concert music festival

El Barrio inmortaliza una noche espectacular en la recta final de Concert Music Festival

El guitarrista jerezano, Paco Cepero, subió al escenario para acompañarle en 'Soy curandero'

Fotos: El Barrio pone el broche de oro al Concert Music Festival

El Barrio, en Concert Music Festival antonio vázquez
Pepe Ortega

Pepe Ortega

Chiclana

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El tiempo no perdona. Pasa para todos y deja huella a su paso. De los achaques de la edad no hay quien se libre, pero cada uno intenta buscar la forma de evitarlos. Hay quien utiliza cremas antiarrugas y hay quien escribe canciones. El Barrio ha recorrido toda una vida por el segundo camino hasta convertirse en 'Atemporal'. Ya eso no se lo va a quitar nadie. Esas canciones son eternas, y no hay relojes que puedan decir lo contrario.

El público recibió a Selu Figuereo como a un ídolo, con el recinto completamente lleno. Para agotar todas las entradas de Concert Music Festival, hay que ser muy bueno; pero para hacerlo dos días consecutivos, tienes que ser una estrella. Selu cantaba en casa y ella le esperaba con los brazos abiertos y con el sombrero negro puesto.

'Amores maníos' fue la primera de una actuación que duró más de dos horas. Había mucho que recordar y cuando hay una guitarra de por medio el tiempo es lo de menos. El Barrio cantó por tangos un popurrí que comenzó con 'Agua fresca'. «Si quieres agua fresca, niña; Ven a mi pozo, niña; Ven a mi pozo». El poblado de Sancti Petri rebosaba arte por todos lados. Detrás de Selu Figuereo, había un elenco de músicos excepcionales: batería, cajón, teclado, bajo, guitarra española y dos coristas con unos vozarrones excepcionales. Ah, y el público, que acompañó con palmas cada tema que sonaba. 'Santa María', 'No volveré ' y 'He vuelto'. «He vuelto, De la mano del levante, Del aroma que en mis calle, Deja un pueblo marinero, Con un toque de locura , Con remedio y con las curas, Pa' los males de un te quiero». Probablemente no haya un escenario mejor para cantar esa letra que en el poblado marinero de Sancti Petri un día de levante, que aflojó por la noche.

«Es una noche especial y hasta el viento de levante ha decidido irse. Yo quería dedicarle este concierto a mi familia entera, que ha venido a verme. A mis hijos, mis padres, mis tíos», afirmó el cantante gaditano momentos antes de que sonara 'El adiós'. Si antes fue un popurrí por tangos, ahora tocaba por bulerías para «hacer la velada más amena». «Y en los pasajes que tienen mis sueños; Siempre me veo penando y llorando; Y si tu boca me dice »te quiero«; Todo se queda en silencio». Los olés se escapan por las bocas de los asistentes desde lo más profundo.

Después de dedicarle a su madre 'Me voy al mundo' a su madre porque «ya tenía que irse de casa», llegó uno de los momentos más emocionantes de la noche. «Una de mis mayores alegrías ha sido compartir escenario con una leyenda del flamenco y no me quería ir sin compartir esta noche con él. Con todos ustedes, Paco Cepero«. El reconocido guitarrista jerezano de 82 años salió al escenario con su guitarra flamenca para acompañar en 'Soy curandero'.

La noche iba llegando a su fin, pero todavía quedaba algún que otro himno más. «¿Qué os parece si cojo mi guitarra y recordamos cosas antiguas?», preguntó Selu, que se quedó huérfano en el escenario. «Mi padre me dijo esta semana que por qué esta canción no la hacía en directo... Para ti, papá». Y cantó 'Botica 29. También hubo momento para reivindicaciones. Una bandera andaluza fue lanzada desde el público y el artista, que escondía su mirada bajo la visera de su sombrero, no dudó en cogerla y decir unas palabras. «Quiero dejar claro que los que pedís la medalla de Andalucía para mí que sepáis que rezo en silencio por Andalucía. Os pido que olvidéis la medalla, yo llevo a Andalucía en el alma, yo soy gaditano de corazón», expresó. Se colocó la bandera bajo el brazo y entonó 'Torpe canción' y 'Pa' Madrid'.

Pero faltaba una. «Se la quiero dedicar a un primo mío que es mas barriero que yo». En ese momento, salieron al escenario sus dos hijas para cantar y bailar con él.«Somos los barrieros; y venimos todos a una; debajo de mi sombrero; mi alma blanca, blanca como la espuma». El Barrio convirtió dos horas de las vidas de los asistentes en un recuerdo imborrable, eternamente atemporal.

 

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación