El blanqueo de Hollywood

Más que racismo contra los negros, lo que las nominaciones a los Oscar muestran es una industria que sobrerrepresenta a los blancos

JAVIER ANSORENA

En EE.UU. el 13,2% de la población es negra . En los consejos de administración de las grandes empresas, solo el 8,2% de los sillones los ocupan negros. Entre quienes logran un doctorado en la universidad, solo el 7,4% son de esa raza. Donde sí gozan de una gran representatividad es en las cárceles : casi la mitad –un millón de un total de 2,3 millones– de la población reclusa son negros. El 58% de los menores que acaban en prisión son negros. Buena parte de ello tiene que ver con la droga: el 59% de los reclusos por delitos relacionados con drogas son negros, aunque este sector de la población representa el 12% de los consumidores de drogas.

El racismo estructural en EE.UU. tiene raíces complejas y profundas –desde los problemas arrastrados de la segregación racial hasta el sistema actual de financiación de la educación–, pero esta última semana ha monopolizado las conversaciones por culpa de Hollywood: no hay ningún negro entre los veinte nominados en las categorías de mejor actor y actriz principales y de reparto por segundo año consecutivo . La decisión de la Academia del cine estadounidense ha provocado debates, críticas, análisis y un llamamiento al boicot. ¿Es Hollywood racista?

Un análisis cualitativo de las películas producidas en los dos últimos años podría sostener una respuesta positiva. «Selma» , una película basada en los movimientos contra la segregación racial en los 60, no recibió ninguna de las nominaciones importantes , tampoco en las categorías actorales, donde se destacó el papel de David Oyelowo como Martin Luther King Jr. Entre las que compiten este año, las grandes actuaciones de Idris Elba en «Beasts of No Nation» , de Nick Cannon y Samuel L. Jackson en «Chiraq» y la de buena parte del reparto de «Straight Outta Compton» no han sido reconocidas. Tampoco Michael B. Jordan , protagonista negro de «Creed», la última película de la saga «Rocky», obtuvo una nominación, que sí la consiguió Sylvester Stallone en la categoría de actor de reparto. La única nominación de «Straight Outta Compton» se la llevaron sus guionistas. Y son blancos.

Dos años en blanco

Un análisis más allá de los dos años de blanqueamiento total ofrece otros matices. En primer lugar, que en el siglo XX, esa casi fue la norma en los premios de Hollywood: el 95% de los Oscar fueron a parar a actores blancos . En lo que llevamos de este siglo, sin embargo, se ve que, más que un olvido sistemático de los actores negros, lo que hay es un dominio exagerado de los blancos. Los actores negros son el 13,2% y su presencia en los Screen Actors Guild, el sindicato de actores, mantiene esa proporción. Según un estudio de «The Economist», el porcentaje de actores negros que desde el año 2000 ha conseguido una nominación es del 10%, lo que es inferior a su peso demográfico. Una vez nominados, sus posibilidades de alcanzar la estatuilla son mayores que las de los blancos: la Academia les concede el 15% de los Oscar, por encima de su peso demográfico.

La raíz de la presencia inferior en las nominaciones no tiene tanto que ver con las votaciones de la Academia de Hollywood y la abrumadora mayoría de blancos entre sus miembros –un asunto que su presidenta, la actriz negra Cheryl Boone Isaacs , se acaba de comprometer a reformar– sino en las salas de casting. Según un estudio del Centro Annenberg para la Comunicación y el Periodismo, los actores negros consiguen un porcentaje de papeles comparables a su peso en la población, pero el análisis de «The Economist» muestra que solo son papeles principales en el 9% de los casos . Es decir, la discriminación existe a la hora producir películas y elegir a sus personajes, más que cuando la Academia los nomina y los vota.

Minoría hispana

Los datos también muestran que si alguien tiene derecho de protesta son los actores hispanos. La minoría hispana es la que tiene más peso del país, con algo más del 17% de la población de EE.UU . Pero, desde 2000, solo se han llevado el 3% de las nominaciones en las categorías al mejor actor. En la última década, para un total de 200 posibles nominados, los hispanos que lo consiguieron se reducen a la actriz mexicana Adriana Barraza («Babel») y al matrimonio formado por Javier Bardem y Penélope Cruz. Si se tiene en cuenta que los hispanos compran el 25% de los entradas al cine en EE.UU., eso sí es para poner el grito en el cielo.

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