Un dibujo de Goya con dieciséis caricaturas y un autorretrato queda sin vender en Madrid
La obra, que ha salido a subasta esta tarde en la sala Ansorena, tenía un precio de salida de 800.000 euros
La sala Ansorena ha celebrado esta tarde en Madrid una nueva subasta. El dibujo 'Dieciséis cabezas caricaturescas y autorretrato de Goya' era la estrella de la venta. Realizado en tinta sepia oscura a pluma y rastros de lápiz negro sobre papel verjurado hacia 1797-1798 y con unas medidas de 30 por 41 centímetros , se hallaba en manos de una colección particular española . En la parte inferior izquierda aparece una inscripción a pluma ('Por Goya 1798'), que no es autógrafa de Goya. Por una cara dibujó 16 cabezas caricaturescas; en la otra se autorretrató. Su precio de salida era de 800.000 euros . No encontró comprador.
En la web de la Fundación Goya en Aragón se explica la historia de este dibujo de Goya, que reproducimos a continuación: «Fue regalado o vendido por Goya a Mariana Waldstein, marquesa consorte de Santa Cruz . Tras la muerte de esta en 1808, pasó a sus herederos. Perteneció a la condesa consorte de Scláfani, Madrid, 1922. Fue heredado o adquirido por Fernando Sánchez de Toca y Muñoz, II duque de Vista-Alegre y II marqués de Somio, Madrid. Antonio Moreno Martín, de la librería Granata de Almería, lo compra al último propietario en 1963. Actualmente se encuentra en una colección particular española». «Con motivo de la exposición celebrada en la Sociedad Española de Amigos del Arte de Madrid en 1922, Félix Boix pronunció una conferencia en la que aseguró que este dibujo fue realizado por Goya durante una de las tertulias a las que asistía habitualmente en la casa de Mariana Waldstein, marquesa consorte de Santa Cruz, a quien el aragonés retrató en una ocasión. Esta idea fue seguida por otros estudiosos de la obra de Goya, como López-Rey, Gudiol o Gassier y Wilson. Al parecer, en las tertulias de la marquesa, el maestro, cuya sordera le impedía escuchar lo que se decía, se entretenía dibujando caricaturas de personajes conocidos o desconocidos con el objetivo de divertir a los tertulianos».
«Es muy probable que durante su estancia en Italia, Goya hubiera visto los estudios de rostros y caracteres humanos realizados por artistas del Renacimiento, del Barroco o del siglo XVIII, como Leonardo da Vinci, Anibale Carraci, Domenichino, Sebastiano Conca o Pier Leone Ghezzi. También conocería las caricaturas de tono satírico y moralizante realizadas entre 1730 y 1760 por el inglés William Hogarth . Es posible, a su vez, que el pintor conociese la existencia de la obra del gran fisiognomista alemán Johann Kaspar Lavater titulada 'Physiognomische Fragmente zur Beforderung der Menschenkenntnis und Menchenliebe', publicada entre 1775 y 1778 y reeditada en francés. En ella aparecían numerosas ilustraciones de rostros de animales y de humanos y de humanos que se asemejaban a animales».
Prosigue así el estudio de la Fundación Goya: «En este dibujo se muestran dieciséis caricaturas realizadas en una hoja que Goya dividió por la mitad, dibujando siete en un lado y nueve en el otro . Todas excepto una son rostros de hombres, rostros salidos de la imaginación desbordante de Goya y que tienen relación con algunas figuras de los Caprichos o del Cuaderno B. Arturo Ansón ha estudiado cada uno de estos rostros , que representan diferentes tipos de personajes. De izquierda a derecha y de arriba abajo nos encontramos con dos frailes gordos y viejos, con un funcionario real o catedrático de derecho enfadado y gritando, con un hombre gordo sonriendo burlonamente con boca grande y gruesos labios, y con otro hombre con rostro de simio, cabizbajo y mirada triste. A su lado un hombre barbudo, sin dientes, que une la barbilla con la nariz y cierra los ojos. Este tiene enfrente a un hombre de perfil con rostro sorprendido y que parece que olfatea algo. Le siguen un joven prepotente y fanfarrón, un aristócrata o burgués con nariz prominente, un anciano con la nariz aplastada, un joven con mirada desconfiada, un hombre mayor con rostro de conejo que parece estar rumiando algo, seguido de un personaje que Ansón compara con un eunuco del harén de un sultán, un carcelero o un levantador de pesas circense. El siguiente personaje tiene rostro de perro o de lobo con mirada penetrante y vestido de burgués. Las dos últimas caricaturas corresponden a una mujer de perfil con la nariz pegada al rostro y a un fraile narigón».
« En el reverso de la hoja existe un curioso autorretrato de busto de perfil y pequeño tamaño del propio Goya, en el que este se muestra con rostro triste, cabizbajo, con aspecto descuidado, rasgos, como ha señalado Ansón, propios de alguien enfermo o convaleciente de alguna enfermedad, lo que le ha inducido a pensar que Goya pudo realizar este autorretrato a su regreso de Cádiz a Madrid en abril de 1797 ». Este dibujo se incluyó en una exposición en Madrid en 1922 y en la muestra 'Dibujo español. Del Renacimiento a Goya. La colección de la reina María Cristina de Borbón' en el Palacio de Sástago de Zaragoza en 2008.