ARTE

«Sex, sex, sex...»

Dos muestras en la galería Fernando Pradilla -«O(h)ROMA O(h)MORTE», de Juan Francisco Casas, y la colectiva «Sólo es sexo»- proponen una múltiple y despejada aproximación a lo sexual

Montaje del proyecto «No», de Verónica Ruth Frías

VÍCTOR ZARZA

¿ Por qué resulta tan difícil, tan embarazoso, tan problemático hablar de sexo ; representarlo, mostrarlo, tratar sobre él? Es bastante habitual encontrarse con que en cualquier discurso –visual o escrito– centrado en aspectos sexuales se establezca algún tipo de distancia: unas veces desde lo humorístico (un modo simple, casi diríamos que infantil, cuando no chabacano, de «superar el medio») y, otras, desde lo político (instrumentalizándolo ideológicamente, empleándolo como arma arrojadiza: una modalidad que puede llegar a ser tan ordinaria y perversa como la anterior). Y aunque humor y política no dejen de estar presentes en estas dos muestras, la verdad es que nada hay de esas fórmulas «profilácticas» apuntadas.

Juan Francisco Casas (La Carolina, 1976) se mantiene dentro de los cauces estilísticos, técnicos y conceptuales a los que tanto partido viene sacando, en contra de lo que cabría esperar, pues su temática es limitada y el «modus operandi» clamorosamente reconocible . Sus juegos eróticos se ven salpicados en esta ocasión con referencias culturales de cuando estuvo como becario en la Academia de España en Roma: desde la Santa Teresa de Bernini hasta el asesinato de Pasolini –una suerte de punto final inquietante para la exposición . Eros y Thanatos, en una mezcla no siempre fácil de digerir (a pesar de Bataille), pero que aporta a su obra unos acentos dramáticos que, en principio, pensaríamos que nunca íbamos a encontrar en ella. Sin embargo, la sutileza con la que está planteada esta inclusión parece apuntar hacia un Casas de mayor calado discursivo , sin renunciar al proyecto de siempre: una línea abierta de la que habrá que estar pendientes.

Hablemos de sexo

En la otra cita , ya desde el título, Javier Díaz-Guardiola nos advierte de qué va su propuesta: «Sólo es sexo». Fórmula que, lejos de entenderse como una limitación, hay que leer en clave de lo dicho al principio: hablemos de sexo y, si cabe, de todo lo demás, pero principalmente de sexo. Aquí, los tópicos, cuando aparecen, lo hacen para ser desmontados con la mirada dirigida hacia esa realidad que pretenden controlar o encubrir.

No en vano, la exposición la abren dos pinturas de Alejandro Bombín (Madrid, 1985) que se recrean en la deformación del código digital, cuestionando la entidad de las imágenes y lo que suponen como (re)presentación: lo que tienen de muestra y de engaño. Los arquetipos en torno a las identidades sexuales (la dimensión social y comunicativa de la sexualidad) se plantean de muy distintas formas: Mr. Simplemente (Madrid, 1972) lo hace desde el lenguaje y la gráfica, mientras que Edurne Herrán (Ingolstadt-Donau, Baviera, 1978) lo lleva hacia el «sexting»; Federico Sposato (Mar del Plata, 1984), al ambiguo territorio de los contactos y Diego de los Reyes (Sevilla, 1977) al de las convenciones y modelos que se materializan en la ropa, como el experimento propuesto por Patricio Cassinoni (Buenos Aires, 1975).

Juan Francisco Casas. «O(h) ROMA O(h)MORTE»

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación