arte
«Entropía», de Javier Calleja. El Proyecto ABC Cultural que constata que no hay vuelta atrás
El joven artista Javier Calleja comenzó a utilizar la red Instagram para poner a prueba sus obras. La red social le ha abierto nuevas posibilidades expresivas que ahora recoge en el este Proyecto ABC Cultural, de título «Entropía»
![«Entropía», de Javier Calleja. El Proyecto ABC Cultural que constata que no hay vuelta atrás](https://s1.abcstatics.com/Media/201412/03/javier%20calleja_1_xoptimizadax--644x362.jpg)
Hace algunos días leía –o quizá escuchaba, no recuerdo ahora muy bien– como Mark Zuckerberg, dueño de Facebook , declaraba que habíamos llegado al punto de no retorno. Venía a decir algo así como que los ordenadores, internet, redes sociales o todo este mundo tecnológico-virtual ya no tenía vuelta atrás. En fin... Que no hay forma de apagar el interruptor, botón, off o como quiera que se llame. Entonces pensé que Mark había descubierto la entropía, ese proceso por el cual algunas acciones no tienen posibilidad de volver a su estado inicial.
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Nunca me he considerado un artista de proyectos, pero cuando me ofrecieron participar en este, dije que sí sin dudar. No todos los días a uno lo llaman para cosas interesantes. Al colgar el teléfono me hice la pregunta... ¿y ahora qué hago? Fue entonces que me acordé de Zuckerberg :-).
Marcar las diferencias
Siempre he pensado que la diferencia entre arte y diseño es que mientras al diseñador le das un papel en blanco para hacer algo, el artista hace algo en un papel en blanco. Esto no coloca al artista por encima del diseñador, sólo lo diferencia. Esta es la razón, supongo, por la que no soy persona de proyectos, pero vivir sin proyectos es cuestión difícil. Hace apenas año y medio, aconsejado por mi pareja y un buen amigo, abrí una cuenta en una red social: Instagram , para ser más exacto. Al principio, colgaba fotos de mis dibujos o instalaciones, pero pronto encontré que esa pequeña ventana de apenas unos centímetros era un formato tan digno e interesante como cualquier otro, decidí entonces que realizaría obras exclusivas para aquella ventana.
El espectador es una parte importante en mi trabajo y, en esta red social la respuesta es directa y rápida, nada de esperar meses a una exposición individual (que tampoco está mal). Comencé a realizar trabajos para este formato, pero pronto observé que el espectador no tenía una noción clara de las dimensiones de las obras, por lo que decidí usar objetos reales y cotidianos para que se pudiera ver mejor la escala real. Un simple lápiz o mi propio dedo fueron introduciéndose en la imagen a modo de escalímetro.
Poco a poco las obras se integraron con aquellos objetos extraños y se fundieron para producir una sola, surgieron así, las primeras piezas que realizaba de forma efímera para la red. Como fondo, utilizaba un papel blanco y para que no se movieran dichas piezas las pegaba a este, ya podía ir por casa buscando la mejor luz para la cámara del móvil. Al cabo de un tiempo, Instagram decidió que mis pequeñas ventanas eran dignas de aparecer en su página oficial y así fue como un pequeño personaje colgado de mi dedo recibía casi medio millón de «likes».
Sin ser yo persona de proyectos
Por último, aquellas piezas y objetos fueron pegándose en papeles de buena calidad, fueron enmarcadas y expuestas en galerias y ferias, incluso hace unos meses recibí el premio DKV de dibujo . Es así como una red social me dió la clave que llevaba mucho tiempo buscando para presentar mis pequeños trabajos, y una acción determinada se convirtió en todo un proyecto artístico, y eso que no soy persona de proyectos.
Si hacemos círculos con el dedo en la arena hacia una dirección, por más que volvamos a hacerlos en la dirección contraria los granos de arena nunca volverán a su sitio inicial: esto no lo entiendo como desorden, sino como un proceso entrópico y el resultado será muy posiblemente un precioso círculo de arena. Uno de los derechos asertivos de las personas es que podemos cambiar de dirección y opinión cuando queramos, pero esto quizá lo cuente otro día ... O no.
Se despide atentamente @javicalleja