Herederos de un coleccionista judío demandan al Guggenheim de Nueva York por un célebre Picasso
Reclaman la devolución de 'Mujer planchando' (1904), obra del periodo azul, o una indemnización de entre 100 y 200 millones de dólares
Según el museo, la venta en 1938 fue «una transacción justa» y la denuncia carece de fundamento

Herederos de un coleccionista judío alemán han demandado a la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York por la devolución de una célebre pintura de Pablo Picasso, que supuestamente fue vendida bajo la amenaza de la persecución nazi hace 85 años y se halla en la colección del Museo Guggenheim de la Gran Manzana.
La demanda, presentada el 20 de enero en la Corte Suprema de Manhattan, alega que 'Mujer planchando' (1904) fue vendida bajo coacción en 1938 cuando su propietario, Karl Adler, presidente de la junta directiva de la fábrica de cuero más grande de Europa por entonces, se apresuró a huir de la Alemania nazi con su esposa, Rosi Jacobi. Los demandantes en el caso, que incluyen a uno de los descendientes directos de Adler y Jacobi, Thomas Bennigson, y numerosas organizaciones benéficas judías, buscan la devolución de la obra de arte o, en su caso, una indemnización de entre 100 y 200 millones de dólares por daños y perjuicios.
El caso, que se presentó bajo las disposiciones de la Ley de Recuperación de Arte Expropiado del Holocausto de 2016, puede reducirse a si se determinó o no que la obra de arte se vendió ilegalmente o mediante extorsión, informa 'Art Net'. «[Adler] se deshizo de la pintura por la persecución nazi a la que él y su familia habían sido sometidos», se lee en el expediente.
Presidente de una importante fabricante de cuero, Adler adquirió esta célebre pintura del período azul en 1916 al propietario de una galería con sede en Múnich, Heinrich Thannhauser. Veintidós años después, el empresario y su esposa huyeron de Alemania en medio de crecientes amenazas de persecución por parte de los nazis.
La pareja planeaba emigrar a Argentina y necesitaba dinero para cubrir el costo de los visados. Adler vendió el Picasso al hijo de Heinrich Thannhauser, Justin, por 1.552 dólares. La denuncia del heredero de Adler alega que la venta fue «forzada» y su precio «muy por debajo» del valor de mercado. «Thannhauser, uno de los principales marchantes de Picasso, adquirió la pintura a precio de liquidación», dice la demanda. «En el momento de la venta, Thannhauser estaba comprando obras maestras propiedad de otros judíos que huían de Alemania y se beneficiaban de su desgracia. Thannhauser era muy consciente de la difícil situación de Adler y su familia. De no haber sido por la persecución nazi, nunca habría vendido la pintura ni a ese precio».
El cuadro ingresó a la colección del Guggenheim de Nueva York en 1978, tras un depósito de Justin Thannhauser en 1965 y la intención de venderlo. Pero antes de que la adquisición fuera definitiva, los administradores de Guggenheim investigaron el pasado de la pintura y contactaron con el hijo de Karl Adler, Eric. Según un comunicado del museo, éste «no planteó ninguna preocupación sobre la pintura o su venta. La extensa investigación realizada por el Guggenheim desde que un abogado que representaba a los demandantes se puso en contacto con ellos por primera vez demuestra que el Guggenheim es el propietario legítimo de la pintura. No hay evidencia de que Karl Adler o sus tres hijos, ahora fallecidos, consideraran la venta como injusta o consideraran a Thannhauser un actor de mala fe, ya sea en el momento de la transacción o en cualquier momento posterior».
Los herederos, entre ellos el abogado de California Thomas Bennigson, contactaron con el museo por primera vez en 2017 acerca de 'Mujer planchando', pero alegan en la demanda que la institución se negó a devolver la pieza «única e irremplazable».
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La pintura se encuentra expuesta, como lo ha estado desde que se adquirió hace 45 años. Pero no cuenta con una cartela en la que se indique que «cambió de manos debido a robo, incautación, confiscación, venta forzada u otros medios involuntarios» durante la era nazi, como exige una ley de Nueva York recientemente aprobada.