Geco, el misterioso grafitero que pone en jaque a la policía de Lisboa

Se desconoce la identidad y el paradero del artista urbano que pinta en decenas de edificios de la capital portuguesa

Uno de los grafitis de Geco en Lisboa ABC
Francisco Chacón

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¿Quién es Geco ? Un grafitero misterioso que inunda (literalmente) las calles de Lisboa pintando aquí y allá, sobre todo tipo de superficies, lo cual tiene en jaque a la policía por su desfachatez, proliferación… y a causa de las numerosas quejas presentadas por los vecinos ante las instancias municipales.

Los grafitis no exhiben ningún dibujo concreto, solo se ve el nombre de Geco, el apodo del autor de semejantes muestras de intervención urbana. La Fiscalía ya se ha puesto en marcha, lo que indica que la investigación avanza.

Pero, de momento, se desconoce la identidad que se esconde detrás de Geco y nadie sabe dónde está ni dónde se aloja ni de qué vive este individuo.

Únicamente hay constancia de tres certezas: que es de nacionalidad italiana, que le encanta Lisboa y que tiene 28 años. Todo apunta a que reside en la capital portuguesa o alrededores, convertidos en la nueva meca del «arte urbano», como demuestra el éxito de la galería Underdogs. Además, la localidad de Cascais ha abierto un museo propio consagrado a la obra de Vhils , el amigo portugués del mismísimo Banksy .

La coordinadora de asociaciones de vecinos ha tomado cartas en el asunto y ha elevado la denuncia más contundente hasta la fecha. Sus representantes de las zonas de Areeiro, Avenidas Novas, Arroios y Alcântara se multiplican para alertar a la gente sobre « el sentimiento de impunidad » que experimentan ante la avalancha de grafitis registrados.

Llevan meses actuando de forma beligerante contra Geco, quien se jacta de la expansión de su egolatría por las paredes y las fachadas de la ciudad: «Quiero atraer la atención de todos y provocar un sentimiento de amor o de odio. Lo que no deseo es pasar desapercibido».

Sus declaraciones fueron realizadas meses atrás a un medio de comunicación local que se comprometió a no revelar su identidad. Ahí asumió la ilegalidad de sus acciones, que son posibles en Lisboa «incluso a la luz del día, pero serían impensables en Roma, por ejemplo».

«Los policías portugueses son más permisivos », explicó de manera desafiante, mientras la coordinadora de vecinos se afana en urgir al Ayuntamiento socialista que deje de mirar para otro lado y se emplee a fondo para atajar este problema, que no es solo de orden estético.

«Mi objetivo es estar en tantos lugares que sea imposible que no se acuerden de mi nombre», dijo el desconocido grafitero para desesperación de unos vecinos cansados de la ineficacia municipal en el combate contra esta actividad.

La coordinadora que ha pasado a la acción califica las intervenciones de «basura gráfica» y ha sacado a la luz que la Corporación encabezada por Fernando Medina se ha visto obligada a aprobar un presupuesto de 4,7 millones de euros para subcontratar a empresas especializadas en la limpieza urbana.

Se calcula que hay unos 500 grafiteros operando en las calles de Lisboa, tal vez porque la legislación no es tan restrictiva como en otras ciudades europeas. Pero Geco se lleva la palma y es el que se lanza a pintar con más frecuencia e intensidad. El misterio continúa.

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