walk on the wild side

Syracuse bajo cero

Quien también vivió en Syracuse fue la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison. Una mujer angelical. Veo fotos de Toni enmarcadas en un bar: esa hermosura negra, grande, maciza, inesperada

Syracuse bajo cero

manuel vilas

La ciudad de Syracuse es nieve y temperaturas polares. Te puedes enamorar perdidamente del frío. El frío es real. En Syracuse hay 23 grados bajo cero a la una del mediodía. Por la noche baja a 31 grados bajo cero. Syracuse está situada en el Estado de Nueva York. Hay una pastelería italiana en el centro donde me como una tarta de mantequilla y bizcocho y tomo un café con jarabe de avellana. Tengo que leer poemas en dos universidades, en la de Syracuse y en la de Le Moyne.

LOU REED ESTUDIÓ LITERATURA INGLESA en la Universidad de Syracuse en los años sesenta. Le dio clases el poeta Delmore Schwartz , un hombre oscuro, alcohólico impenitente, muy poco o nada leído en España. Pero en los años sesenta Delmore era un escritor importante, alabado por T. S. Eliot y Ezra Pound y toda esa peña. Delmore era un poeta reconocido y Lou Reed un mocoso, un joven airado. Se les vio mucho juntos, en las tabernas de Syracuse. Delmore siempre estaba en los bares del downtown. Tenía fama de ser un excelente conversador. La gente quería hablar con él. Lou Reed fue fiel a la memoria de Delmore. Si ahora la gente conoce a Delmore Schwartz fue por haber sido profesor de escritura creativa del fundador de la Velvet Underground.

Toni Morrison pudo toparse por las calles de Syracuse con un bebé llamado Cruise

Los alumnos de la Universidad preparan un homenaje al legendario músico para el mes de marzo. Pregunto por el expediente académico de Lou Reed, me gustaría saber qué notas sacaba, y si es que aprobaba algo, pero al ser la Universidad de Syracuse privada, esa información es confidencial y pertenece a la familia. ¿Qué familia?, me preguntó. Yo quería saber si Delmore le puso sobresaliente a Lou Reed, pero lo mismo le suspendió. Toda la vida se pasó Lou hablando de Delmore, con devoción y admiración y misterio y cariño y fervor, e imagínate que nos enteramos de que Delmore le suspendió.

HAY MÁS SOMBRAS VENERABLES EN SYRACUSE. Aquí vivió una larga temporada David Foster Wallace, el gran escritor del pañuelo blanco; y en Syracuse escribió La broma infinita. Imagino que Foster Wallace pasearía con su pañuelo blanco en la cabeza por las calles de Syracuse. Foster Wallace llevaba un pañuelo blanco, modelo Mishima, en plan samurái americano, intentando que su cerebro no estallara en mil pedazos, y al final estalló. Ese pañuelo era una señal de que Foster Wallace se sentía inconmensurablemente solo. El pañuelo, que en principio tenía que hacer una labor de contención saludable, lo que hizo fue estrujar su cerebro hasta el estallido final.

Quien también vivió en Syracuse fue la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison. Una mujer angelical. Veo fotos de Toni enmarcadas en un bar: esa hermosura negra, grande, maciza, inesperada. Toni Morrison y Delmore Schwartz o Lou Reed y Toni Morrison podían haber sido vecinos. Toni Morrison estuvo en Syracuse en el 64, o sea que pudo muy bien coincidir allí con Delmore y Lou Reed, y tomarse una copa juntos y charlar sobre Shakespeare. Y Toni Morrison pudo muy bien toparse por las calles con un bebé llamado Tom Cruise, porque Tom Cruise nació en Syracuse un día luminoso de julio del año 1962.

QUIENES SIEMPRE VIVIERON AQUÍ fueron los indios Onondaga. No sé cómo demonios debían de pasar los inviernos, cómo aguantaba un indio nativo a 30 grados bajo cero. Bueno, es la fuerza de la vida, a la que servimos todos. La grandeza de este país es esa: la fuerza de la vida. Aquí nadie niega la vida, su poder.

Le pregunto a Streissguth que qué dijo Cash después de leer la biografía que le dedicó

Una estudiante de español, afroamericana, me pregunta, en el coloquio que sigue a mi charla, por la Generación del 27. Yo espero que cite a Federico García Lorca, pero no lo hace. Con vértigo en la dicción castellana, me nombra a Gerardo Diego. Y siento cómo Gerardo, dejando en la tumba su suave sudario, resucita en los labios de una estudiante de español a unos diez mil kilómetros de distancia en línea recta de donde yacen sus restos. Rezo, interiormente, un «Walk on the Wild Side» por mi querido Gerardo. Le digo a la estudiante que Gerardo y yo éramos muy amigos y se lo digo de corazón, aunque sea mentira. Es un raro homenaje salido de la entraña que le tributo al autor de Ángeles de Compostela.

En el College de Le Moyne conozco a Michael Streissguth, uno de los grandes biógrafos de Johnny Cash y profesor en el Departamento de Comunicación. Hablamos de Cash frente a unos cafés humeantes. Me dice Michael que conoció a Cash en el 86. Le pregunto que qué dijo Cash después de leer la biografía que le había dedicado. Cash dijo: «All is True». Le cuento a Streissguth que las canciones de Cash gustan mucho en España. Quiero saber qué pasó en EE.UU. cuando murió Cash. Streissguth dice: «Fue como cuando murió Elvis». Está bien que se paralicen los grandes países de la tierra cuando mueren los hombres que cantaban a las cosas.

Syracuse bajo cero

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