Chema Cobo: «Las redes están creando mucho artista falso»
El pintor presenta en la galería Weber-Lutgen de Sevilla la exposición 'En la inopia' con obra de reciente creación
Chema Cobo (Tarifa, Cádiz. 1952), es un pintor cuya obra rezuma iconografías con interpretaciones diversas que el artista ha incorporado a sus cuadros a lo largo de su carrera.
Uno más de los pintores reunidos en aquel grupo que se llamó irónicamente 'Nueva Generación madrileña ', pese a ser los integrantes en su mayoría andaluces, Chema Cobo fue artista residente en el prestigioso PS1 de Nueva York, y posteriormente participó en numerosas exposiciones nacionales e internacionales como en la exposición 'Recent European paintings' en el Salomom R. Guggenheim de Nueva York o en la galería Zolla Lieberman en Chicago.
Su exposición 'El Laberinto de la Brújula ' fue la que inauguró el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en su actual ubicación del Monasterio de la Cartuja de Sevilla en el año 1999 con alrededor de 150 obras e instalaciones.
Chema Cobo ha vuelto a Sevilla con una nueva muestra titulada 'Fool's Paradise / En la inopia' en la galería Weber-Lutgen que estará abierta hasta el 27 de octubre, en la que la realidad se presenta como un juego de sombras en el que es preciso cuestionarlo todo, hasta la propia luz. Todo es cuestionable, como dice el propio artista.
La exposición de la galería Weber-Lutgen se compone de piezas de reciente creación. «Está concebida para este espacio y tiene un recorrido que está pensado y también tiene una intención. Lo que importa es la obra, que hay que ver dos o tres veces. Está instalado cada cuadro como si fuera un diario, y todos conexión unos con otros. Mi obra lo que necesita es tiempo , verla un par de veces y luego seguro que surgen cuatro o cinco cuestiones».
El título, 'En la inopia' responde a la sensación que tiene el artista del mundo actual, «es una especie de confusión consentida . Y el motivo ha sido el miedo, que ha sido el desencadenante. El hombre tiende a vivir en un mundo de ilusión para no sufrir, porque a veces la realidad se vuelve insoportable».
Dice que el pintor no está para sacar conclusiones, «si no, caemos en otro cliché, la gente se apunta en ese cliché y la realidad se desvanece que es precisamente lo que quiero evitar. Lo que quiero es plantear cuestiones y quien quiera que las tome. Estamos en la inopia porque nos dejamos estar ahí».
En la exposición plantea temas desde la falacia sobre la identidad, hasta la utopía entendida como la mercadotecnia que se ha puesto de moda, «repaso incluso un poco el miedo, algo fundamental después de la pandemia. La gente sigue enmascarada como si viniera el apocalipsis, y cómo la gente está apuntada más al club de fé que a los hechos racionales. Ahí están los locos antivacunas, otros que esperan el apocalispsis..., enfin todo este caos informativo. El mundo fake que se ha creado a través de las redes..., es una especie de carnaval».
Arte efímero
Chema Cobo no ha tenido miedo durante la pandemia, «había más miedo inducido que real. Además estas cosas son para pobres. Yo tengo la fortuna de vivir en un campo grande, sin vecinos, y estaba más protegido que el que tiene que vivir en un apartamento con mucha familia y rodeado de personas, es decir hacinados. La pandemia ha puesto en evidencia los déficit que la sociedad occidental tapaba, como el tema de la vivienda, por ejemplo».
Cree que el arte ya estaba mal antes de la pandemia y ésta le ha afectado muchísimo, «en el momento en que el arte se va institucionalizando más, va perdiendo el potencial . Una feria habla de ecología y de los temas candentes y todo el que se salga de la tangente no tiene nada que hacer. El arte siempre se ha distinguido por las excepciones no por las reglas. Yo he intentado ser una excepción en el arte, no sé si lo he conseguido, porque siempre se calla al que clama en el desierto y hay que hablar de identidad, cambio climático...»
Afirma que hace tiempo que le aburren las fieras y encuentros de arte, «las bienales y documentas son muy previsibles. Qué sentido tiene reunirse cada cuatro años..., eso en los años 60 0 70..., pero ahora con los medios de comunicación y las redes no hace falta. Hoy la noticia se publica a los diez minutos de pasar. En el fondo hoy las ferias de arte son una operación turística».
Y es rotundo cuando afirma que «las redes están creando mucho artista falso, mucho narcisista que no hace más que mirarse el ombligo . Eso ya lo dijo Warhol, que la fama eran quince minutos. Ahora son diez segundos en Instagram», aunque cree que de esos artistas tan rápidos no quedará nada, «eso que se lo plantee la gente más joven, aunque desde el punto de vista ético sí es preocupante». Le preocupa la falta de educación y de excelencia, «y ahora se iguala por lo bajo».
Chema Cobo recuerda que su generación se encontró con la dictadura política, «y también otra dictadura estética, había que hacer arte comprometido o no se podía hacer arte. Mi generación reaccionó a muchas cosas al mismo tiempo, a la dictadura y al arte impuesto de compromiso. El ser protestones nos queda. Yo no protesto por cuestiones personales, incluso evitar la figura del artista porque lo que queda es la obra, yo soy un mero mensajero».