Masaveu: los últimos inquilinos de la Milla de Oro del arte en Madrid
La Fundación María Cristina Masaveu Peterson abre sede en la capital, que inaugura con una exposición del XIX español procedente del legado familiar
La oferta artística en Madrid suma y sigue. Alrededor de la terna Prado-Reina Sofía-Thyssen , e instituciones como la Academia de Bellas Artes, el Museo Arqueológico o la Biblioteca Nacional, van uniéndose centros culturales, colecciones privadas y fundaciones que hacen de la capital uno de los epicentros artísticos más interesantes y con más quilates por metro cuadrado del mundo. Desde hace unas semanas la Casa de Alba abre al público, de manera sistemática, las puertas del Palacio de Liria . En breve, hará lo propio el Banco de España, mostrando sus tesoros en su sede central. Además, se prevé que dos importantes colecciones privadas de arte moderno y contemporáneo, las de Ella Fontanals-Cisneros y Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, recalen algún día en Tabacalera y Matadero Madrid, respectivamente.
Los últimos inquilinos en instalarse en la codiciada Milla de Oro de Madrid son los Masaveu . Una saga familiar de empresarios asturianos y mecenas apasionados por el arte y el coleccionismo, que atesoran una de las mejores colecciones de arte privadas de España. En el número 6 de la calle Alcalá Galiano se ha inaugurado la sede de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson (FMCMP) , que desde 2013 gestiona la Colección Masaveu, propiedad de la Corporación Masaveu y formada por varias generaciones de esta familia de empresarios. Entre sus vecinos, la Fundación Norman Foster y la galería Marlborough. De 2005 a 2018 se rehabilitó un palacete neoclásico del XIX , reconvertido con los años en un hotel (el hotel Galiano). Los arquitectos Rafael Masaveu y Carolina Compostizo se han encargado de remozar los 2.000 metros cuadrados, repartidos en dos núcleos, dispuestos en torno a un patio central. Se ha respetado la volumetría original del edificio y se han conservado los elementos que tienen protección: la fachada y la hermosa escalera de caracol. El resultado es un edificio sostenible, distribuido en tres plantas, en el que predominan el hormigón y la madera. Cuenta con salas de exposiciones, espacios polivalentes, un auditorio con capacidad para 150 personas, patios y terrazas.
De Plensa a Chirino
El arte contemporáneo realizado ex profeso para este lugar, y selectamente escogido, sorprenderá al visitante durante el recorrido. En el vestíbulo cuelga una pieza en acero inoxidable de Blanca Muñoz , «Altiva». Más adelante, nos topamos con una escultura del recientemente desaparecido Martín Chirino . Pero, sin duda, la obra más espectacular del edificio es «Silencio», un relieve de catorce metros de altura de Jaume Plensa . El rostro de una niña que se cubre la boca y cierra los ojos parece «aplastado» entre dos muros. Es visible desde las plantas baja y primera e invita a la serenidad. La pieza da título al espacio, conocido como el patio del Silencio. También de este artista, e igualmente propiedad de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, es la monumental escultura «Julia», instalada en la Plaza de Colón y que, a petición del Ayuntamiento de Madrid, se quedará un año más en este lugar: hasta diciembre de 2020.
La Fundación María Cristina Masaveu Peterson se creó en 2006 con el objetivo de impulsar, dentro de la tradición de mecenazgo de la familia Masaveu, la cultura, la formación y la investigación, explica Ester Rodríguez, directora del Centro FMCMP Madrid. Por sus salas desfilarán exposiciones con fondos del legado Masaveu, siempre gratuitas y de larga duración . Para su inauguración se ha escogido la pintura española del XIX , que se verá hasta el 31 de diciembre de 2020. La siguiente estará centrada en el arte del siglo XX. Sobre cómo afronta este centro establecerse en una ciudad como Madrid con tanta competencia artística, comenta Ester Rodríguez: «Seremos fieles al espíritu de la Fundación, que tiene entidad propia. No sentimos ninguna presión. No queremos parecernos a nadi e. Creemos que hay sitio para todos». Este nuevo espacio nace con vocación didáctica. A partir de enero contará con talleres educativos.
«Después de muchos años de trabajo y, sobre todo, con mucha ilusión, abrimos las puertas de la Fundación con el deseo de compartir con toda la sociedad el amor por el arte y la cultura, así como de dar a conocer la tradición coleccionista, de mecenazgo y filantrópica que desde hace más de cien años ha caracterizado sucesivamente a la familia, a la Casa Masaveu y a la Fundación», explica en el catálogo Fernando Masaveu Herrero , que preside actualmente la Corporación Masaveu y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson.
