«Mi sueño sería hacer una película de animación con Almodóvar»
El ilustrador Benjamin Lacombe presenta en Sevilla su último libro, «Historias de fantasmas de Japón», con textos de Lafcadio Hearn
Llega con una tablet en las manos y una serie de estuches de donde saca distintos tipos de rotuladores y lapiceros. «¿Te importa que dibuje mientras hablamos?», y se pone a ello.
Benjamin Lacombe , (París, 1982), presenta estos días en Sevilla un nuevo libro, «Historias de fantasmas de Japón» , con el texto de un singular y fascinante personaje, Lafcadio Hearn , y también para dar un taller en la Galería Roja. «A Hearn lo descubrí a través de los yokai (fantasmas del folklore japonés). Soy de una generación que ha nacido y crecido con los anime y los manga. La obra en referencia a los yokai de Hearn es tan importante para nosotros como la obra de los Grimm».
Dice que no rivalizan sus ilustraciones con el anime, «porque no concibo el arte como una rivalidad, sino lo contrario. En este libro hago muchas referencias a la cultura japonesa y también a sus autores, como Misuki o Miasaki . Cuando he hecho este libro he citado a grandes artistas japoneses».
En una respecie de «rebelión» contra lo digital o amor por el papel, Lacombe presta especial atención a la edición . En este caso, el libro editado por Edelvives tiene una espectacular presentación en la que se combina la portada de pasta dura con un borde de tela con dibujos y los colores azules tan característcos de sus ilustraciones. «He hecho también dos libros digitales y creo que es una forma de acercar a un público a la lectura, creando interacción y pequeñas películas. Pero el libro tiene lo sensorial y hay una relación activa con la lectura: es uno de los poquísimos objetos que le exige al lector ser activo, pasar las páginas o pararse y darse tiempo antes de seguir. El lector dirige el tiempo».
Su primer trabajo fue un cómic que se llamaba «El espíritu del tiempo» y precisamente fue sobre un fantasma japonés. Pero poco después publica «Griotte» en la editorial Seuil Jeunesse, y luego lo ficha una editorial norteamericana, recibiendo muy buenas críticas. «Triunfar tan temprano y joven puede ser peligroso, aunque en mi caso estamos hablando de ilustraciones, no somos Madonna. A la gente le gustan nuestros libros, no nosotros los autores. Para mí es apasionante que la gente compre mis libros, porque yo hablo de cosas que son íntimas, y que te lean te acerca al lector. Cuando un libro no funciona es cuando te empiezas a plantear preguntas ».
El libro ilustrado, a pesar de tener texto como este caso, es un libro de lectura más rápida, por eso Lacombe dice que a veces sí tiene presión para publicar el siguiente, «hacer un libro ilustrado puede llevar mucho más tiempo que otro. Fabricar el libro, elegir los colores, el papel, a mí me gusta trabajar el objeto, la edición, y al mismo tiempo es verdad que el lector puede leerlo rápido, es decir, ver la imagen y pasar la página, pero eso depende de cada uno».
Las historias que ilustra son en su mayoría elegidas por él, «soy un ilustrador malísimo por encargo , de hecho nunca trabajo por encargo. Tengo que estar apasionado con el texto. Elijo los textos por cosas que me han pasado en la infancia y me han construido como adulto, y también autores como Poe, Lewis Carroll ...,con los que tengo una conexión fuerte».
El cine y sus influencias
A menudo le asocian con el cineasta Tim Burton , «es una persona con un universo muy fuerte y que trabaja con la idea de los monstruos y la diferencia, y eso es algo que tenemos en común». Y entre los pintores, para Lacombe, Da Vinci. «Era vegetariano cuando no existía el término; sus personajes nunca sonríen como los míos, era un genio por su visión del mundo, con enfoque muy oriental». Pero también le inspiran la fotografía de Gregory Crewdson o Erwin Olaf o las de películas de Almodóvar» .
Confiesa que Pedro Almodóvar es su director favorito , le gustan todas sus películas, «creo que gráficamente es muy fuerte y le encanta el rojo, y a mí también. Hace un trabajo sobre la mujer que no es víctima ni un objeto de deseo, sino una mujer fuerte, y yo he nacido en una familia de mujeres fuertes que me han enseñado mucho. Y el cine de Almodóvar me habla, y veo en él a mi madre, a mis amigas. Habla de un ser diferente, diferencia sexual, de género, y ha tratado temas hace treinta años que ahora mismo están en la boca de todos. Su cine me ha hecho cuestionarme cosas. Sería un sueño hacer una película de animación con Almodóvar , sería el sueño», afirma con entusiasmo.
Ha ilustrado «Madama Butterfly», «Frida Khalo» y también «Carmen» , un personaje que le ha fascinado. «Elegí Carmen porque es un personaje icónico y feminista y además una historia escrita por un francés que no comprendió nada, ni a Carmen ni a la sociedad de la época y menos a los españoles. Merimée describió muy bien la historia, pero nada más. Veía la independencia de esta mujer como algo que le daba miedo, y esto me parece fascinante». Sí dice que su «Carmen» tiene estética gótica, «es muy difícil encontrar una imagen de ella, y por eso se va transformando durante todo el libro. Yo he intentado comprender a Carmen, pero el tiempo juega a favor de los hombres para poder comprender las cosas».
El próximo libro será gótico, «La familia Appenzell» , con textos de Sebastián Pérez , «es como un álbum de fotos antiguo, pero de una familia de monstruos y a través de estas fotos descubriremos sus historias». También tiene en proyecto hacer «Bambi» , el primero de sus libros sin ningún humano, « muy alejado de Disney . Es un libro de Félix Salten de 1923 , y fue uno de los mejores amigos de Stefan Zweig. Salten era judío y este «Bambi» es una alegoría de la salida de los judíos de Europa. Trata sobre un ser apátrida, algo que ahora sucede cada día».