén parte de ahí para trenzar una historia de personajes que se desvanecen en medio de sus dibujos poéticos y delicados , que se entremezclan con recreaciones de fotogramas de los vídeos de Ader. El conjunto no estaría fuera de lugar como instalación en una galería .

Charles Burns bebe del estilo de los clásicos del cine de terror de serie B

'Laberintos' . Charles Burns. Traducción de Carlos Mayor Oreja. Reservoir Books, 2022. 64 páginas, 19,90 euros. Eternamente inquietante, Charles Burns hace tebeos en los que siempre nos sentimos al borde del asco o del miedo , pese a la limpieza casi aséptica de unos dibujos elegantes como las imágenes de algún clásico del cine de Hollywood. Incluso cuando en ellos no sucede gran cosa, como en este volumen (primero de una trilogía de tintes difuminadamente autobiográficos) hilado por la vaga incomodidad de una actriz que conoce a un joven aficionado al cine de terror, quien plasma sus obsesiones en extraños dibujos. Poco más, pero algo en la historia tensa como si sintiésemos un aliento inesperado en la nuca .

Yoshihiro Tatsumi retrata ambientes sórdidos con mucha crudeza

'Mundo perdido' . Yoshihiro Tatsumi. Traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés. Satori, 2022. 224 páginas, 20 euros. En los años 60, Yoshihiro Tatsumi revolucionó el mundo del 'manga' proponiendo un nuevo tipo de historias que no tenían cabida en las revistas dirigidas al gran público. Su apuesta por un 'manga' más adulto, más crudo y más rebelde contra la sociedad establecida tuvo muchos seguidores, algunos de los cuales llevaron este estilo 'gekiga' a alturas más experimentales y singulares. Pero Tatsumi podía llegar a ser el más descarnado de todo ese grupo de creadores , como se puede ver en esta colección de relatos de finales de la década de los 60, llenos de proletarios atrapados entre trabajos deshumanizantes y sus propias obsesiones sexuales y de personajes que no encuentran su lugar en la gran ciudad. «Entre la multitud solo se puede sobrevivir si estás solo», termina diciendo el protagonista de una de ellas. Y quizá ese sea el resumen de toda la obra de Tatsumi.

Los personajes de 'Dog Biscuits' están perdidos en el mundo

'Dog Biscuits' . Alex Graham. Traducción de Joana Carro y César Sánchez. Fulgencio Pimentel, 2022. 400 páginas, 28 euros. La historia que cuenta 'Dog Biscuits' ya la hemos visto mil veces: un tipo cuarentón, con ilusiones artísticas en su juventud que dieron paso a un trabajo que no le gusta (pintor fracasado metido a dueño de una tienda de galletas para perros 'gourmet'), ocupa su crisis de la mediana edad en una relación con una chica joven (su empleada) que duda entre él y un chico de su edad (su compañero de piso, antisistema de familia rica). Pero Alex Graham le da a esa trama tan manida un punto de desesperación extra a base de 'zeitgeist': pandemia, brutalidad policial y crisis económica . Por ello acabamos identificándonos con los personajes, aun sabiendo que son bastante patéticos.

Mucho dinero y personalidades horribles, la 'estirpe fracasada' que dibuja Elisa Riera

'La estirpe fracasada' . Elisa Riera. Astiberri, 2022. 216 páginas, 19 euros. Si Ana Penyas tituló el cómic en el que contaba las vidas de sus abuelas 'Estamos todas bien', Elisa Riera podría haber llamado a este 'Ninguno estamos bien'. En esta estirpe de la aristocracia venida muy a menos están el padre que no está bien (alcohólico y resentido), el primo que no está bien (brotes psicóticos, sus padres se arrepienten de haberlo adoptado), la abuela que no está bien (le da todo su dinero al cura que alimenta sus arranques místicos)... Un clan de escopeta nacional , retratado por Riera con muy mala uva.

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