117 obras de 47 artistas
Bajo el título «Colección Masaveu. Pintura española del XIX. De Goya al modernismo», la muestra inaugural de la sede de la Fundación está comisariada por Javier Barón , jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado. Ha seleccionado 117 obras de 47 artistas de las cerca de 350 del XIX que atesora el legado Masaveu: algunas muy célebres y otras poco conocidas o inéditas. Casi un centenar procede de la Colección Masaveu, una veintena de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson y una, de la colección personal de Fernando Masaveu Herrero: «Ginebra», el último cuadro pintado por Darío de Regoyos , que estaba en paradero desconocido hasta su reciente aparición en el mercado y su adquisición.
La muestra arranca con una obra de Goya , «Banderilleros», pintada en 1793 durante su convalecencia de una grave enfermedad. Excelentes retratos de Agustín Esteve, Vicente López y Federico de Madrazo (de este último destaca el de Inés Pérez de Seoane); paisajes de Carlos de Haes, Beruete, Meifrén, Martín Rico o Mariano Fortuny; pinturas de género de Eduardo Rosales... Cuelgan 25 Sorollas de la colección: entre ellos, la mejor copia que hizo de un cuadro de Velázquez, el «Retrato de Mariana de Austria»; o «La familia Errázuriz», homenaje a «Las Meninas» y expuesto en la antológica que le ha dedicado al artista la National Gallery de Londres. Pedro Masaveu adquirió primero el lienzo y, más tarde, su marco original.
Además, se exhiben lienzos de Zuloaga, Romero de Torres, Rusiñol, Casas (un retrato de su sobrina Catalinita, soberbio alarde de blancos), Anglada-Camarasa, Nonell, Mir... Algunas de las obras han sido restauradas, aunque el estado de conservación de los cuadros, según el comisario, es muy bueno. Destaca el diseño museográfico que firma Juan Alberto García de Cubas : las obras maestras cuelgan «enmarcadas» por la arquitectura en un sutil juego con el edificio.
La entrada a la exposición es gratuita. Hay 17 visitas guiadas, también gratuitas, a la semana. Entre los proyectos de futuro de la Fundación, un centro multidisciplinar para la difusión de la cultura española y su historia en Howeplace, en el centro histórico del barrio universitario de Yale (New Heaven, Connecticut, Estados Unidos).
Saga familiar
El grupo Masaveu , fundado en 1840, es la empresa más antigua de España. Esta saga de empresarios, coleccionistas, mecenas y filántropos arranca con Pedro Masaveu Rovira (1827-1885) , que en 1840 llega a Oviedo desde Castellar del Vallés (Barcelona). Con Pedro Masaveu Masaveu (1886-1968) empieza a gestarse el núcleo fundacional de la colección en la década de 1930. Llegó a adquirir 59 obras de Sorolla. Después de Archer Huntington, fundador de la Hispanic Society of America de Nueva York, fue su principal mecenas y coleccionista. Gracias a él comienza a inventariarse y catalogarse la colección. Pedro Masaveu Peterson (1938-1993) dio un gran impulso a la colección. Tras su muerte, su hermana, María Cristina Masaveu Peterson (1937-2006), y su primo Elías Masaveu Alonso del Campo (1930-2005) continuaron su labor filantrópica y de mecenazgo, que llega hasta Fernando Masaveu Herrero.
La Colección Masaveu atesora unas 1.500 piezas , desde la Edad Media hasta el siglo XXI. Entre sus tesoros, un Stradivarius, cuatro Goyas, pinturas de El Bosco, Rubens, Zurbarán o Murillo, un Libro de Horas de Carlos V, un códice de Lope de Vega... Parte de esa colección se hallaba en el extranjero y fue recuperada para el patrimonio español . Esta colección se ha visto en muy contadas ocasiones. Así, en 1988 el Prado expuso 55 obras maestras en una muestra comisariada por Alfonso Pérez Sánchez. En 2013 se vieron 64 piezas en CentroCentro del Ayuntamiento de Madrid. Dos años después, parte de sus fondos viajaron al Museo de Arte Antiga de Lisboa y el año pasado se mostraron en el Centro Oscar Niemeyer de Avilés todos los Sorollas adquiridos por Pedro Masaveu. Tras su muerte, su hermana María Cristina hizo una dación al Estado en pago de impuesto de sucesiones de 410 obras de la colección de su hermano, depositadas en el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo. Por su parte, la Fundación María Cristina Masaveu Peterson cuenta con una colección de unas 300 obras, especialmente de arte contemporáneo español.