Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría
La Real Academia de Santa Isabel de Hungría muestra un Manuel Salinas íntimo e inédito
Organiza la primera exposición de dedicada al artista y miembro de esta institución desde su fallecimiento el pasado enero

La abstracción en Sevilla ha tenido uno de sus capítulos destacados en la obra de Manuel Salinas , fallecido el pasado mes de enero por complicaciones derivadas del Covid-19 . Individualista, creador infatigable y pintor sin concesiones, este artista fue «un verso suelto» dentro de la abstracción sevillana , que animaron también otros tres exponentes con fuertes lazos de amistad entre ellos y vinculados a la galería Juana de Aizpuru —Salinas militó en esos mismos años en la Galería Buades —, como Gerardo Delgado, José Ramón Sierra y Juan Suárez , todos ellos en activo.
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De Manuel Salinas queda, en cambio, una obra, presente en museos como el Reina Sofía o la colección ‘la Caixa ’, de un « abstracto estricto» , como le gustaba definirse a este artista, deudora de la Escuela de Nueva York y en un permanente diálogo entre el color y la geometría, de la que es un buen ejemplo el diseño que realizó para conmemorar los 90 años de ABC de Sevilla . Estas características de la obra del pintor sevillano pueden apreciarse ahora en la muestra ‘Homenaje a Manuel Salinas’ que ha inaugurado ayer la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría , de la que formó parte desde 2016 hasta su muerte.
Esta muestra, la primera dedicada al artista desde su fallecimiento el pasado 30 de enero, presenta a un Manuel Salinas íntimo y desconocido , por cuanto las diez obras seleccionadas son pinturas de las que no se había desprendido, que mantenía en su estudio y son «prácticamente inéditas», relatan el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, Juan Miguel González Gómez , y el comisario de la muestra y también académico, Juan Fernández Lacomba .
«Es una selección de obras prácticamente inédita», señala el comisario Juan Fernández Lacomba
González Gómez señala que organizar esta muestra era una obligación de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, pues cuando fallece un académico se le dedica una sesión , en el que tres de sus miembros exponen diferentes aspectos de su trayectoria. Si, además, el fallecido es artista, se realiza una exposición .
Las piezas expuestas en esta institución hasta el próximo 30 de enero siguen la mayor parte —solo hay dos piezas de los años 70— ese estilo de madurez que desarrolló Manuel Salinas a partir de los años 90, entre los que destacan algunas piezas de gran formato , y sobre el que trabajó hasta el final de sus días en sucesivas variaciones.
Un estilo absolutamente personal y reconocible, señala Fernández Lacomba, basada en el « gesto pictórico con el que distribuía la materia y el color en el cuadro», hasta «totemizar la forma» , en referencia a las geometrías que iban marcándole esas elecciones cromáticas.

Una pintura, en definitiva, « intensa y rotunda , que hizo de él un verso suelto en la abstracción sevillana y un neoyorquino en la ciudad», palabras con las que el comisario de la exposición señala la influencia sobre Manuel Salinas de artistas del denominado ‘Color-field painting’ de la Escuela Neoyorquina, como Mark Rothko y Ad Reinhardt , junto a otros como Robert Motherwell o el propio José Guerrero .
Geometría y expresividad
Esa relación con el expresionismo abstracto la destaca, además, el crítico de arte Pepe Yñíguez en el catálogo que ha realizado Santa Isabel de Hungría con motivo de la exposición.
Una concepción de la pintura «limitada a elementos básicos como el trazo y el color, pero empleados con tanta expresividad como emotividad», pero a los que Manuel Salinas le añadiría algo propio por su « gusto innato por la armonía y el orden : una especie de nostalgia de la geometría», señala el crítico. El valor del cuadro, concluye Yñíguez, «revelará esa tensión entre el gesto expresivo y la idea del orden, entre la emoción sensible y la razón».
«Salinas asistía a todos los plenos de la academia», afirma su presidente, Juan Miguel González Gómez
Porque lo que atraía al pintor sevillano de la abstracción, explica también en el catálogo el comisario Diego Carrasco , era « el reto de trabajar sobre la nada , a partir del cero absoluto y dar fuerza y expresión a algo que no existe, solo ante el peligro, si acaso interiorizado hallazgos anteriores de otros que pudieran servirle de candil para alumbrar su propio camino».
Parte de ese camino se expone ahora en Santa Isabel de Hungría, real academia a la que perteneció el artista desde 2016 hasta su muerte. «Para él fue una alegría su elección y siempre preguntaba qué podía hacer él por la academia», afirma Fernández Lacomba. «Él se sintió muy arropado por los académicos y asistía a todas las reuniones y plenos , no se perdía ni uno», añade González Gómez.
‘Homenaje a Manuel Salinas’. Real Academia de Santa Isabel de Hungría. Hasta el 30 de enero. Horarios y entradas: www.realacademiabellasartessevilla.com