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El dibujo cotiza en bolsa en París

Hoy lunes, cierra sus puertas una edición más de la feria del dibujo de París, una de las más prestigiosas en su género. La cita arrastra un interesante «festival off» paralelo

El dibujo cotiza en bolsa en París abc

patricia espinosa de los monteros

Una vez al año, y ya van 24, El Palacio Brongniart, de París, celebra durante seis días seguidos una de las ferias más importantes de dibujo en el mundo. 39 galeristas exponen sus tesoros en las salas del antiguo Palacio de la Bolsa y cuelgan obras que nunca podrían ser vistas en circunstancias normales. Además, la ciudad entera aprovecha esta fiesta de la primavera para enseñarnos su obra gráfica.

Veinte instituciones como el museo Jacquemart André, el Nissim de Camondo, el Museo Rodin , el Pompidou, la colección privada de Émile Hermès o la Fundación Custodia sacan sus dibujos a pasear para que unos cuantos privilegiados –no muchos, ni por mucho tiempo– los puedan contemplar. Se organizan las visitas en torno a un estricto calendario de aperturas, en las que un número limitado de asistentes se dan cita en el lugar y la hora acordados para contemplar esas obras. Así, 15 personas fueron las afortunadas el martes pasado para disfrutar de la colección privada que Émile Hermès ha ido atesorando durante mas de 100 años; o las colecciones que los Guerlain cedieron al Pompidou , que las pudieron ver 12; o los preciosos dibujos de arquitecturas imposibles en el museo Nissim de Camondo.

La participación española

El año pasado pasaron por esta feria más de 13.000 visitantes. Y este año parece que lo va a superar. Guillermo de Osma , uno de los dos galeristas españoles que participa, ha vuelto, porque, «aunque sea después de ARCO y estemos saturados, esta es una cita única y hay que estar». Ha seleccionado una colección de dibujos de arquitectura (este año la feria está dedicada a esta temática) muy de moda en los 80, que encontró en aquella época en Nueva York, y destaca el de Percier, arquitecto de Napoleón. También cuelga obra de un grupo de pintores españoles como Benjamín Palencia, Ferrant oLekuona para mostrar lo que se hacía en la Escuela de Vallecas. Además están sus piezas estrella de Miro, Picasso y Delaunay.

El galerista neoyorquino David Tunick vuelve también un año más y resaltamos su estand, no porque sea diferente, sino porque aporta varias obras inéditas. Nada más entrar y de frente para abrir boca, un retrato de mujer en azul de Gustave Klimt, dos apuntes preciosos de Hopper y dos retratos muy misteriosos de Egon Schiele, uno de un niño y otro de un oficial. Los cinco son la primera vez que salen a la luz. Han dormido durante 70 años sin enmarcar, y desde la década de los setenta en un cajón en casa de Tunick, que, por fin, ha decidido enseñarlos. ¿El precio? Mejor no contarlo, para evitar infartos, aunque, para mí, que lo valen.

Y deambulando ante tanta maravilla, hay que señalar varios Ingres, algún Fragonard, Van Gogh, Breughel, Blooemart, Hopper, un retrato de Coco Chanel de joven, otro de Degas y de Toulouse Lautrec, Tiepolo, Picassos, Arikha, además de varios dibujos realizados por Victor Hugo o por George Sand. Todo a la vez, abrumador. Para verlo en varias dosis.

Hora de los reconocimientos

Pero además, tiene una sala dedicada a la colección de la Biblioteca Nacional de Francia , de sus obras dedicadas a la arquitectura de todas las épocas, y entre las que nos fascinan los proyectos realizados en el XVIII de un Castillo en el Mar por Jean Jaques Lequeu o del Cenotafio de Newton por Boulleé.

Pero no todo es colgar. También es premiar a los que lo merecen y es lo que hace la Fundación Daniel y Florence Guerlain , grandes coleccionistas y amantes del arte, que cedieron al Centro Pompidou en 2013 parte de su colección (unos 1.200 dibujos) y que, preocupados por el futuro del dibujo, organizan desde hace 9 años un premio valorado en 25.000 €. En esta edición, el jurado, compuesto por 9 personalidades, ha elegido como ganador a Jockum Nordstrom, sueco de 52 años, con obras que cuentan hisotrias de su país mezclando recuerdos y tradiciones en lápiz, collage y acuarelas.

Lo mejor es que la obra de Florence y Daniel Guerlain ha sido reconocida recientemente por el gobierno francés, que les ha concedido la medalla de Caballeros de la Legión de Honor, un galardón de los más importantes en Francia y que reconoce sus desvelos y su generosidad para el mundo del arte.

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