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«Las letras entornadas»: el lector que hay en Fernando Aramburu
Con retazos de su autobiografía y mil una lecturas ha compuesto «Las letras entornadas». Un libro lleno de interés en su conjunto, pero que contiene páginas menores que lastran su resultado
Se está haciendo bastante habitual la publicación de libros en los que escritores que sobresalen por su obra de ficción reúnen artículos, conferencias, reflexiones diversas o cuentan las vicisitudes de su vida de lector. En ese género hay títulos memorables por su valor de testimonio, por la agudeza de los juicios o por la perspicacia de sus críticas sobre la obra de otros autores. Es más, las preferencias o lecturas que un escritor exhibe suelen ser bastante ilustrativas de su universo.
Las letras entornadas es un libro lleno de interés en su conjunto, pero contiene páginas menores que lastran su resultado. No porque no valieran o fueran oportunas en su momento como artículo de prensa o conferencia, sino porque, puestas al lado de otras muy buenas dentro del mismo libro, reflejan demasiado su origen posiblemente circunstancial o su adecuación a un contexto concreto (pongo por caso el homenaje a un escritor o una charla dirigida a lectores sobre lo que es el cuento). Ese contexto y procedencia no se explica o detalla al lector de este libro.
Hay piezas muy valiosasjunto a otras anecdóticas
Fernando Aramburu ha creado ambigüedad respecto a la naturaleza del libro, pues imagina un marco que da hilo de continuidad a la suma de textos que hilvana. Ese marco es un diálogo con un personaje al que llama el Viejo, que tiene una buena biblioteca y, sobre todo, una bodega de buenos vinos. Escritor e interlocutor van bebiendo mientras disertan.
Valor aminorado
En ese marco, el personaje narrador, Aramburu, le va contando varias cosas. Por un lado, hace una autobiografía de lector. Tales páginas son las mejores, porque, sin ínfulas, narra una historia personal llena de autenticidad. Resulta emocionante ver cómo el hijo de unos obreros, con tesón y privaciones, ha alimentado su voluntad de salir a flote desde una vocación literaria.
Son estupendas, en cambio, las lecturas de grandes obras europeas
Como le ocurre al libro reciente de Luis Landero, estas páginas autobiográficas resultan muy valiosas, en cuanto tienen de testimonio y por lo conseguido desde su tono veraz. Muestran tanto al buen escritor que Aramburu es como a la persona que hay detrás. Obtenemos, por ejemplo, registro de su clara actitud contra el terrorismo etarra.
Junto a los autobiográficos, que parecen originales (y que están en cursiva), hay otros textos que Aramburu da a leer o lee en voz alta al Viejo, y que contienen lo que en origen pudieron ser breves ensayos y ponencias. También aquí hay piezas muy valiosas junto a otras anecdóticas o que piden a gritos un contexto que explique su falta de profundidad. Ocurre sobre todo con las más generales o teóricas.
Es inobjetable que en una charla para el gran público se diga sobre la poesía, la novela o el cuento obviedades bien expuestas. Pero al pasar a un libro sin mayor explicación su valor resulta aminorado. Son estupendas, en cambio, las lecturas concretas de grandes obras europeas. También resulta saludable que un escritor de su calidad reconozca a otros autores españoles: Pinilla , Rodoreda, Ignacio Aldecoa y esa joven y grande escritora de cuentos que es Pilar Adón .