arte

Un pene, motivo de censura a Guillermo Martín Bermejo en la Alianza Francesa de Málaga

La obra «Barba Azul», tenía que formar parte de la exposición «To shave or not to shave», en una institución francesa que homenajea también estos días al «Charlie Hebdo». De nuevo un dibujo enciende la polémica sobre la libertad de expresión

Un pene, motivo de censura a Guillermo Martín Bermejo en la Alianza Francesa de Málaga j. d.-g.

javier díaz-guardiola

El sábado pasado, y dentro de los actos paralelos de la primera edición de la , se inauguraba la exposición To shave or not to shave, una muestra colectiva con artistas de la talla de Carlos Aires, Eugenio Merino, Ricardo Cavolo o José Luis Puche, un homenaje desde la creación contemporánea a la moda actual sobre el vello facial masculino y su evolución a lo largo de la Historia.

Uno de los artistas convocados era el madrileño Guillermo Martín Bermejo. Su obra Barba Azul, un dibujo a lapiz sobre papel de 2010, aparecía en el catálogo y en las informaciones para prensa, sin embargo, no colgaba de las paredes de la Alianza Francesa, sede de la muestra, junto a la de sus compañeros. Es más: el artista pululaba por las instancias de la institución con ella, bien embalada, bajo el brazo. Interrogado por la razón de que su obra saltara de la nómina de artistas, el dibujante lo tiene claro: se trataba de un ejercicio de censura: «La explicación que me han dado es que en el dibujo aparece un pene y que aquí vienen muchos niños», denunciaba circunspecto.

Una gran falta de coherencia

La situación es grave, pero más lo es si se comprobaba que, al otro lado del patio en el que se exhibía To Shave or not to Shave, comisariada por el colectivo malagueño de Los Interventores , una exposición hemenajeaba a los dibujantes que perdieron su vida en París hace unas semanas en el ataque terrorista del Charlie Hebdo , justamente por unos dibujos, y que ha sido vendido por activa y por pasiva desde Francia y por el resto del mundo como un ataque directo a la libertad de expresión en Occidente: «Un capítulo así siempre es hiriente y humillante, pero en un momento como este, además, implica una gran falta de coherencia», añade el artista.

«La explicación que me han dado es que en el dibujo aparece un pene y que aquí vienen muchos niños»

Javier Hirschfeld, uno de los integrantes de Los Interventores, fue el encargado de dar la mala noticia a Bermejo. Consultado, insiste más en la posibilidad de que esa obra siempre se quedara fuera de la muestra, pese a que había sido seleccionada como bisagra entre este proyecto (sobre el amor a las barbas) y un segundo (que se inauguró horas después en su espacio malagueño), justo con la temática contraria: el horror al vello facial, y que tiene al propio Guillermo Martín Bermejo como protagonista. Historia del arte para pogonófobos es un repaso a los grandes artistas de todos los tiempos a los que se les despoja de sus bigotes y perillas, desde el trazo ahora del artista contemporáneo.

«Siempre quisimos que esa obra formara parte de la muestra porque hacía muy bien de puerta de salida de una muestra y de entrada en la siguiente. Era como un cartel de aviso de continuación del proyecto», argumenta Hirschfeld. El asunto es que al final se quedó fuera pese a que había sido publicitada. El comisario hace alusión a problemas de montaje: «Queríamos haber comenzado el fin de semana anterior y al final lo hicimos en un par de días y con muho lío, estando a mil historias». Según él mismo, la sala que acoge la muestra es pequeña, y la Alianza Francesa no permite colocar obras fuera de las salas de exposiciones. Quizás un problema de comunicación, en su opinión, es el que ha dado pie «a todo el malentendido». «Lo de meter el dibujo en la muestra no es una ocurrencia de última hora –responde Martín Bermejo–. El problema es que esa es una obra que pertenece a una colección privada y no se localizaba al coleccionista, y este, hasta la última semana no dio señales de vida. Yo mismo ofrecí la posibilidad de que se cambiara por otra, pero siempre me insistieron en que tenía que ser esa».

«Charlie Hebdo» de cuerpo presente

Desde la Alianza Francesa se defienden, sobre todo con la muestra del Charlie Hebdo en curso y de «cuerpo presente»: «Sería absurdo que nosotros censurásemos una obra por un desnudo –expresa Hédi Saïm, su agregado cultural–. Es más, una de nuestras últimas exposiciones, la de Julien Dumas , incluía a mujeres desnudas. No tenemos nada en contra de las pechos o los penes», bromea. «Nosotros nos hemos tenido que pelear con los políticos por tener la muestra del Charlie Hebdo aquí –continúa– no tendría ahora mingún sentido echar tierra sobre nuestro propio tejado». A ello se une que, en palabras de Saïm, la de Guillermo Martín Bermejo no fue la única obra que se quedó fuera: también saltó un boceto de Dadi Dreucol , aunque este artista sí que terminó estando representado con una intervención mural en la misma calle de la institución.

Precisamente la muestra incluye una cabeza de Franco de Eugenio Merino , que ya causó en su día revuelo y denuncias en ARCO. «Desde el comienzo, el director de la Alianza Francesa demostró su apoyo a la inclusión de esa obra –destaca el propio comisario–. Nunca hubo dudas de que pudiera ser de otra manera».

Sea como fuere, Martín Bermejo no está presente en la muestra, aunque pudo lamerse las heridas colgando la obra «censurada» en el espacio de Los Interventores, junto al resto de dibujos de su Historia del Arte para Pogonófobos, aunque en un espacio simbólico y secundario. El creador bormeaba esa misma noche haciendo alusión y repitiendo la frase «Je suis Guillaume», en alusión al popular «Je suis Charlie» que se ha convertido en grito de guerra en apoyo a la libertad de expresión en el mundo.

No es la primera vez que el artista encuentra problemas de este tipo con su obra cuando ha trabajado con instituciones: «No me pasa con las galerías, pero los centros hacen una lectura errónea de mi labor, quizás porque trabajo con el tema de la adolescencia». En el caso de Barba Azul, no caben las dobles interpretaciones. De nuevo, independientemente de los motivos de la exclusión o de quien tenga la razón, unos trazos, un dibujo, encienden la polémica. Y París, es el telón de fondo.

Un pene, motivo de censura a Guillermo Martín Bermejo en la Alianza Francesa de Málaga

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