Museo de Bellas Artes
La poética del retrato de Rico Cejudo enriquece la colección del Bellas Artes de Sevilla
La obra «Retrato de Conchita», donada por Concepción Trigo Pérez, es la segunda obra del pintor sevillano que conserva el museo
Siempre es una buena noticia una nueva incorporación de obra al Museo de Bellas Artes de Sevilla . Más aún si se trata de una generosa donación que muestra el compromiso de la sociedad civil con la institución. Ambos requisitos se dan en «Retrato de Conchita» , de José Rico Cejudo (1864-1939), la obra que ha donado Concepción Trigo Pérez a la pinacoteca y que es un buen ejemplo de la poética que imprimió a sus retratos el artista sevillano.
La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico , que gestiona la pinacoteca, informó ayer de esta donación, un colorido y vistoso retrato de una mujer ataviada con mantilla blanca para ir a la Feria de Abril . Se trata de un retrato ejecutado hacia 1910 y que tiene como protagonista a una trabajadora que estaba al servicio de la Casa de Dueñas , que era modelo habitual de Rico Cejudo y amiga personal .
Esta información se ha obtenido de la dedicatoria incluida en la obra que ha salido a la luz tras su restauración en los talleres del Bellas Artes. La tela quedará expuesta en la sala XIII de la pinacoteca hasta el próximo agosto .
El lienzo, ejecutado en torno a 1910, se expondrá en la sala XIII de la pinacoteca hasta el próximo agosto
La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo , destacó «la importancia de la donación » realizada por Concepción Trigo Pérez, a quien agradeció su «enorme generosidad» con los andaluces al poner a disposición de los ciudadanos «una obra que resume el genio artístico» de este pintor costumbrista.
Tal como recoge la hoja de sala, Rico Cejudo presenta una estampa castiza en la que ha situado «la figura de una mujer en un interior, sentada en un sofá de color rojo», desplegando sus brazos abarcando una «escena de formato apaisado». «Los detalles de las joyas están descritos con minuciosidad », demostrando la « destreza pictórica en la translucidez de la mantilla blanca».
El resultado es una obra que, según el crítico Ramón Martínez de Pinil los citado en el tríptico, muestra cómo «la poesía era el alma» de los cuadros del pintor sevillano, un « aire poético que se respira en sus retratos femeninos como este de Conchita».
Desde el Bellas Artes se relaciona, además, esta pintura con otra realizada por el artista en la década de 1910 y que se conserva en el Museo Bellver : «Feria en el Aljarafe» , donde «una de las protagonistas del cuadro mantiene una pose y una indumentaria muy similares a este retrato».
Este «Retrato de Conchita» se convierte en la segunda obra de Rico Cejudo que se conserva en el museo sevillano, pues se suma al lienzo conocido como «Las floreras» o «Floristas en el parque de María Luisa» .
Esta obra se encuentra depositado en el Bellas Artes en 1973 por orden ministerial y lo adquirió el Estado, al precio de 4.000 pesetas —unos 24 euros actuales—, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920 , donde obtuvo la tercera medalla. El de las floreras es un tema muy tratado por el artista sevillano, perfecto para desarrollar su pintura costumbrista .
Pensionado en Roma
José Rico Cejudo inició su formación como pintor en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla , de la mano de maestros como José García Ramos . Al obtener reconocimiento con algunas de sus primeras obras, el artista logró en 1888 ser pensionado por el Ayuntamiento de Sevilla para continuar su formación en Roma .
En la capital italiana permanecerá durante siete años, será influenciado por el círculo de Fortuny y acude a los estudios de artistas como José Villegas y José Cordero , además de visitar Nápoles y Venecia .
Allí desarrollaría un estilo marcado por un « dibujo virtuoso y firme», y un sentido del color de «fuertes tonalidades, pero sobrio de matices », en composiciones «equilibradas y asuntos que, aunque tienden a lo anecdótico, poseen sinceridad narrativa».
Su pintura se especializa, tras su vuelta a Sevilla, en obras que «reflejan la vida cotidiana , llevando al lienzo la transposición pictórica del mundo de los hermanos Álvarez Quintero », alternando el retrato, como el donado al Bellas Artes, como el paisaje, siendo asiduo del círculo paisajista de Alcalá de Guadaíra .
En su ciudad natal participó activamente en la vida social y artística de principios del siglo XX, siendo nombrado en 1907 académico de Bellas Artes. Además de pintor, cultivó la ilustración, la escritura de novelas cortas , el articulismo especializado en arqueología y arte en diarios sevillanos. Falleció en octubre de 1939.
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