Retrato institucional
Soledad Becerril: un retrato para el Defensor del Pueblo
El pintor sevillano Chema Rodríguez inmortaliza a la exalcaldesa de Sevilla para la institución del Estado
La galería de retratos del Defensor del Pueblo contará desde la próxima semana con el de Soledad Becerril . La que fuera primera ministra de la Democracia española y alcaldesa de Sevilla, ostentó el cargo de Defensora desde el año 2012 al 2017.
Desde hace tiempo la política sevillana se resistía a la realización de este retrato, pero la tradición ha pesado más, y finalmente hace un año comenzó a gestarse el proyecto, que ha llevado a cabo el pintor trianero, afincado en San Lorenzo, Chema Rodríguez .
«Ella finalmente está entusiasmada . A Soledad Becerril el tema no le apasionaba, porque es muy austera, así que se fue demorando. Al final se puso el tema sobre la mesa, hubo varias propuestas y entre la institución y la propia Soledad, pensaron en mí».
Chema Rodríguez, estudió Bellas Artes en Sevilla doctorándose años después. Es especialista en retratos y dice que ese proceso ha sido, «apasionante. No me ha hecho falta enviarle el cuestionario que siempre envío a quien hago un retrato y que tiene 150 preguntas. Empiezo por una que ya me da pistas sobre cómo es el personaje, y que es, ¿compartiría un secreto inconfesable conmigo? Pero no, a la señora Becerril no se lo he enviado. Me regaló su libro que recopila su experiencia de vida, "Años de Soledad" y no me ha hecho falta hacer más preguntas».
Dice que han charlado durante el proceso de posado . Los primeros días el pintor se desplazó a Madrid y el cuadro se hizo entre la capital y Sevilla. «La primera sesión fue de fotografías, dibujos, bocetos , y me traje desde Madrid algunos objetos personales para que el trabajo me diera una carga de intimidad del retratado. También me traje la ropa que se iba a utilizar y ponerla en el maniquí. Y durante el proceso he escuchado la música que le gusta a ella e incluso he leído su libro, y he cocinado algunos de sus platos preferidos».
Hasta tal punto ha llegado la meticulosidad del retrato que ante la duda, consultó a otro pintor. «Yo veía que el retrato no iba como quería. No sabía si era el pelo.., así que consulté a mi maestra, Carmen Laffón , y ella me dijo: es la chaqueta . Y en efecto, así era. Soledad me había dado una chaqueta de confección de una conocida marca, ella es así de discreta, y no encajaba bien. Llamé a Antonio y Fernando García , a través de mi primo, el director de cine Alberto Rodríguez , y me la ajustaron en el maniquí como si fuera de sastre, y entonces funcionó».
Le ha interesado hacer un retrato de acercamiento a la mujer no a la política, «soy consciente de que no es un retrato familiar, sino institucional , pero yo la veo una mujer con una moral muy rígida por sus valores tan asentados. Es decir, se muere antes de ser injusta, y debe estar convencida de todas las decisiones. Es un cuadro austero, lleva unos pendientes, nada más».
Hicieron cuatro sesiones de posado, «es muy disciplinada», afirma el pintor. El lunes por la tarde quiero que vea el cuadro antes de que se entregue, por si tenemos que hacer algún retoque».
La ha retratado, de pie, sonriendo, delante de una biblioteca, con una mano apoyada en la Constitución y otra en el libro de su vida, como si fueran sus dos columnas de Hércules.
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