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Imitación a la vida del «hipster», según Anatole Broyard
Si París era una fiesta en los años 20, el Village neoyorquino lo fue en los 40. Lo cuenta Anatole Broyard en sus memorias, «Cuando Kafka hacía furor». Bohemia y primeros «hipsters»
Anatole Broyard era un narrador soberbio. Lástima que no contara nunca su gran historia. La de hacerse pasar por blanco . Como Yvonne de Carlo en La esclava libre y Susan Cohner en Imitación a la vida . Tras su muerte en 1990, fue objeto de discusiones al revelarse que ocultaba sus ancestros negros sólo para ser aceptado como escritor. En sus dos libros biográficos no se trata el asunto. Cuando Kafka hacía furor son unas memorias inacabadas de su vida en el Village neoyorquino durante los años 1946 y 1947. Quizá la ficción que nunca escribió. Y hubo ficciones hasta con él como protagonista ( Who Walks in Darkness , de Chandler Brossard , novela de 1952 y un retrato poco favorecedor).
En 1989, Broyard estaba trabajando en este libro, con una beca Guggenheim , cuando le diagnosticaron un cáncer de próstata y entonces se puso a escribir Ebrio de enfermedad , su otro texto autobiográfico, también publicado en España por la misma editorial. Un ensayo (varios) sobre la enfermedad, la muerte y el hecho de morir muchos años antes de que lo hiciera Chistopher Hitchens (claro, que cada uno se arranca cuando le llega el bicho). Y ahí escribe cosas como esta: «Ahora entiendo por qué los románticos tenían tanto afecto por la enfermedad: el enfermo lo ve todo como si fuera una metáfora. En esta fase me encuentro encandilado con mi cáncer. Es algo que apesta a revelación».
Como Dickens
Nacido en Nueva Orleans en 1920, se fue a vivir a los 6 años a Brooklyn con sus padres. Murió en 1990 en un hospital de Boston y fue editor de The New York Times Book Review , además de haber sido crítico del diario muchos años y librero en su juventud. Lo que se cuenta en Cuando Kafka ... ocurre justo en el momento efervescente en que se instala en Greenwich Village después de haber participado como conductor de camiones en la Segunda Guerra Mundial.
La explicación del título: « Kafka era tan popular en el Village por aquel entonces como lo fue Dickens en el Londres victoriano». Lo que París era una fiesta representa para el París de los años 20, lo representa el libro de Broyard para el Village de finales de los 40. La posguerra en el barrio neoyorquino sólo tiene connotaciones positivas . Libros, sexo («de no haber sido por los libros habríamos estado completamente a merced del sexo») y un vecindario de negritas culturales. La bohemia y los hipsters primitivos. Leo en el Telegraph que hipsters de hoy van con viejas máquinas de escribir a los bares (debe de ser tan cómodo como para Woody Allen tocar el violonchelo en el pasacalles de Toma el dinero y corre ). Broyard era uno de verdad .
Una ingenua fijación
En el libro se incluye su «Retrato del hipster », que publicó en Partisan Review en 1948. Vistos los hipsters de antes y los de ahora, tampoco se puede decir que los de hoy sean más bobos que aquellos. La fijación de Broyard y su pandilla con los libros no deja de ser un tanto ingenua y quijotesca («Mi madre cree que la literatura me está matando, que Kafka, Lawrence y Céline han minado mis defensas », le decía un amigo).
«De no ser por los libros habríamos estado completamente a merced del sexo», escribió
La mayor parte de Cuando Kafka … está centrada en sus amores con Sheri Donatti , una chiflada pintora abstracta protegida de Anaïs Nin , que en aquella época vivía en el barrio. «Se pintaba los labios con suma precisión y llevaba las cejas depiladas y dibujadas, con lo que daba la impresión de haber escrito su propio rostro .»
Las descripciones de Broyard son muy buenas. Como lo es su prosa, pero buena a la manera de los columnistas barbudos y literarios de hoy, a la manera del jaboísmo , razón por la que resulta una escritura tan cercana. «Anaïs tenía un aura; daba la sensación de estar celebrando una sesión de espiritismo.»
En alpargatas
Broyard dejó a Sheri después de que esta tratara de matarse con gas y con menos tino que Sylvia Plath . La segunda parte de las memorias la protagonizan intelectuales del Village como Milton Klonsky, Delmore Schwartz, Dwight Mcdonald y un amigo llamado Saul Silverman . Pero por todas las páginas aparecen negritas de la talla de W. H. Auden , que siempre iba en alpargatas. «Yo lo veía a menudo correteando por el barrio, cargado de libros y de papeles. Parecía un hombre que huyese de un edificio en llamas con las pocas pertenencias que había logrado rescatar». También Dylan Thomas . Y Erich Fromm , que era profesor de Broyard en la New School, en la que él también dio clases. Asimismo las impartió en Columbia. De escritura creativa. No cabe duda de que podía enseñar qué es escribir bien .
Pero Cuando Kafka hacía furor tiene tanto de nostalgia como de desdén. Su monólogo narcisista sobre el pasado no produce empatía , por muy brillante que sea la prosa. Brillante pero sin alma. Es la imitación a la vida de un hipster muchos años después.