Del lujo de ayer y hoy a la obsesión por los vampiros: la nueva temporada de CaixaForum Madrid

La sede del centro cultural y social en la capital española encadenará cinco exposiciones hasta octubre de 2020

Fotograma de «Nosferatu» (Friedrich Wilhelm Murnau, 1922) Cortesía de Friedrich-Wilhelm-Murnau-Stiftung.

Óscar Rus

Quizás tenga algo de voyeur la propuesta de CaixaForum Madrid para su nueva temporada: el lujo, el vampirismo, el deseo y la ciudad (con sus mil ojos y mil ventanas) son, junto con la reivindicación de la mutación de la pintura contemporánea (por pura supervivencia), las líneas maestras de sus próximas exposiciones. Oro, y mucho, fue lo que prometió ayer la directora general adjunta de la Fundación Bancaria la Caixa, Elisa Durán , durante la presentación. El objetivo seguirá siendo el mismo de años anteriores: satisfacer el curioseo de sus habituales. «Muchas veces, los visitantes vienen sin saber lo que hay, pero sí que les gustará», comentó el director del área de Cultura de la Fundación, Ignasi Miró .

Azulejo asirio. Palacio noroeste, Nimrud (Irak). 845-850 a. C. Azulejo de arcilla vidriada © The Trustees of the British Museum.

Los mayores tesoros se expondrán, en colaboración con el Museo Británico, desde el 19 de septiembre hasta el 12 de enero de 2020. Si en anteriores ocasiones el lujo se había abordado desde la competición, la música o la mujer, esta vez la percha será la del conquistador Alejandro Magno –cuya lascivia barrió con el Mediterráneo, parte de Asia, Egipto, Persia e India– y la de las civilizaciones de Oriente Próximo. «Lujo. De los asirios a Alejandro Magno» será un paseo por más de 200 objetos de lujo entre los años 900 y 300 a. C. ; podrán verse los relieves de pared del palacio de Nínive o las miniaturas del tesoro del Oxus . Aunque nos separen miles de años de los fenicios o los persas, «el concepto del lujo está de rabiosa actualidad», señaló Miró. Puede que incluso los visitantes se miren a un espejo: «El lujo de ayer es el lujo de hoy: prescindible, pero halagador y opulento».

La muestra ahondará en sus medios –un trofeo, un saqueo–, los porqués –ganar algo más de poder– y las consecuencias –la envidia–, pero también se acercará al lujo como «objeto de deseo y afán de poseer», continuó Miró. Los objetos no solo revelarán las pasiones internas (las pasadas y las presentes), sino también pondrán rostro a sus artesanos, que hacían negocio con obras maestras e imitaciones, y sus comerciantes.

Representación inestable talismánica de un Schrättel © Kerstin Brätsch, 2019.

Si los motivos de la lujuria no han cambiado en milenios, tampoco lo han hecho las preguntas y los malos augurios que se hacen los pintores durante las últimas décadas. Desde el 23 de octubre y hasta el 1 de marzo de 2020, «La pintura, un reto permanente» explorará la evolución de este arte, «siempre en crisis», contó Miró. Serán más de 30 obras con el foco puesto en la abstracción, la materialidad y la pintura expandida. «Una vez asumimos que la pintura se libera de la misión de representar el mundo, se convierte en un proceso mental. Y en esta deriva hacia lo conceptual, intervienen otros lenguajes que concomitan como la fotografía, la escultura, el grabado y la instalación», explicó. «La pintura no es un género obsoleto; sigue muy viva a día hoy», remató. Prueba de ello serán las obras de Gerhard Richter, Sigmar Polke, Ángela de la Cruz, Joaquim Chancho, Guillermo Mora, Joan Hernández Pijuan y Robert Ryman.

Además del lujo, «Vampiros. La evolución del mito» será una concatenación de lo humano (el cineasta alemán Friedrich Wilhelm Murnau ) y lo divino (su película de culto de 1922 «Nosferatu» ); de la vida y de la muerte; de la pulsión sexual e incluso de la política. Desde el 14 de febrero –casualidad, homenaje o no, San Valentín– hasta el 7 de junio de 2020, se expondrán más de 400 piezas procedentes de instituciones como la Cinemateca Francesa y la Agencia Magnum: la máscara del «Nosferatu» de Werner Herzog , los trajes del «Drácula» de Francis Ford Coppola , un manuscrito de la versión teatral del «Drácula» de Bram Stoker (¡el fin del romanticismo!) y, cómo no, «Los Caprichos» y «Los desastres de la guerra» de Francisco de Goya , como si de fases del amor se tratase. Y es que, como bromeó Miró, «los vampiros están muy vivos», incluso en las plataformas de vídeo bajo demanda, que ofrecen series de televisión –desde la lasciva «True blood» hasta la hormonal «Crónicas vampíricas»– protagonizadas por estas criaturas cuyo mito es territorio griego y árabe, pero los ingleses colonizaron durante los siglos XVIII y XIX.

«La escalera» (1930), de Alexandre Rodtchenko © Alexander Rodchenko, VEGAP, Barcelona, 2019.

Del amor por los vampiros, Caixaforum pasará a las importaciones parisinas del Pompidou y mostrará desde el 3 de abril hasta el 16 de agosto de 2020 cómo fotógrafos de la talla de Henri Cartier-Bresson y William Klein o cineastas como Luis Buñuel captaron la cara y cruz de las ciudades (el bullicio, la soledad, el peligro, la decadencia, el éxtasis) a lo largo de los siglos XX y XXI.

Será precisamente el deseo el sentimiento que cierre el curso. Desde el 10 de julio hasta el 25 de octubre de 2020, la muestra «Objetos de deseo» rastreará el choque y la simbiosis del surrealismo y el diseño. Dalí , Duchamp y Magritte serán algunos de sus embajadores.

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