La feria por fin vira hacia Latinoamérica

Los expertos hacen balance de una edición que acaba hoy y que busca su lugar en el mercado latino

La feria por fin vira hacia Latinoamérica efe

raúl martín

Se apuran las últimas visitas a la feria, se cierran las últimas ventas. El telón cae este domingo sobre esta entrega de ARCOmadrid. Cinco días marcados por los reencuentros entre galeristas, artistas, coleccionistas y profesionales del mundo del arte en la capital española. La 34 edición está a punto de cerrar sus puertas y los expertos hacen balance de la experiencia. «ARCO está intentando posicionarse en relación con otras ferias de arte contemporáneo del mundo, sobre todo poniendo el foco en Latinoamérica», considera Manuel Olveira, director del MUSAC de León. Una intención que se refleja en Ifema en el elevado número de galerías y artistas de este territorio y en la presencia este año de Colombia como país invitado.

En este sentido, Iñaki M. Antelo, director del Museo Marco de Vigo, opina que es «un buen camino» que se invite a países latinoamericanos por el interés e importancia de sus artistas y también «por el gran número de coleccionistas de estos países que se acercan a Madrid». Una estrategia que sirve para posicionar a ARCO frente a otras ferias internacionales, como la de Berlín o la de Basilea, y convertirla en un referente dentro del mercado artístico latinoamericano. Además, Antelo destaca la función que cumple la de Madrid. «En España no hay ninguna bienal de arte, ni ningún evento de esta importancia, por lo que ARCO se convierte en un lugar de encuentro y comunicación entre los distintos profesionales del arte de todo el mundo», afirma. Un hecho que se corrobora a través de las iniciativas que se presentan dentro de la feria y que tienen que ver con el arte contemporáneo, como son los foros o los encuentros profesionales.

Para Bartomeu Marí, director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), ARCO debe potenciar el ambiente amable, festivo y desenfadado de esta edición para que continúe el flujo de personas, ideas y obras. «Me ha sorprendido que este año hubiese eventos de artistas explicando sus obras», indica Marí, para quien la feria de arte se ha convertido en una institución cultural de referencia que aprovecha los recursos que antaño estaban reservados a los museos.

En esta nueva dimensión adquirida por la feria y subraya por los expertos, ha resultado clave la solución arquitectónica de Andrés Jaque. La directora de Es Baluard, Nekane Aramburu, elogia el plano diseñado por el arquitecto madrileño. «Se hace un lugar fácil para trabajar por las ventajas que hay en la circulación, en la distribución de los espacios, o en la apertura de los estands. Creo que todo eso lo convierte en un ámbito más agradable y propiciatorio para la relación profesional», dice Aramburu.

Sin embargo, la directora donostiarra echa en falta más vídeo en esta edición de ARCO. Una sensación que comparte con el comisario independiente Javier Duero, quien no está de acuerdo con la supresión de las secciones de cine experimental y de performances. «Son elementos esenciales del arte contemporáneo en el siglo XXI y no reconocerlos como tal es un error», sostiene. Duero considera que el vídeo, el cine y las acciones en vivo son las partes más indeterminadas y menos establecidas en el mercado, pero permiten a los usuarios entender otros tipos de producciones.

Asimismo, el comisario madrileño se lamenta de que la estructura y la presentación de los trabajos por parte de las galerías es ciertamente conservadora. «Son instalaciones y piezas de gran formato y ese aspecto innovador, más transgresor que suele tener el arte contemporáneo, este año no tiene tanta presencia», señala.

Por su parte, el comisario independiente Rafael Doctor destaca que este 2015 han vuelto a faltar en ARCO muchas de las galerías internacionales más importantes, tanto las consolidadas como las nuevas. Un lugar que, en su opinión, tampoco se permite que ocupen galerías que en España están apostando esencialmente por los artistas de su entorno y por construir un nuevo mercado más realista a las situaciones económicas de la mayoría de los amantes del arte. «Muchas se quedan fuera porque no son capaces de asumir los gastos que supone la feria, y otras que lo intentan son rechazadas por un comité obsesionado con una idea obsoleta de construir desde una visión internacional», denuncia Doctor.

Sin embargo, la capital española se vuelca con ARCO. Javier Montes, crítico de arte y colaborador del suplemento cultural de ABC, tiene claro que esta es una de las bazas con las que juega la propia feria y los profesionales que vienen. «A lo mejor en otras ciudades extranjeras con más oferta comercial durante todo el año un evento así no cambia tanto el panorama de la ciudad. Aquí, esta semana es una gran ocasión para que museos y galerías se vuelquen con el arte», considera. De esta manera, Montes cree que ARCO se justifica como cita en el circuito artístico internacional por la propia feria y todo lo que hay alrededor de la misma.

«ARCO ha pasado una etapa muy difícil, que tuvo hace dos o tres años, a base de mucho trabajo, y ha salido a flote como un evento que justifica el viaje porque permite hacer contactos y sirve para aproximarse al trabajo que se está haciendo en el arte español y latinoamericano», afirma el crítico de arte.

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