La exposición reúne piezas excepcionales como el conjunto de muebles del vestíbulo de La Pedrera, desmontado en 1960. Tan conectado estuvo Gaudí a su tiempo que fue objeto de no pocas críticas de la prensa satírica del momento, como en esta viñeta de 'L'Esquella de la Torratxa'. El trabajo de Gaudí para familias nobles como los Batlló, los Milà o los Calvet le permitió realizar genialidades como el pavimento de la calle de La Pedrera. Por primera vez pueden verse objetos como la chaise lounge original del Palau Güell y el tocador que Gaudí diseñó para Isabel Güell. Otra de las joyas de la corona es el tapiz restaurado que Jujol realizó por encargo de Gaudí para los Juegos Florales de 1907. A partir de 19010, Gaudí se dedicó en exclusiva a la Sagrada Familia, en cuyo taller pasaba la mayor parte del día . En la imagen, vista del taller en 1926. El Gaudí arquitecto comparte protagonismo con el artesano, el diseñador y el intelectual. Eusebi Güell fue el gran mecenas de Gaudí y a quien le construyó un parque, un palacio y una iglesia. El mobiliario que diseñaron tanto Gaudí como los artesanos que trabajaron para él también está presente en la muestra. Yesos y maquetas de la Sagrada Familia se concentran en el último tramo de la exposición y de la vida de Gaudí. La exposición viajará a París en abril de 2022 y obligará a reformular el espacio que el MNAC ya dedicaba al arquitecto. 'Confidente' de la Casa Batlló.