Serny, el Toulouse-Lautrec español, deslumbra en el Museo ABC
Una exposición reúne un centenar de ilustraciones del genial creador, entre ellas las aventuras de Celia y Cuchifritín, entrañables personajes creados por Elena Fortún

El Museo ABC prosigue su labor de recuperación de los grandes ilustradores españoles buceando en su impresionante archivo. Ahora le toca el turno a Ricardo Summers e Isern (El Puerto de Santa María, Cádiz, 1908-Madrid, 1995), conocido como Serny , pseudónimo con el que firma sus obras, formado por la transposición de su apellido materno. Es uno de los artistas de la llamada Edad de Plata . Hijo de juez, iba para abogado (cursó Derecho, carrera que él mismo se financió), pero desde niño tuvo muy clara su vocación artística. Autodidacta , publicó su primer dibujo en 1922, con tan solo 14 años. Fue en la revista «Buen humor», que dirigía Sileno.

Durante la Guerra Civil Serny tuvo miedo a ser detenido y fusilado. Le habían amenazado por haber hecho carteles para Acción Popular. Pidió asilo político en la embajada de Francia en el 37 y un año después se marchó a Francia, pero regresaría a España. Padre de seis hijos y con más de 20 nietos , pese a que vivió muy poco tiempo en Cádiz, mantuvo el acento andaluz. Antes de morir pudo ver emocionado cómo su pueblo natal, El Puerto de Santa María, le rendía un sentido homenaje.
Gozó de numerosos e ilustres admiradores . Han dicho de Serny: «Es un excelente pintor que ha sabido hacer de su larga y fecunda existencia un ejemplo de sinceridad creadora y de elegancia personal» ( Mario Antolín ). «Alumno y profesor de la belleza. Es un pintor tan mayor que prefiere disfrazarse de pintor menor. Hay como un Toulouse-Lautrec detrás del cual no pierde comba un Goya» ( César González-Ruano ). «¡Ojalá el mundo fuese así, como lo ve Serny! Un mundo de belleza, de elegancia, de nostalgia. Pero no es así. Se lo inventa para vivir en él felicísimo» ( José Hierro ). «Es el Toulouse-Lautrec de nuestra época» ( José Francés ).
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