«El gabinete del doctor Caligari» recobra su nitidez
La copia restaurada del excepcional clásico de Robert Wiene podrá verse en Madrid sólo este sábado
El 26 de febrero de 1920, el cine Marmorhaus de Berlín acogió el estreno de «El gabinete del doctor Caligari». Casi 100 años después, y en el marco del último festival internacional de la Berlinale, la primera edición digitalmente restaurada del clásico del cine mudo vio la luz en la Filarmónica de la capital alemana. Fue con el acompañamiento en directo del compositor estadounidense John Zorn al órgano. Fue la resurección de un filme que relata una pesadilla y que anunciaba un tiempo de terror.
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La versión restaurada de «El gabinete del doctor Caligari» desembarca mañana en España de la mano del Festival de Cine Alemán de Madrid. Los cines Palafox acogen a las 21:30 una única proyección acompañada con una sesión en directo del DJ francés Raphaël Marionneau, que ha preparado un repertorio acorde con las características estéticas de la obra dirigida en 1919 por Robert Wiene . «El gabinete del doctor Caligari» se ha convertido en un indiscutible clásico de la tradición expresionista del cine germano nacido durante la República de Weimar, y en una referencia del séptimo arte. Un filme que todavía hoy sigue rodeado de interrogantes y que continúa abierto a nuevas lecturas e interpretaciones.
Restauración digital
Aunque aún envuelta en la neblina histórica, «El gabinete del doctor Caligari» cuenta ahora con una versión que permite disfrutar de la obra con nitidez. Dos años y medio necesitaron los restauradores para completar el trabajo, que ha contado con un presupuesto de 250.000 euros. Es la primera restauración digital del clásico; hasta ahora, todas las rehabilitaciones se habían realizado sobre soporte analógico.
«Las tres restauraciones completadas hasta el momento no se habían realizado sobre negativos originales, sino sobre copias, con la correspondiente pérdida de calidad», explica Anke Wilkening, directora del equipo restaurador. Los negativos del rodaje original conservados en el Archivo Cinematográfico Federal alemán han sido la base de los trabajos. «La película original presentaba muchos rasguños y mucha suciedad, lo que había formado una especie de velo sobre el negativo».
Pero el negativo presentaba otro problema mayor: en 67 puntos de la cinta había huecos en los que faltaban 20 o 30 imágenes. Ello provocaba saltos en la proyección. Los restauradores han utilizado copias de la película original para poder llenar esos huecos con los fotogramas correspondientes. El resultado es sorprendente: donde el espectador antes tenía que imaginarse la calidad original del filme, ahora puede disfrutar de los detalles de las expresiones de actores y también de los decorados.
La Fundación Murnau es la promotora de la restauración. «El proyecto comienza en 2011 con mi llegada a la fundación; lo tomé casi como algo personal, pues “El gabinete del doctor Caligari” es mi película favorita», asegura Ernst Szebedits, director de la fundación. «Más allá de ese detalle personal, el filme supone un hito en la historia del cine y del expresionismo alemán». La Fundación Bertelsmann y el Gobierno alemán han contribuido económicamente a la restauración.
El crimen que la inspiró
«Quien conoce un poco la historia de la película, sabe que está llena de lagunas y de contradicciones», asegura Olaf Brill, historiador y crítico de cine. Brill da un ejemplo: los archivos dan cuenta de que directores como Fritz Lang y Hermann Warm, contemporáneos de «El gabinete del doctor Caligari», ofrecen narraciones absolutamente contradictorias de la obra de Wiene. El libro «Der Caligari-Komplex» («El complejo Caligari»), escrito por Olaf Brill, desentraña algunos de los interrogantes que penden sobre la película como, por ejemplo, que su trama está basada parcialmente en hechos reales: Hans Janowitz, uno de los dos los guionistas, vivió en primera persona la violación y el asesinato de una niña en 1913 en una pequeña localidad del norte de Alemania. Al parecer, Janowitz vio al asesino de la menor e incluso lo reconoció en el entierro de la víctima. Ello marcó su biografía y su trabajo como guionista.
Aquel asesinato pasó a formar parte del imaginario colectivo y se convirtió en el núcleo del guión de «El gabinete del doctor Caligari»: un siniestro doctor muestra en un mercado de un pueblo del norte de Alemania a un sonámbulo llamado Cesare. Cesare es capaz de predecir el futuro de la gente y vaticina la muerte de uno de los curiosos, que es asesinado esa noche en las calles de la localidad. Esa superposición entre realidad y ficción hizo crecer aún más su leyenda.
Szebedits agradece el esfuerzo del Gobierno para mantener la rica herencia de la cinematografía clásica germana, pero lo considera insuficiente. La secretaría de Estado de Cultura, la democristiana Monika Grütters, anunció a inicios de este año que en 2015 destinaría un millón de euros a la digitalización de estos clásicos. Szebedits cree que esa cifra debería alcanzar los 10 millones de euros. Sólo así se podrán restaurar y conservar piezas que podrían sufrir daños irreparables si no se actúa lo antes posible.
Ante la falta de recursos, la fundación dirigida por Ernst Szebedits se ve obligada a elegir qué películas pone a salvo del paso del tiempo. Los restauradores trabajan en «Las tres luces» de Fritz Lang (1921) . La versión restaurada de ese otro clásico será proyectada en la próxima edición de la Berlinale, tal y como ocurrió con «El gabinete del doctor Caligari». El cine mudo parece estar ganándose un inesperado espacio en la Berlinale.