El hijo de Picasso estalla: «Algunas exposiciones sobre mi padre son innecesarias»
El hijo del artista malagueño acusa al Museo de Picasso de París de poner en riesgo algunas de sus obras por los numerosos préstamos para exhibiciones que, a su vez, están causando una saturación europea
Picasso estará por toda Francia este verano . Nimes acoge sus pinturas de toros, cerca de Montpellier hay prevista una exposición con las obras que marcaron sus etapas vitales claves, una tercera, en París, se centra en su relación con el ballet...
El país galo tiene programadas 21 muestras que giran en torno al artista malagueño este año y hay otras tantas previstas en otros países. Como Reino Unido , donde la Tate Modern de Londres prepara una muestra con piezas y fotografías que nos hacen vislumbrar retazos de su vida íntima, o, por supuesto, España , donde el Museo Picasso exhibe actualmente 180 pinturas , esculturas y dibujos de comida y cocinas.
Esta abundancia expositora tiene su raíz en el Museo de Picasso de París, que creaba el proyecto Picasso-Mediterráneo 2017-2019 , que suscribe el préstamo de 5.000 obras a instituciones en Francia, Turquía, Grecia, Chipre, España, Italia, Malta y Marruecos.
Pero Claude Picasso , hijo del artista malagueño y Françoise Gilot, ha estallado, y acusa a la citada institución de haber puesto en peligro piezas delicadas durante esas travesías europeas. El vástago del pintor asegura que el nombre de su padre genera grandes expectativas: «Muchas personas esperan realizar grandes descubrimientos que, al final, no se hacen y no quedan satisfechos con la oferta ». «Algunas de las exposiciones no son necesarias», reclama en el periódico The Times .
Además, Picasso afirma que tanto préstamo reduce los fondos del propio museo , por lo que la gente que acude a visitarlo «no encuentran las obras maestras que esperan y que tienen todo el derecho a admirar ».
Y hay más críticos que a alzan la voz para decir que ya es demasiado, que Europa comienza a saturarse del genio español . Las acusaciones recaen sobre ciertos directores de museos, que programan exposiciones secundarias sabiendo que la gente las visitará solo porque llevan el nombre de Picasso.
Eric Biétry-Rivierre , crítico especializado en Le Figaro , se ha unido a esas voces: «No es que haya una oleada de muestras de Picasso en Francia -y desde Londres a Malta-, es que es un tsunam i. Algunas de las exhibiciones son excelentes. Otras son indescriptibles y no hacen más que surfear en la magia de un gran nombre»
Entre las exposiciones que califica de mediocres, este especialista señala una en Arles que exhibe puestas de sol de Van Gogh y Picasso y otra que proyecta alguna de sus obras maestras sobre las paredes calizas de la cantera de Les Baux-de-Provence.
Laurent Le Bon , el presidente del Museo Picasso , ha negado que los visitantes se sientan frustrados por los préstamos. Antes al contrario, ha apuntado que las exposiciones temporales, como una en Guernica , han sido bien recibidas.
Le Bon tampoco comparte que Europa esté saturada del artista malagueño : «En lugar de las mismas muestras de siempre como Picasso y las mujeres, Picasso y el amor, Picasso y la luz... Estamos intentando desarrollar nuevas ideas»
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