Exposición
Claudio del Campo: «Antes la fotografía tenía más riesgo y era más emocionante»
El fotógrafo presenta su primera muestra en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus)
Claudio del Campo (Sevilla, 1958) se crió entre pinceles. No en vano su padre, Santiago del Campo , fue uno de los grandes pintores de la segunda mitad del siglo XX. Pero Claudio «se pasó» al arte del siglo XX, la fotografía , y de la manera más sencilla: «Un día, cuando tenía quince años, vi una antigua máquina de fotos en casa que estaba estropeada y como siempre me ha gustado arreglar cosas, la arreglé y me puse a hacer fotos».
«Pintando la fotografía» reúne más de cincuenta imágenes en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus) y es la primera exposición en una sala de la obra de Claudio del Campo. «A mí lo que me gusta es hacer fotos, y el hecho de exponerlas necesita un discurso, un relato».
La muestra tiene como comisario a Rafael Ortiz y está dividida en apartados: «Tempus fugit», «Lugares», «Situaciones» y «La mirada de la mirada». Como no podía ser de otra forma, artistas plásticos de varias generaciones protagonizan numerosas fotografías.
En la sala, imágenes de Carmen Laffón bromeando en su estudio con una sobrina y luego pintando en Sanlúcar; retratos de Santiago del Campo, de Jaime Burguillos , del Equipo 57 ; Curro González , cocinando; Juan Romero o un retrato del torero Manolo Vázquez posando ante su padre. «Yo hacía para mi padre todas las fotos cuando alguien le posaba. Esta es de los 80 y el retrato lo tiene la familia».
Claudio del Campo impresiona todas sus fotos. «Todo lo hago yo, porque es imprescindible controlar el proceso», aunque confiesa que antes de lo digital , « la fotografía era más emocionante . Ahora hay maravillas, programas de ordenador que hacen de todo. Antes sólo tenías tu ojo y si pudiera ser una buena máquina».
En la exposición, un retrato de su madre ante un dibujo hecho por su padre, su hermana, la también pintora Salomé del Campo , y amigos y familia. «Me interesa mucho las miradas de la gente», dice frente a la foto del caballete de su padre en su estudio. «Todas son inéditas , nunca las había expuesto», confiesa.
Este fotógrafo, que durante veinte años se dedicó a hacer tocadiscos de piedra —«tengo mucha afición al sonido», dice—, se revela ahora con mucho pudor en esta exposición con imágenes insólitas de la Catedral , la Maestranza o la Giralda , el Bar Laredo ... «intento tener otra mirada».
Experimentos en alta fidelidad
Pero la fotografía no fue durante años su principal actividad. «Me dediqué a hacer experimentos con equipos de alta fidelidad y eso me interesaba más que la fotografía, que para lo que sí me servía era para financiar mis otras actividades. Pero pasó el tiempo y al final me quedé con la fotografía».
Autor de las imágenes de catálogos de numerosos artistas, Claudio del Campo se ha especializado en fotografía de obra de arte , «pero siempre he tenido la necesidad de captar imágenes. Veo una escena y es como si la imagen estuviera configurada en mi cabeza, y si puedo lo capto, pero sin afectar a la escena. Intento no perturbarla, como si fuera invisible , eso es lo que me apasiona».
Su acercamiento a otras personas que crean le fascina. «Cuando trabajo con artistas hay una ligadura entre la creación de ellos y la mía. La cercanía a los artistas es compartir algo importante de alguien». No hay ningún artista que se le haya resistido. «Si ellos exigen mucho, yo soy aún más maniático. Además, los cuadros más difíciles son los más divertidos , aunque cada vez hay menos porque la tecnología ayuda muchísimo y se puede resolver cualquier problema. Antes la fotografía tenía más riesgo ».
Para la exposición, el Cicus ha editado un catálogo con textos de Rafael Ortiz y Luis Martínez Montiel .
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