La «monstruosidad» monumental que se presenta este domingo en el Grand Palais

Huang Yong Ping ha convertido su nave principal en un gigantesco cementerio donde reposan los «monstruosos» restos de un animal prehistórico, cuyo esqueleto puede «interpretarse» como una parábola sobre el fin de los imperios

El esqueleto monumental de Huang Yong Ping expuesto en el Grand Palais

JUAN PEDRO QUIÑONERO

El Grand Palais (77.000 metros cuadrados) fue construido con motivo de la gran Exposición Universal de 1900 (inmortalizada por doña Emilia Pardo Bazán , entre otros). Tras una larga historia se convirtió hace años en museo / sala de exposiciones, donde el Estado francés presenta acontecimientos artísticos de muy diversa naturaleza, de Picasso a Helmut Newton .

La nave principal (13.500 metros cuadrados) del Grand Palais es un edificio tan inmenso como de compleja explotación. Sus dimensiones y arquitectura en hierro y vidrio complican muchísimo su calefacción.

Hace una larga década, el ministerio francés de la cultura tuvo una «ocurrencia» práctica finalmente eficaz: ofrecer la nave del Grand Palais a grandes creadores de nuestro tiempo, para que ellos monten instalaciones de muy variada catadura. Por esa nave han pasado con distinta fortuna creadores como Anselm Kiefer , Richard Serra , Christian Boltanski , Anish Kapoor , Daniel Buren . Huang Yong Ping es el artista invitado de este año. Su instalación monumental se llama «Empires» (Imperios) y se presentan al gran público internacional este fin de semana. Se trata del gigantesco esqueleto de un animal prehistórico de proporciones descomunales.

Huang Yong Ping (Xiamen, Fujian, China, 1954) fue uno de los animadores de la primavera artística china enterrada en la Plaza de Tiananmen en 1990. El animador más famoso del movimiento de vanguardia «Zen es Dada, Dada es Zen» se encontraba en París cuando el ejército chino «restauró el orden» en Pekín. Y decidió no regresar a su patria, para continuar su vida, su obra y su carrera instalado en la periferia de París.

Durante los últimos veinticinco años, Huang Yong Ping se ha formado una sólida fama de creador de instalaciones y proyectos casi siempre monumentales, con una vocación pedagógica que no siempre tienen otros artistas que cultivan la misma disciplina.

En cierta medida, la obra que el artista chino instalado en Francia ha montado en la nave central del Grand Palais pudiera ser una lectura personal de un legendario poema de Borges que dice así:

«En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el Tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas…». Huang Yong Ping ha instalado en monumento nacional los restos de un monstruo prehistórico muy semejante al Imperio del poema de Borges.

Los restos y despojos de ese imperio difunto pueden entenderse como una fábula moral, como una parábola sobre la marcha de los imperios hacia su propia tumba , como una parábola de las crisis mundiales dejando tras si un campo de ruinas, no siempre celestes.

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