Daniel Bilbao, el pintor paisajista de la arquitectura
El artista presenta treinta obras en la galería Birimbao tras una estancia en la Gulbenkian de Lisboa
Daniel Bilbao (Sevilla, 1966) , dice que nació pintor, pero que con el tiempo la arquitectura le fascinó. Así que al final ha podido unir sus dos pasiones, y la arquitectura es la inspiración para sus obras, como las que ahora presenta en la galería Birimbao bajo el título de «Tacet».
Director del Departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, ha pasado dos temporadas de tres meses en la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa , donde se ha gestado este trabajo que conforman más de cincuenta obras.
«Tacet» es el nombre que define la nota musical que representa el silencio en música, «me parece que es un elemento que personalmente me recuerda la arquitectura racionalista».
En la galería Birimbao cuelgan treinta piezas de diferentes formatos en las que predomina el óleo, las técnicas mixtas, varios grafitos con toques de tinta o nogalina y puntas de plata y oro . La «punta de plata es una técnica muy antigua que usaba Leonardo Da Vinci. A mi me gusta especialmente porque la punta de planta el dibujo va mutando al contacto con el aire cuando se oxida».
Su trabajo en Lisboa ha marcado esta etapa, «es mi tercera exposición con temas arquitectónicos, el racionalismo, la Bauhaus. Tenía mucho interés en la Gulbenkian, y en efecto, cuando llegué a la Fundación encontré que para mí era el sitio ideal. Me he dedicado a estudiarla, no sólo el diseño arquitectónico, sino también de la jardinería..., en la Gulbenkian todo es diseño de grandes arquitectos, y ello me ha inspirado muchísimo. Me gusta pensar que soy un paisajista de la arquitectura».
En la exposición hay también cuadros que se refieren a piezas icónicas de autores como Mies Van der Rohe, o del sevillano Javier Terrado , profesor de Arquitectura de Sevilla, con premios internacionales, y dos de los cuadros representan edificios premiados que están en Conil y en Jerez de la Frontera».
Pero Daniel Bilbao también trabaja los otros elementos de su obra, lo que denomina la «cocina pictórica», «para mí son importantes los soportes, y por eso utilizo las maderas y el lino. Y en las maderas me he preocupado en buscar maderas que tengan sus propias heridas, eso me da una calidad en la pintura que no te da un tablero comprado».
Dice Daniel Bilbao que Sevilla es una ciudad interesante para un pintor que ama la arquitectura . «En Sevilla a lo largo de la historia el mestizaje es nuestro baluarte. Al principio, el sevillano siempre tiene rechazo ante la nueva obra arquitectónica, pero luego las hace suyas».
Sobre las «Setas» de la Encarnación Daniel Bilbao dice que, «como elemento arquitectónico muy interesante, pero sí es verdad que volumétricamente está muy comprimido en el espacio. Yo lo hubiera visto mejor, al menos desde la perspectiva, en un explanada rodeado de verde. Pero sí es verdad que ha creado un nuevo centro de atracción y el entorno de la Encarnación está vivo permanentemente, y eso quiere decir que de nuevo la ciudad la hace suya».
Para el artista, el ejemplo más tremendo es la Giralda. «Arquitectónicamente es un alminar almohade, rematado por Hernán Ruiz que llega varios siglos después y le pone un penacho renacentista, eso si nos abstraemos un poquito, es una aberración arquitectónica, pero qué ocurre, que las distintas culturas que han pasado por la ciudad nos ha hecho más flexibles y la sociedad se va haciendo tolerante, tras un primer momento de rechazo por miedo, quizás. Imagino que con la torre Pelli quizás ocurrirá lo mismo con el tiempo».