«San Ignacio de Loyola», de Goya, en venta privada a sobre cerrado
Se aceptan pujas hasta mañana por este óleo sobre lienzo, valorado entre 600.000 y 800.000 euros e inexportable
Cada vez que sale una obra de Goya al mercado hay una gran expectación. En este caso, se trata de «San Ignacio de Loyola» , un óleo sobre lienzo de 81 por 56 centímetros, pintado hacia 1775, antes de abandonar Zaragoza o ya instalado en la Corte madrileña. Está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y, por tanto, es inexportable. Su precio estimado oscila entre 600.000 y 800.000 euros . El propietario del cuadro, un coleccionista particular de Zaragoza, lo ofrece en venta privada, a sobre cerrado , gestionada por la sala Ansorena de Madrid.
El plazo para enviar ofertas acaba a las 14 horas de mañana miércoles. Una vez abiertos los sobres con las pujas recibidas será el dueño de la obra quien decida si acepta la más alta o no. No es una práctica muy habitual. Javier López, experto en pintura antigua de Ansorena, explica que se ha escogido esta fórmula para «dar más privacidad a la venta, dada la importancia de la obra».
Subastado en 1976
Sobre la procedencia del cuadro, se cree que pudo ser encargado por Juan Ignacio Ezcurra (1750-1827) . Se mantuvo en manos de la misma familia hasta que el 6 de febrero de 1976 fue sacado a subasta en la sala Christie’s de Londres . Se remató entonces en 1.100 libras esterlinas. Estuvo tres años en una colección particular de Madrid hasta que pasó al actual propietario.
José Camón Aznar dio a conocer este lienzo en 1979 («Nuevas aportaciones a la obra de Goya») y en 2015 estuvo presente en la exposición «Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas», en el Museo Goya. Colección Ibercaja de Zaragoza. Manuela Mena , conservadora de la obra del pintor en el Museo del Prado hasta su reciente jubilación, figuraba como asesora científica.
Goya representó en esta obra a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús , como si fuera un retrato: de medio cuerpo, girado y mirando fijamente al espectador. Viste el hábito de la compañía y en sus manos tiene un libro con una inscripción: «Ad maiorem dei gloriam» (a la mayor gloria de Dios). En el ángulo superior derecho del lienzo aparece el anagrama de la Compañía de Jesús. Goya pintó a San Ignacio de Loyola sin barba, algo poco usual.
Expresividad y emotividad
Según la sala Ansorena, esta obra «muestra ya la maestría del pintor , principalmente en la profundidad de la mirada del santo, su expresividad y emotividad, la forma de iluminarlo, resaltando el halo de santidad sobre el fondo abstracto, y la construcción a base de pinceladas seguras, el uso de veladuras y el color».
Javier López asegura que el cuadro ha despertado bastante interés entre los coleccionistas particulares. No así, de momento, por parte del Ministerio de Cultura . Y es que Goya está muy bien representado en las colecciones del Museo del Prado. En cualquier caso, si el cuadro llegara a venderse, habría que informar a representantes del Estado por si quisieran hacer uso de su preceptivo derecho de retracto y adquirir el lienzo al mismo precio en que fuera vendido.