Príncipe Czartoryski: «Si no hubiera donado la colección, el Estado polaco podría haberla confiscado»
Heredero de un legado valorado en 2.000 millones de euros, su fundación lo donó al Estado polaco. Por vez primera cuenta a ABC todos los detalles de la operación
El pasado 29 de diciembre se firmaba en el Castillo Real de Varsovia un acuerdo entre el Gobierno polaco (representado por el ministro de Cultura, Piotr Glinski), y la Fundación Príncipes Czartoryski (a través de su presidente, el Príncipe Adán Carlos Czartoryski), según el cual pasaba a manos del Estado polaco la fabulosa colección de esta familia, una de las más importantes del mundo en manos privadas: más de 86.000 obras de arte y objetos decorativos (entre ellos, «La dama del armiño», de Leonardo da Vinci), una biblioteca con unos 250.000 libros y manuscritos (incluida la Carta Magna polaca) y los edificios que los acogen: un palacio, un monasterio y un arsenal. El conjunto está valorado en unos 2.000 millones de euros. La operación trascendió como una venta por tan «solo» 100 millones de euros. Para conocer todos los detalles de la operación y saber cómo se gestó este legado histórico ABC entrevista al Príncipe Czartoryski, recién llegado de Beirut y a punto de viajar a Polonia. Acude acompañado por su esposa, la libanesa Josette Calil .
Según Josette Calil, había una caja especial con las iniciales «R. R. L.», donde se guardaban, además de «La dama del armiño», de Leonardo; «Paisaje con buen samaritano», de Rembrandt y «Retrato de un joven», de Rafael, hoy desaparecido. Junto a ellos, obras de Mantegna, Luca Giordano, Durero, Renoir, cerámicas griegas y etruscas, esmaltes de Limoges, tapices, armas, incunables...
—840 obras se hallan perdidas, incluido el Rafael. ¿Tiene esperanzas de encontrarlas? ¿En ese caso estarían incluidas en la donación?
—Sí, lo estarían. En 26 años he recuperado solo cuatro piezas. Un día me llamó un amigo: «¿Por qué pones en venta «la Polonaise» (una alfombra muy importante) en Christie’s de Londres? Soy un anticuario y la hubiera comprado». «¿De qué hablas?», le dije. La sacaba a subasta un coleccionista australiano. Me puse en contacto con el presidente Walesa. «Tenemos este problema, ¿nos respalda?», le pregunté.Me dio carta blanca. Estuvimos litigando 6 años hasta que al final la devolvieron. También recuperamos un tapiz islámico, que entregó el LACMA (un museo de Los Ángeles); un relicario y otro objeto.
—¿Se siente polaco?
—Empecé a sentirme polaco en los 90. Cuando tenía 8 ó 10 años, pasaba las vacaciones con los Condes de Barcelona y sus hijos en Villa Giralda (Estoril). Una prima mía me preguntó: ¿Tú eres polaco? Y yo, con un acento muy sevillano, le respondí:«¡No lo quiera Dios!»
—¿Mantiene relación con su primo el Rey Don Juan Carlos?
—Oficialmente, le tengo el respeto que se merece por el trabajo tan increíble que ha hecho en su reinado. Lo admiro. Como primos somos muy queridos, aunque veo más a sus hermanas las Infantas.
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