GAlerías de arte
Pablo Sycet, de letrista de Fangoria a pintar inspirado por Cernuda
El multidiscplinar artista de Gibraleón expone en la galería Rafael Ortiz, 'Jardín antiguo'
Juan Uslé: «Palabras como calidad y maestría están hoy perseguidas»

Pablo Sycet (Gibraleón, Huelva, 1953), se marchó a Madrid en el momento indicado, allá por finales de los 70 y se encontró de cara con la Movida madrileña. Allí en la capital se juntó con lo más 'granado' de los protagonistas de aquella contracultura en la que todo valía, porque como decía Santiago Auserón en su canción: «el futuro ya está aquí».
Se hizo artista de todo un poco. «A veces la gente no se fía de quien como yo toca muchos palos, pero era lo que me gustaba hacer», confiesa, y así fue letrista y viajó con Fangoria, trabajó con Luz Casal y con Nacho Canut, hizo colaboraciones con el el artista Quico Rivas de irrefrenable rebeldía frente al arte y creó como editor gráfico portadas para discos, además de iniciar una importante colección de obras de arte, más de tres mil, que hoy intenta que se quede en su pueblo de Gibraleón, «aunque no me hacen caso, voy a tener que mirar hacia otro lado», se lamenta.
En su 'edad de oro', Pablo Sycet ha decidido que la pintura es su presente y su futuro, y así presenta estos días en la Galería Rafael Ortiz de Sevilla la exposición titulada 'Jardín antiguo' que nada menos está inspirada por Luis Cernuda y su poesía.
«Los cuadros están hechos ex-profeso para el patio de la galería. Parto de un poema de Cernuda, que para mí es la perfección en poesía, y cuya lectura me arrebató cuando era adolescente. Estuve obsesionado con Cernuda, y cuando llegué mi primera vez me puse a recorrer las calles, fui por la calle Mármoles buscando la calle del Aire y me encontré con las ruinas romanas y quedé fascinado. El poema 'Jardín antiguo' de Cernuda remite a los jardines del Alcázar, pero pienso que el gérmen de ese arranque poético está en esas ruinas y encima la galería es vecina de estos restos. Es el destino».
Es la segunda exposición que hace en este espacio, la otra versó sobre el personaje de San Sebastián. «Cuando me propusieron el patio, acepté y pinté los cuadros para ese sitio y me puse a pintar con una pasión que se me había olvidado que tenía, y me ha reconfortado mucho». Las graduaciones de la luz desde el lucernario cambian los cuadros dependiendo del día, algo que ha fascinado a Sycet, «yo nunca los había visto así siempre con luz artificial».
La música y el arte
Los cuadros tienen además una gran presencia de tipografía que el artista ha incorporado desde hace tiempo, «que tiene que ver con mi trabajo como diseñador de portadas de discos y como letrista de Fangoria y Luz Casal. Mi obsesión con Cernuda fue tal que en un viaje a México con Fangoria nos fuimos a buscar su tumba y recuerdo que yendo a un mercadillo popular con Olvido (Alaska), compré unos naipes mexicanos que ahora he incorporado en mis cuadros».
Comisario de exposiciones, editor, cree ser un producto de aquella época ochentera, «cuando terminé la 'mili' me ví con el conflicto de desarrollarme en muchas materias y decidí ir para adelante con todo. Pero a veces la gente no ve con buenos ojos que uno toque demasiadas teclas del piano, cree que eres un intruso. Para mí finalmente hacerlo fue un acierto. La pintura por sí misma me hubiera vuelto loco porque es muy solitaria».
Dice que el futuro que pensaban entonces no es el de ahora. «Todo es mucho más incierto. Entonces veías a los artistas consagrados desde la distancia y los iconos han tenido una consolidación más contundente que lo que tienen hoy día, seguramente porque el mundo no es tan ancho y diverso como ahora y no hay esa locura de redes sociales. Hoy algunas películas de Pedro Almodóvar no habría quien las financiara por lo atrevidas que son. La realidad ahora es más incierta que antes. Yo tenía entonces control sobre la música, hoy sería inabarcable».
En estos momentos lo que más le reconforta es pintar y comisariar exposiciones con material ajeno, «porque es una válvula de escape con disfraz de espía», añade con ironía. Como comisario ha puesto en marcha una exposición sobre Carlos Berlanga que se inauguró en el Centro Niemeyer y que en diciembre se clausurará en el Espacio Santa Clara de Sevilla. «Y tengo otra sobre Jaime Gil de Biedma con el Instituto Cervantes que se inauguró en Nueva York en diciembre y ahora va a Manila. Sólo me dedico a comisariar cosas que fueron parte de mi vida, y que eran cercanos a mi».
Sycet ha creado la colección Olontia (homenajeando el nombre romano de su pueblo), con piezas de artistas de los 80: Pérez Villalta, García Alix, Abraham Lacalle, Parejo School, Alska, Alfonso Albacete, Sush, Soledad Sevilla... «Llevo cuarenta años de coleccionista sin tener conciencia de ello», asegura. Quiere encontrar un espacio para ella, pero hasta ahora no ha podido ser, y realiza exposiciones puntuales, la próxima en las naves una antigua estación de tren en su pueblo de Gibraleón. En 2013 hizo en el Museo ABC de Madrid la muestra 'El papel de la movida' con diversas obras de artistas de los ochenta pertenecientes a su colección.